El 6 de agosto de 2009 fue un día triste para toda una generación. Adolescentes que habían crecido con las historias John Hughes decían adiós a un director que comprendía lo compleja, contradictoria, intensa y loca que puede ser etapa hacia la madurez. Hughes creó personajes de verdad con sus dramedias teen en los ochenta (además de hacernos reír con sus comedias de aventuras) y hacía suyos (y de sus espectadores) los estereotipos típicos del género. Alguno de sus títulos en esta línea son 'El Club de los Cinco', 'Dieciséis velas', 'Todo en un día', 'La chica de rosa' o la olvidada 'Some Kind of Wonderful' (horripilante título español 'Una maravilla con clase').
Con su trabajo ha inspirado a muchos y la televisión no es una excepción. El primer episodio de ‘Community’ estaba dedicado a él e incluía alguno de los temas musicales más reconocibles de la filmografía del director: Don’t you (forget about me), que no falta en toda historia adolescente que se precie. Meses después, ‘One Tree Hill’ dedicó un episodio completo a Hughes que incluía incluso líneas de trama extraídas de las películas de Hughes y el séptimo episodio de ‘Dawson crece’ fácilmente se podría haber titulado The Breakfast Club en lugar de Detention.
Aunque se podrían llenar párrafos y párrafos con las referencias a ‘El Club de los Cinco’ y demás títulos de la filmografía del director, he querido hacer mi homenaje enumerando algunas series de instituto que pienso gustarían al director por su tono, su alma o su forma de retratar a sus protagonistas.
Freaks and Geeks
Lo habéis pensado inmediatamente tras leer el titular, lo sé. Creada por Paul Feig y Judd Appatow, ‘Freaks and Geeks’ se ha convertido en una serie de culto con su breve primera temporada. Que recuerde inmediatamente a la filmografía de Hughes no es sólo por esos ochenta, por sus personajes gamberros o la difusa línea que separa los diferentes grupos sociales del instituto sino por el realismo de los protagonistas y su (en el fondo) monótono día a día y la mirada entrañable que la serie hace de ellos. Los adultos están presentes en cómo influyen y perfilan a los jóvenes en la historia pero no siempre son los malos, los episodios son casi autoconclusivos y huyen de esa serialidad de grandes historias de amor, de triángulos de odio y demás artificios que suelen poblar los culebrones adolescentes. La vida para los freaks y los geeks no era fácil; no siempre se cumplían los sueños (como querer ser batería profesional), y mantener amistades en un momento de constante cambio y evolución (como Lindsey con Millie) no es tarea fácil.
Es mi vida
Un lustro antes se había estrenado ‘My So-Called Life’, una de las series del género que mejor manejan la angustia vital del adolecente. Angela (jovencísima Claire Danes) era una chica de 15 años con una vida normal que tenía mucho en común con Lindsey Weir: ambas quieren rebelarse contra su statu quo y romper con la imagen que todos tienen de ella, empezando por ella misma. Para Ángela, como para cualquier quinceañero, todo es un mundo y ese retrato emocional sin precedentes se ganó el favor de la crítica y convirtió a ‘Es mi vida’ en otra de las respuestas automáticas cuando uno pregunta por las mejores series adolescentes. Esa protagonista femenina en busca de algo más, de romper las barreras de lo que otros han establecido para ella, era uno de los pilares de los dramas románticos protagonizados por Molly Ringwald, la musa de Hughes que conseguía no ser la niñata tontorrona e inmadura que sobre el papel podría haber sido, muy como Danes y su Ángela.
Skins
No es una opción tan loca como parece. ‘Skins’ es mucho más límite e infinitamente más abrasiva que cualquier título de John Hughes pero sí mantiene esa esencia de contar la adolescencia desde otro punto de vista, desde uno que se siente real para sus protagonistas. La influencia de las figuras paternas y maternas en el desfase y desorientación de los protagonistas de 'Skins' recuerdan mucho a las peculiares y definitorias relaciones de los personajes de Hughes con sus progenitores, aunque no recuerdo ninguna tan trágica. ¿No se le va de las manos el día a Ferris Bueller? Pues igual a estos, pero la noche. Los chavales de Skins también quieren romper moldes, odian las etiquetas y persiguen sus metas y, aunque el tono es muy diferente, el cariño que el relato siente por cada uno de ellos (aunque no deje de ser cruel constantemente) y la visión tan tangible que da de sus puntos de vista habría llamado la atención de Hughes.
‘Awkward’ o ‘My Mad Fat Diary’ son dos títulos actuales que inspiran referencias al director, pero llegados a este punto os cedo el testigo de seguir con el homenaje. Personajes, series, tramas o cualquier elemento televisivo puede recordarnos al espíritu de la filmografía adolescente de John Hughes, ¿qué otros títulos creéis que él disfrutaría?
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