A la hora de hablar de series hay unas cuantas que dividen completamente a su público. Una de esas es ese fenómeno mundial que llamado ‘The Walking Dead‘, serie de AMC basada en el cómic homónimo de Robert Kirkman en el que nos muestra la historia de un grupo de supervivientes en un apocalipsis zombi que ahora entra en un parón de dos meses que divide las dos partes de su segunda temporada.
Se acaba de emitir tanto en EEUU (la pasada madrugada en AMC) como en España (anoche en FOX) el último episodio de la primera parte de la segunda temporada de ‘The Walking Dead‘. Un episodio que culmina gran parte de la trama principal de esta temporada que se despide de nosotros hasta el 12 de febrero, cuando podamos ver los seis episodios restantes. Por eso aquí en VayaTele hemos decidido hacer un pequeño repaso de lo que hemos visto hasta el momento de esta segunda temporada. Por cierto, que a partir de aquí spoilers de los primeros episodios de la nueva temporada de ‘The Walking Dead’.
Decía al principio de esta entrada que con ‘The Walking Dead’ divide mucho a la audiencia, hay mucho fan de la serie pero también mucho detractor. Y las diferencias no parecen estar tan claras como al principio cuando se reconocía a un detractor medio por ser además lector habitual del cómic. Y con habitual me refiero a alguien que ya leía ‘Los Muertos Vivientes’ (nombre de su edición en Planeta de Agostini) antes siquiera que se supiera de la existencia de la serie. Yo he de reconocer que, aunque me sitúe en el grupo de los detractores, no me parece una serie que desmerezca al cómic, sino que aún considerando sus diferencias no termina de interesar al lector. Un problema que viene intrínseco en toda adaptación y que pocas obras logran subsanar.
Los muertos andan y los humanos hablan
El principal problema de ‘The Walking Dead’ son sus tiempos. La serie respeta al máximo el planteamiento del cómic: con los zombis como algo secundario en una historia sobre los personajes que les toca vivir esta hecatombe y que se dan cuenta que, como sentenciaría Rick, “Nosotros somos los muertos vivientes” (“We’re the walking dead”). Lo que hay son diferencias, algunas mayores (como el tema del CDC, Shane, Sophia) y otras menores (como el tema de las píldoras abortivas) con el cómic, lo cual no tiene que ser malo per se pero la clave está en cómo se ejecuta ya que si pones cosas que no salgan en el cómic te tienes que asegurar de que el lector no eche de menos cosas en la serie.
Esta temporada la trama ha estado centrada en la búsqueda de Sophia y la estancia en la granja de Hershel. Tras poner pies en polvorosa tras la explosión del CDC de Atlanta nuestro grupo de supervivientes se queda atascada en una autopista, vienen los zombis y Sophia sale huyendo. Entre partidas de búsqueda y demás Carl es disparado accidentalmente por un tal Otis que estaba en esos momentos cazando un ciervo. Esta fatalidad será la que introduzca al grupo a Hershel, un veterinario que posee una granja en la que ha estado, junto familia y allegados, refugiado.
Volviendo al tema de los tiempos al principio de la temporada vemos un gran ejemplo de este fallo de narración que tiene la serie y lo comentaba P. Roberto J. en su análisis del comienzo de temporada: la serie va a trompicones, pero trompicones de los que te planteas si los que están haciendo la serie saben lo que hacen. El cómic también es así, Kirkman mezcla momentos de largas conversaciones y situaciones entre los supervivientes con algún que otro momento zombi. La diferencia es que en el cómic el lector marca el ritmo de lectura, siguiendo más o menos el compás que marcan Kirkman y Charlie Adlard. La serie te marca el ritmo… y en ciertos momentos se siente como un larghissimo, algo demasiado lento como para soportarlo.
El ritmo del cómic es propio, uno pone las reglas y la irregularidad de la narración de Kirkman (miembro de la escuela de la narración estirada y efectista en ciertos momentos) es más soportable ya que se pasa rápido. Un comic book son 24 páginas (un tomo reúne seis por lo que ocupa 140 páginas) y se leen enseguida… Si lo que te cuentan en siete horas lo puedes trasladar a un tomo (como fácilmente se puede trasladar esta media temporada) que lees en poco más de una hora tranquilamente, algo falla.
El tema es que el arco argumental de la granja ha sido estirado al máximo, y episodio que pasaba episodio que lo delataba. Supongo que necesitaban llenar estos siete episodios y no querían ni correr ni sacarse de la manga un arco argumental original. Personalmente me parece que con dos horas menos les hubiera valido y otorgar a la serie de un ambiente de desasosiego que permita imaginarnos que de verdad ahí fuera hay todo un mundo asolado por una plaga zombi. Sensación que el cómic sí que transmite pero la serie no.
‘The Walking Dead’ se despide hasta febrero ¿y ahora qué?
Si admitimos el cómic como referente (aunque no lo sigan al pie de la letra sí que lo usan como guía) el próximo paso sería dejar la granja. Pero no será inmediatamente, sino tras unos días/episodios. Después carretera y manta hasta llegar al siguiente punto, la prisión (que supongo será el escenario de la tercera temporada). Claro que esto es si siguen las localizaciones donde van ocurriendo sucesivamente las diversas aventuras del grupo de Rick. El caso es que me gustaría elucubrar un poco con el futuro de la segunda temporada de la serie.
La muerte de Sophia me parece un punto clave (no estoy completamente si acertado o no, pero clave igualmente) para el futuro del grupo… y estoy seguro de que Shane estallará en el octavo episodio.
Hablando de consecuencias, también auguro un octavo episodio bastante centrado en Hershel y cómo sobrelleva todo el tema del establo. En este sentido la escena final del séptimo episodio es descorazonador
En esta segunda temporada, y tal como nos prometieron a lo largo de la primera, parece que el personaje clave está siendo Shane, que nos muestra no ya su naturaleza (impagables los diálogos con Dale) sino su faceta de hombre desesperado que ve que lo que ha construido con Lori (y su posible hijo) se va a tomar vientos.
Nuevos personajes. Creo que ya va siendo hora de introducir a algún nuevo personaje y el alejarse de la granja puede ser la ocasión de añadir a Tyresse, pero parece que tampoco entra en los planes. Lo único que sabemos es que sí que habrá nuevos personajes, pero espero que sean capaces de espolear un poco al grupo y la serie en general.
La verdad es que mentiría por completo si digo que esta primera mitad de la segunda temporada de ‘The Walking Dead’ es mala, no lo es; que tampoco es buena. Al contrario se queda en esa gran franja de la mediocridad de la que no logra salir. A nivel técnico es impecable, los actores son buenos y nos puede regalar episodios majestuosos como el último, con la última escena que te deja el corazón en un puño, pero un episodio realmente bueno no justifica una temporada entera. Cinco minutos de gran tensión y emoción no justifican la serie. ‘The Walking Dead’ tiene muchos fallos que corregir. Y deseo, sinceramente, que lo hagan.
En ¡Vaya Tele! | ‘The Walking Dead’, segunda temporada: mismos defectos y mismas virtudes