Los desvastados (e infectados) paisajes de Georgia, EEUU, han vuelto a ser el escenario de una de las series más seguidas de lo que llevamos de década. 'The Walking Dead' regresó anoche en AMC (y dentro de unos momentos en FOX España) tras su ya tradicional parón invernal. Y lo hace con el noveno episodio de la cuarta temporada, titulado --con bastante lógica y acierto-- 'After', donde Robert Kirkman, el creador del cómic, asume el papel de guionista para contarnos qué pasa después del final de infarto que vimos en diciembre.
Tras la batalla de la prisión con la muerte de varios personajes (entre ellos Hershel y el Gobernador) y la espantada general del grupo de supervivientes de Rick (Andrew Lincoln), el 4x09 de 'The Walking Dead' se presenta como un episodio de inflexión. Cuarenta minutos en el que vemos cómo les van las cosas a tres de los protagonistas. Por un lado Rick y su hijo Carl (Chandler Riggs) que intentan encontrar un lugar seguro para que el policía pueda reposar y curar sus heridas. Y por el otro tenemos a Michonne (Danai Gurira), que se camufla entre zombies para sobrevivir un día más.
Los demonios del pasado
'After' es un episodio dedicado a explotar tensiones y demonios. Es un episodio de exorcismo de los protagonistas. Con respecto a Michonne hay que decir que en su caso nos encontramos con fantasmas del pasado. Ha llegado el momento de que sepamos algo más del pasado de la artista de la katana y lo hace con, probablemente, la mejor escena (por no decir una de las pocas destacables) del episodio. Un sueño/flashback que nos presenta una escena del pasado con su "amante", hermano e hija.
A unas pocas millas, Carl se verá en la tesitura de tener (al menos es su necesidad) que demostrar ante su moribundo padre que es capaz de cuidarse por sí mismo. La relación paternofilial entre ambos se ha ido erosionando a lo largo de los meses debido, sobre todo, a las circunstancias. Rick es paternalista con su hijo, pero llega el momento en el que tiene que afrontar que, a pesar de su corta edad, Carl ya es capaz de tomar decisiones rápidas, difíciles y necesarias para la supervivencia cotidiana. Esta trama está centrada en esas tensiones entre padres e hijos que pueden acabar de cualquier modo.
Sobrevivir... al tedio
Así este regreso de 'The Walking Dead' gira en torno a dos supervivientes... y a dos estilos de supervivencia. El de Michonne con su prudencia adquirida por la experiencia, y el de Carl con su ímpetu juvenil. Lamentablemente, más allá de que el propósito del episodio sea bastante interesante y tenga potencial, salvo por algunos detalles sueltos, la ejecución no está a la altura. Con varias cosas que chirrían (la zombie "sospechosamente familiar", por ejemplo) y con un desarrollo que entra en el terreno del tedio.
El 4x09 de 'The Walking Dead' consigue mostrar en poco menos de tres cuartos de hora por qué me gusta la serie y por qué no; toda esa relación de amor-odio que siento por la ficción de AMC se ve en episodios como estos. Nos encontramos con cuatro momentos muy logrados y con mucho sentido, pero el viaje de momento a momento se hace bastante pesado.
Yo no sé si de haber sido escrito por otro guionista (por Gimple mismo) este regreso hubiera sido memorable. El caso es que este episodio tenía bastante potencial y ni Robert Kirkman al guión ni Greg Nicotero a la dirección han conseguido exprimir completamente la trama, sirviéndonos un zumo aguado a más no poder.
En ¡Vaya Tele! | 'The Walking Dead': las tramas por resolver
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