A veces es tentador calificar los finales de temporada de 'The Walking Dead' dependiendo de cuánta gente muere en ellos. En ese aspecto, el cierre de la quinta temporada no entrará en la lista de los más sangrientos para los protagonistas porque, aunque varios miembros del grupo de Rick se ven en situaciones peliagudas, terminan escapando de ellas. Sin embargo, sí que se respira un clima de tensión y de tormenta que se aproxima.
La tensión la pone el propio Rick. La llegada del grupo a Alexandria es interesante porque mientras el sheriff, al principio, se muestra reticente a ir por si aquello es otro Woodbury, una vez que entra, empieza a maquinar en la sombra para tomar la comunidad como si fuera el mismo Gobernador, o los salvajes que invadieron Terminus y acabaron convirtiendo a sus habitantes en caníbales. Ese ligero giro en el retrato del grupo de Rick, mostrando que pueden ser "los malos" para la gente de Alexandria, ha sido una de las cosas más interesantes de estos capítulos.
La esperanza de Alexandria
Cada vez que los supervivientes llegan a una comunidad cerrada y protegida, y dejan de estar a la intemperie, les asaltan casi más problemas que cuando estaban en el bosque. El marido de Deanna le dice a Maggie que "la civilización aparece cuando dejamos de correr", pero en 'The Walking Dead', quedarse quieto en un mismo sitio no implica más que peligro. El CDC de Atlanta, la granja de Hershel, la cárcel, Woodbury, Terminus... Cada vez que Rick y los suyos parecen llegar a algún tipo de "santuario", éste repite siempre el mismo patrón de muerte.
Y ese patrón también suele iniciarse porque los supervivientes no son capaces de convivir juntos sin planear un golpe de estado. Durante estos últimos episodios, ha vuelto a tratarse el viejo dilema de la serie de si hay que ser violento y despiadado para sobrevivir, o si se puede ser justo y no ir dejando cadáveres a tu paso. 'The Walking Dead' ha forzado el retrato de los habitantes de Alexandria como cobardes e ignorantes de cómo es el mundo de verdad, unos ilusos, para destacar que Rick lleva razón, incluso aunque veamos en us relación con Jessie una vuelta del Rick inestable y peligroso de la cárcel.
Con esa gente que "juega" con los caminantes antes de matarlos, y que huyen muertos de miedo sin pensar en quién dejan atrás, no había forma de que pudiéramos pensar que Deanna tenía cierta razón en sus planteamientos de cómo liderar Alexandria. En parte, representan cómo eran los protagonistas al principio de la serie, antes de que la carretera les endureciera, y aun así, no están del todo en las fauces del Lado Oscuro. La relación entre Daryl y Eric en su búsqueda de nuevos integrantes de su comunidad es una prueba de ello.
La amenaza de los lobos
Daryl y Eric Aaron nos han permitido tener nuestro primer vistazo de verdad a los Lobos, ese grupo de psicópatas que parece matar por diversión a atrvés de elaboradas trampas con zombies. Los Lobos también nos traen de vuelta a Morgan, el primer personaje que le contó a Rick cómo era ese nuevo mundo en el que se acababa de despertar, y que regresa convertido en alguien al que no se debe menospreciar. El papel que Morgan juegue en Alexandria en la sexta temporada puede ser interesante, porque él lleva mucho más tiempo sobreviviendo solo.
'The Walking Dead' suele presentar siempre bastante bien a sus nuevos villanos, anticipando la inevitable confrontación con Rick y los suyos de un modo que pueda, al menos, picar la curiosidad de los fans. Que luego esa confrontación esté a la altura de las expectativas es otra cuestión, pero sí da la sensación de que estos Lobos pueden ser los peores rivales que hasta ahora han tenido los protagonistas. Rick ya ha conseguido su objetivo de "derrocar" a Deanna o, al menos, de convencerla de que tiene que seguir sus métodos, ¿pero logrará que el resto de habitantes de Alexandria lo vea igual?
Los supervivientes están todos traumatizados de diferentes maneras, con Sasha y Gabriel yendo constantemente al encuentro de la muerte, por ejemplo, y Carol convertida en un lobo con piel de cordero. El retrato que se ha hecho de esos traumas ha dividido a los fans (que se aburren si no hay tres ataques de zombies por episodio, todo sea dicho de paso), sobre todo porque no todos han funcionado igual. Gabriel, por ejemplo, está siendo bastante irritante, pero el cansancio vital de Glenn y Maggie, aunque ésta última haya pasado bastante desapercibida, tiene su interés.
La segunda parte de la quinta temporada de 'The Walking Dead' ha mantenido, a grandes rasgos, el nivel de sus primeros ocho episodios. Ha logrado rehabilitar a unos personajes que, en general, nunca han estado demasiado bien dibujados y ha logrado que nos preocupemos de verdad por ellos (siendo Carol el ejemplo más espectacular de este cambio). Han muerto menos de los que nos hacían creer (aunque las pérdidas de Tyreese y Noah han dejado su impacto en el grupo), pero ha sabido manejar la tensión dentro de Alexandria y la evolución del grupo de Rick hacia unos posibles "villanos" para ellos. ¿Qué nuevo tipo de infierno traerán los Lobos?
En ¡Vaya Tele! | 'The Walking Dead' y sus experimentos narrativos
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