El debate sobre actores de cine y de televisión es el cuento del nunca acabar. Desde que tengo memoria que dicen que se rompen barreras y que trabajar en una serie no es ningún estigma para la carrera de un actor. Pero la realidad es que, cuando alguien con cierto recorrido en cine se apunta a un proyecto, se le analiza por ello. Quizá es que, a diferencia de lo que decimos, sí importa.
La diferencia fundamental entre los actores de cine y de televisión es el estatus. Los Oscar están por encima de los Emmy en cuanto a prestigio, los presupuestos que barajan las películas de Hollywood son una locura y se consideraba que, si te dedicabas a la televisión, era simplemente porque no te habías podido hacer un hueco en el cine. Por esto, acabar en una serie no era el objetivo de muchos de ellos, que antes preferían pasar hambre a estar en una serie, hasta que ahora parecen derribarse algunos prejuicios.
No deja de ser curioso que una actriz como Julianna Margulies, claramente una estrella televisiva desde ‘Urgencias’, en cine se haya tenido que conformar con participaciones en engendros como ‘Ghost Ship’ y ‘Serpientes en el avión’. O que Emily Deschanel, muy popular por ser Temperance Brennan en ‘Bones’, tenga un secundario casi insignificante en ‘La decisión de Anne’.
Son medios distintos y, curiosamente, cuesta pasar de uno al otro sin despeinarte a menos que seas Bryan Cranston, al que ‘Breaking Bad’ le ha otorgado un perfil que le permite subirse al carro que le apetezca, como también le pasaba a James Gandolfini. Son el equivalente a los actores de carácter de televisión y, de caras a conseguir secundarios en proyectos de prestigio, nunca viene mal ser la serie de referencia de la mayoría de guionistas, directores, productores y actores instalados en Beverly Hills.
Las damas de la interpretación abrazan la televisión
Pero quienes inauguraron la tendencia a “rebajarse” a actuar en series de televisión fueron las mujeres mayores. Glenn Close, toda una dama de la interpretación, no sólo aceptó protagonizar un arco en la policíaca ‘The Shield’, poco después accedió a protagonizar ‘Damages’ en el mismo canal FX en 2007. ¿El argumento? Que el cine no ofrecía personajes interesantes, complejos y protagonistas a una mujer mayor y Patty Hewes le suponía un reto.

Nosotras y nuestros Oscars nos reímos de los estigmas.
Y, ya estos últimos años, Jessica Lange, que también tiene dos Oscars, ha demostrado que las actrices mayores sienten predilección por la televisión con unos papeles malvados y magnéticos en ‘American Horror Story’. Tanto Close como Field como Lange, por cierto, se han llevado Emmys por sus trabajos y Kathy Bates se quedó a las puertas por ‘Harry’s Law’, aunque sí tiene uno como actriz invitada en ‘Dos hombres y medio’ y ahora vuelve a optar por ‘AHS: Coven’. Están un paso más cerca del EGOT, que dirían en ’30 Rock’.
Un medio con personajes potentes
La factor fundamental de estos últimos años, de hecho, ha sido el apogeo de las series, tanto en calidad como cantidad. Antes la programación solía contar con series de casos más o menos convencionales y comedias con risas enlatadas, disciplinas respetables pero que no alimentaban un currículum como lo hacía una simple película de prestigio que, además, solamente requería tres meses de trabajo. Pero la aparición de ‘Los Soprano’ y las siguientes series de cable configuraron un panorama con personajes exigentes, ambiciosos y en constante evolución.
Esto explica, por ejemplo, que Kevin Spacey se haya embarcado en ‘House of Cards’. Serie producida por David Fincher y que tenía como objetivo enmarcarse en algún canal de prestigio, que acabó siendo la plataforma de contenidos Netflix. Y, si no le gustaba la experiencia o fracasaba, tampoco se había comprometido a protagonizar más de dos temporadas. Pero habrá tercera porque, como ha comprobado, ser el chico de moda puede ayudar a su estatus como actor.
Poco antes, Dustin Hoffman y Nick Nolte se aventuraron con ‘Luck’ en HBO y Anthony Hopkins ya ha fichado para otra serie del canal. A estas alturas de sus vidas, con sus carreras bien consolidadas, no hay proyecto televisivo que les vaya a impedir conseguir secundarios de lujo en el cine. Por lo tanto, no podemos aplicar el cuento de que se arriesgan ni dan esa impresión.
La obsesión por fingir que las series no son series
Más interesantes son, en cambio, las llegadas de Halle Berry y Matthew McConaughey a la televisión. McConaughey estaba en horas bajas en el cine y aceptó un papel de prestigio en ‘True Detective’ que, sorprendentemente, le ayudó en su campaña a los Oscar donde competía por ‘Dallas Buyers Club’. No le fue mal ser candidato al Oscar y estas en la serie del momento, donde él demostraba tener otro registro más sutil. Pero tanto él como Berry, que ahora está en la CBS con ‘The Extant’, se escudaron en la idea de la serie-evento.

Netflix no es televisión, ¿te ha quedado claro?
Esta necesidad de embarcarse en proyectos que se niegan a venderse como series y punto demuestran los prejuicios hacia la televisión. HBO no es televisión, como rezaba su lema, ‘House of Cards’ tampoco por no obedecer las reglas de la programación tradicional y las series-evento (término que están agotando de tanto usarlo para tantos proyectos) están en otra categoría.
Pero yo acuñaré otro término para referirme a esta clase de productos: son series acomplejadas, series armariadas. ¡Si se divide en episodios y temporadas, es una serie! Y aquí entrarían, por ejemplo, Martin Freeman y Billy Bob Thorton por ‘Fargo’ como si no fueran figuras completamente de segunda en el cine (el ex marido de Angelina Jolie tiene un Oscar pero como guionista y debe su prestigio sobre todo a colaborar con los hermanos Cohen).
Por esta razón, porque siempre se buscan excusas para participar en televisión sin parecer que uno se rebaja, es tan interesante el último movimiento de Viola Davis. Puede que ella no tenga un Oscar como sí lo tiene Octavia Spencer, su compañera en ‘Criadas y señoras’ que ahora participará en ‘Red Band Society’ pero también tiene otra reputación: Spencer jamás ha sido una figura destacada del panorama hollywoodiense (un poco como Mira Sorvino, que ahora estrenará ‘The Intruders’ en BBC America) y su físico no la acompaña.
La decisión de Viola Davis
Davis ha aceptado trabajar en ‘How to get away with murder’, la última serie de Shonda Rhimes y sabiendo como se las gasta esta mujer (‘Scandal’ y ‘Anatomía de Grey’ son pruebas irrefutables de su estilo). O sea, ella es una actriz de carácter, de esas cuyas interpretaciones se observan con lupa para las quinielas de las galas de premios y a la que probablemente no le falta trabajo en cine, pero ha elegido libremente hacer televisión.
Su proyecto, además, no se vende como una serie-evento, tampoco se emite en el cable y probablemente tendrá una temporada de 22 episodios, de esas que dejan poco tiempo para participar en películas (tres o cuatro meses a lo sumo). Pero, según ella, le ofrecía una oportunidad única: un papel protagonista indiscutible, algo que le cuesta encontrar en el cine como mujer negra de mediana edad y que ahora tiene cabida en televisión desde que Rhimes creó ‘Scandal’.

Hola, soy Viola y ahora quiero ser actriz de tele. ¡Olé yo!
Sea como sea, su decisión hace más por la simbiosis entre cine y televisión que ningún ‘True Detective’. Al fin y al cabo, la serie de antología de HBO viene prácticamente acompañada de un aviso que dice “soy un actor de cine, esto es una excepción”. Tampoco es una serie-evento que vende la idea de “eh, soy actor de cine pero esta era una oportunidad única”. Y tampoco se puede argumentar que está en el ocaso de su carrera, como Hoffman o Kathy Bates (una actriz no es nadie en la maquinaria de Hollywood pasados los cincuenta, a menos que se trate de Meryl Streep), que ya no tienen nada que demostrar (o eso creíamos de Lange y nos dejó con la boca abierta).
Viola Davis simplemente quiso hacer un protagonista en televisión, lo prefirió a quedarse en casa esperando algún secundario de lujo. Y son decisiones como estas las que son un paso en la dirección correcta. Los actores son libres de trabajar donde quieran, sólo faltaría, pero actuar en televisión no debería ser un estigma. Los guiones y el nivel interpretativo hablan por sí solos en muchísimas series y la obsesión por desmarcarse del concepto de serie convencional solamente demuestra que, efectivamente, todavía queda camino por recorrer.
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yeryo
Ahora mismo casi todos quieren trabajar en televisión porque les suelen ofrecer mejores papeles que en el cine, lo dice el propio Woody Harrelson cuando le preguntan la diferencia entre cuando hacía Cheers a ahora con True detective.
Actores de prestigio se mueven a la tele porque los papeles que antes les ofrecían en el cine, ahora por su edad ya no se los ofrecen y se tienen que conformar con un rol secundario, en las actrices es peor ya que al llegar a cierta edad se olvidan de ellas, por eso tanto Julianna o Emily Deschanel no hacen cine, porque ¿qué papeles les ofrecerían? probablemente roles secundarios en películas de terror o comedias románticas, les llena mucho más como actrices seguir en sus series, y ten por seguro que si les llegara un papel de oscar lo aceptarían. Y por eso mismo una actriz prestigiosa como Viola Davis se ha pasado a la televisión, no hay más.
Por último, apuntar que decir que Mathew McConaughey estaba en horas bajas en el cine es falso, porque estos últimos tres años han sido los mejores de su carrera artística, quizás antes hiciera papeles más famoso (en películas comerciales y de calidad muy baja), pero como actor no tenía prestigio ninguno y se le calificaba como maniquí, pero desde 2011 no ha dejado de recibir alabanzas de la crítica, primero con El inocente, Bernie y Killer Joe, luego con The paperboy, Mud y Magic Mike (por la que se quedó por los pelos fuera de las nominaciones de los oscars, y luego y antes de que se le viera en True detective en Dallas buyers club y en El lobo de Wall Street. Y si bien es verdad que True detective le sirvió como campaña de promoción a los Oscars, el premio ya lo tenía encarrilado desde mucho antes, habiendo arrasado en casi todos los premios anteriores, la mayoría de ellos entregados antes de que se estrenara la serie.
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Tanto el cine como la televisión tienen sus pros y sus contras, pero la verdad es que hace bastantes años que encuentro historias más satisfactorias en la pequeña pantalla.
Los Oscar cada vez me importan menos.
pone
Dada la calidad de las películas de Hollywood de hoy en día, un actor/actriz sólo puede reivindicarse como tal en la televisión. Luego ya si su objetivo es cobrar checazos, eso es otra cosa...
Usuario desactivado
Leyendo el artículo no puedo sino acordarme de que House of Cards se ha quedado fuera de vuestro top 10 de este año.
Por lo demás, para mí las series se pueden permitir una calma y una profundidad que jamás se verán en el cine. Por ejemplo me imagino la saga Canción de hielo y fuego en forma de trilogía cinematográfica y pienso que el producto final no estaría a la altura de Juego de Tronos.
Jm
En la televisión, con las series, se pueden desarrollar mejor los personajes. Y los principales beneficiados con eso, además de los guionistas, son los actores. Además, con una película, el actor se lo juega todo a una carta, mientras que en una serie puede empezar con 6 capítulos flojos y tener otros 6 episodios para lucirse.
Claro que si uno cierra una actuación memorable en 90 o 120 minutos, es más abarcable su figura como icono/mito que si lo hace en una serie, donde puede haber altibajos que mermen la percepción del espectador. De ahí que haya más mitos cinematográficos que televisivos, al menos hastala fecha.
Otro punto importante, es que las series se juegan su continuidad en la emisión con cada capítulo, lo que obliga a cuidar cada detalle en pro de la calidad y/o la audiencia. Por lo tanto, ante un bajón, siempre tienen tiempo para remontar. En el cine también se cuida la calidad, pero uno puede no darse cuenta de que se va a pegar un tortazo hasta que fracasa ante crítica y/o publico. Ese examen constante favorece también la calidad de la televisión actual.
el_tabano
Como está de moda últimanente, repitan conmigo: "Hermanos Coen", lo de la "H" pensaba que ya estaba superado a estas alturas...
No obstante supongo que sobrevivirán...
ivo.stoyanov.37
Muy buen artículo, tienes razón en todo, menos lo de Mathew McConaughey, como bien ha explicado el comentario número 6, será muy interesante observar como seguirá cambiando el panorama, yo creo que habra más actores de cine que vendrán a la tele, simplemente los papeles son mejores, yo creo que es obvio que Jessica Lange o Maggie Smith se han convertido en actrices todavía más prestigiosas después de hacer televisión, ya que aunque tiviesen dos Oscars cada una, para los jovenes no eran populares y Maggie Smith gracias a Downton ha vivido un resurgimiento también en el cine, por lo que creo que es un ejemplo muy interesante, al igual que Claire Danes que a pesar de tener éxito en el cine, se ha consagrado como estrella televisiva. Y por cierto, los Coen no llevan ¨h¨, lo veo como un error muy común entre los españoles desde que se esta hablando de Fargo, y Martin Freeman para nada es un segundón en el cine, si es el protagonista de una de las sagas más famosas y prestigiosas, es más como Bryan Cranston, una estrella en ambos, al igual que Benedict Cumberbatch.
eleonorasosa
Me parece absurdo tomar los Oscar para hacer cualquier análisis, son uno de los premios menos creíbles de todo el mundo. Por otra parte las series últimamente han mejorado mucho y las historias se pueden cerrar mucho mejor que en las películas, por ende no creo que sea una carga para los actores actuar en la pantalla chica. No entiendo lo de la obsesión por fingir que las series no son series, o al menos a mi no me pasa.
patrick.rostrobruno
Este artículo es MUY 2008....
f_moreno
Hollywood está sobrevalorado.