Todo lo que siempre fue ‘2 Broke Girls’ sigue estando en la tercera temporada

Max y Caroline han vuelto y con ellas todos los dobles sentidos, las ironías, los chistes racistas, sexistas y escatológicos. Y por eso nos gusta. O no, porque el estreno de su tercera temporada bajó considerablemente con respecto al año anterior, perdiendo un punto en demos por el camino. Lo que fue un 3.7 en la anterior premiere se ha convertido en un 2.8, que por otro lado son los datos que hacía ‘2 Broke Girls’ hace unos meses al término de la temporada. Con la pérdida de casi medio punto en el episodio de esta semana, cualquiera diría que las dos camareras sin blanca han perdido su mojo.

En realidad, es comprensible. Sigue siendo la exacta misma serie zafia y sucia que descubrimos hace dos años, los mismos juegos de palabras sexuales y el mismo aspecto noventero. ‘2 Broke Girls’ no es una serie especialmente ambiciosa y sus guionistas siguen relajados en esa zona en la que se sienten cómodos, algo que poco a poco fue aumentando mi fatiga para-con la serie la temporada pasada. Vale que las sitcom son muy esquemáticas y repetitivas, es parte del formato, pero llega un punto en el se empiezan a repetir eufemismos para las partes íntimas.

Sin embargo, además de que los meses de descanso han refrescado el aire viciado de la serie ayudando a tragar mejor el regreso de Max y Caroline, se ha detectado un intento de aprovechar más los elementos con los que cuenta. Han ha vuelto con un inesperado y renovado protagonismo y esa tienda de atrás da buena espina; es una ventana a un mundo de posibilidades para que Max siga arremetiendo contra todo y Caroline sigua sintiéndose frustrada. Seré fácil, pero hasta la más mínima novedad se agradecen en una serie se puede hacer una lista de secuencias antes de ver el episodio: Max metiéndose con los clientes, Oleg diciendo cosas obscenas, Han siendo bajito, Earl sobrando, Sophie comiendo una magdalena…

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

... and "The soft opening" y "the Kickstarter"

El regreso ha tenido varios momentos de inspiración. Toda aquella parafernalia funeraria con la estrella de rock nos regaló grandes momentos de mal gusto, esa demostración de lo que no es un soft opening demuestra que Han y Oleg son un dúo a explotar y los momentos grapadora de Caroline – creo que vuelvo a ser virgen- han entrado directamente en el greatests hits de la serie; hay que reconocer que cuando se trata del slapstick, Beth Behrs está estupenda al igual que Kat Dennings sigue siendo la reina del tempo en comedia.

Y, por supuesto, no faltan tampoco las pullas a la cultura pop. Del Candy Crash a Kickstarter, no hay tecnología de moda o moderneos de turno que se le escapen a ‘2 Broke Girls’. Y lo que no echaría de menos si desapareciese de la serie serían esos momentos de forzada moralina y amistad entre las dos protagonistas. Esa reacción de Caroline al mensaje de Max sobre el tema pantalones, por ejemplo, no sólo es exagerada sino que frenó de golpe el estupendo ritmo de ese episodio; largo, aburrido y fuera de lugar, lo peor que le puede pasar a un episodio de 20 minutos. Menos mal que la cara de Kat Dennings después de escupir el “Te quiero” compensa ligeramente.

Resumiendo, el fan de ‘2 Broke Girls’ seguirá a pie de cañón con el arranque de esta tercera temporada. Para bien y para mal, Max y Caroline siguen intentando conseguir dinero, sea para pantalones caros o para sacar adelante su negocio de cupcakes, y por el camino van dejando todas las indirectas, ambigüedades e ironías sexuales habidas y por haber aderezadas con algunas virutas de improperios políticos y racistas. Quizá la bajada de audiencias lo convierta en un deseo complicado, pero mi único deseo para la serie a día de hoy es que aprovechen esa ventana a Williamsburg para dejarnos ver algún guest star soltando groserías.

En ¡Vaya Tele! | Los estrenos del otoño 2013

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