'The Walking Dead' entrega a Negan su arranque de la séptima temporada

Por fin se ha resuelto el enigma. 'The Walking Dead' había fiado toda la promoción de su séptima temporada a las especulaciones sobre quién caía víctima del bate de Negan al final de la sexta entrega. Aquel cliffhanger pretendía picar la curiosidad, por lo menos, de quienes no han leído el cómic de Robert Kirkman, y satisfacer las ganas de los lectores de ver a uno de los villanos más memorables, y sádicos, de las viñetas, pero lo hacía de una manera un poco artificiosa.

Hasta la manera en la que se construía ese cliffhanger olía un poco a maniobra teledirigida a fomentar meses de discusiones en internet sobre a quién había matado Negan. Y el estreno de la séptima temporada, que se verá esta noche en FOX España, juega con esa pregunta un poco más antes de responderla de manera brutal.

Las víctimas de Negan

A la hora de resolver ese cliffhanger, 'The Walking Dead' tenía que tomar una decisión importante: o caía algún personaje protagonista realmente relevante, de los que llevan en la serie casi desde el principio, o iba a verse como una burda manipulación para atraer a la audiencia. ¿De qué iba a servir todo un verano de anticipación para que, al final, Negan le abriera la cabeza a Aaron o Rosita? Y, además, tenía que ser la presentación real de Negan como ese villano que llega para poner a Rick en su sitio y para demostrarle cómo es ese nuevo mundo en el que viven ahora, y en que no saben manejar.

Así que, con toda la crueldad, salvajismo y sadismo posibles, Negan mata a dos de los compañeros de Rick, Abraham y Glenn. El primero ya daba la sensación, en la sexta entrega, de haber llegado a su techo como personaje, mientras el segundo había tenido un amago con su muerte que la serie había manejado pobremente. Las dos muertes, más ese intento de forzar a Rick a cortarle una mano a su hijo, obran lo que pretendían, doblegar a Rick, humillarlo y ponerlo al servicio de Negan. Y también elevan los niveles de brutalidad exhibidos por 'The Walking Dead' hasta ahora.

Con siete temporadas de ataques de zombies y supervivientes que sacan su lado más oscuro, los espectadores de la serie ya están acostumbrados a casi todo, y sus protagonistas han aprendido a moverse en ese post apocalipsis de una manera mucho más eficaz y menos sentimental. Así que, para causar un verdadero impacto, 'The Walking Dead' tiene que aumentar el factor gore y presentar malos aún más histriónicos y retorcidos de lo habitual para que presenten una amenaza de verdad seria. La cuestión está en si Negan de verdad aguantará, o si se diluirá como otro Gobernador.

Un principio con fuerza

Desde luego, la serie empieza su nueva temporada con fuerza. Las diferentes torturas psicológicas de Negan a Rick ocupan todo el capítulo, dejando para la próxima semana el destino de Carol y Morgan, y estableciendo con mayor claridad ese tema de que los protagonistas, en realidad, no tenían nada bajo control en Alexandria. Por lo menos, ofrece una respuesta contundente al cliffhanger de la sexta entrega y deja bien claros los principios sobre los que va a operar la historia a partir de ahora.

El reto de 'The Walking Dead', como de toda serie en su séptima temporada, es mantener el interés y la frescura en unas tramas que ya dejan poco margen para la sorpresa. Lo hemos visto prácticamente todo en este mundo; hasta la manera de actuar de Negan no es tan diferente de lo que podían hacer los caníbales de Terminus. Sí, él es más sádico y cruel. ¿Bastará eso para que ayude a darle otra vez interés a la serie?

Sobre todo porque el Rick hundido y derrotado no es nuevo. Ya lo vimos en la cárcel en la tercera temporada, por ejemplo. Las muertes de Abraham y Glenn son golpes de efecto muy notables para sacudir el status quo de la serie, ¿pero lo harán de verdad? ¿Se va a convertir 'The Walking Dead' en una sucesión de villanos a cada cual más peculiar?

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