Parecía difícil, pero ‘The Walking Dead’ está consiguiendo, contra todo pronóstico, dar un arco a sus personajes principales muy alejado de la idea que se supone que debíamos tener de ellos. Algunos se humanizan y otros siguen igual, pero la idea de diluir los límites entre buenos y malos se está siguiendo con cierta valentía. No es nada nuevo flirtear con la idea de que Rick Grimes ha pasado de héroe a líder gris lleno de claroscuros y de gatillo fácil.
Pero, sin embargo, hasta el momento se nos había mostrado a un hombre que, superado por las circunstancias y observando cómo la supervivencia depende de quién golpee primero, aprende a aparcar sus sentimientos y endurecer su corazón, llegando a cometer actos de violencia brutales, pero siempre justificados por el bien común o, al menos, por la máxima de “el fin justifica los medios”. Aunque parezca que otra vez han dado en el mismo clavo, todo ha cambiado en el episodio ‘Todavía tiene que significar algo'.
El camino de Morgan
Con este capítulo, de nuevo nos encontramos con un intermedio en el camino hacia el clímax. Un momento un tanto extraño en plena recta final pero que al fin y al cabo penetra en personajes que van a tener relevancia tanto en el desenlace como en el futuro. Uno de los focos de este episodio es el destino de Morgan. El guerrero del palo está cada vez más sonado con sus voces y visiones. Sin embargo, queda un poco confuso el significado de todo el remordimiento y culpa en forma de espectros.
Su diálogo con Carol marca el punto menos interesante del episodio, que se percibe casi como un peaje para desarrollar a Morgan como un personaje autónomo, sin que sepamos si esto tendrá que ver con su crossover con ‘Fear the Walking Dead’, independientemente de si se cruzan en otra línea temporal o en el futuro. Dentro de la trama, Morgan pasa a una fase mucho más interesante cuando acompaña a Rick en busca de los salvadores escapados en el anterior episodio.
Todo sigue un patrón similar al de otros “episodios de misión” que poco tienen que ver con el arco general, pero el resultado es bastante significativo para los personajes y quizá para la serie. Cuando Morgan y Rick son atrapados por los salvadores, estos deliberan si deben volver a Hilltop y entregarse. Y aquí es dónde podemos observar al Rick más frío y fuíno. Tras darles su palabra y luchar mano a mano con ellos contra zombies que invaden el refugio, Grimes les ataca y junto a Morgan acaban con ellos a traición.
Vuelta a ‘Days Gone by’
Un tremendo cambio de ética para personajes que debemos considerar “los buenos”. Deja hasta mal cuerpo. Pero lo que da sentido a la transformación es la pequeña conversación entre Morgan y Rick, que dirige el recuerdo hacia el primer episodio de la serie, hace ya tantos años. Nos viene la imagen de ambos personajes, tan distintos ahora, transformados. Y Morgan hace una revelación, y quizá él no haya cambiado después de todo. Tenemos a dos padres que han perdido casi todo, y la secuencia acaba con Rick mirándose en un espejo fracturado.
Su arco se cierra cuando finalmente se decide a leer la carta de su hijo, y quizá así, por fin, dejar de ser un hombre en busca de venganza y sangre para conectar con la idea de misericordia con la que empezó la temporada 8. El contraste con Negan sigue, y este se nos vuelve a presentar como alguien razonable cuando consigue negociar con Jadis y penetrar en su psicología, zafándose de la trampa que le ha preparado. La escena, como casi todo lo que ha ocurrido en el desguace, es algo rebuscada e increíble, pero sirve para dar aún más capas al villano.
La confesión de Negan
En otra nueva confesión sobre su esposa y su bate Lucille, se muestra más humano que nunca y capaz de conectar con una Jadis vulnerable y algo fuera de sí. Cuando esta le deja volver a su fortaleza (una resolución un poco forzada), Negan recoge a alguien y prepara un golpe en la mesa contra los suyos, probablemente para demostrar a Simon quien manda, con un as bajo la manga que se nos reserva para la próxima parada. Un cliffhanger que deja con ganas pero que aumenta la incertidumbre lo que realmente veremos en los episodios restantes.
Mientras, el resto de subtramas tienen interés irregular. El plan de Rosita y Daryl, cada vez más antipático, para matar a Eugene promete algo de acción en forma de escaramuza, pero la búsqueda de Henry solo constata el gran desperdicio de un personaje como Carol en esta temporada. Su cambio de rol puede ser el inverso al de Rick, pero no queda casi nada de aquella favorita de los fans en anteriores epopeyas. Quizá estemos asistiendo al ocaso de los referentes de la serie para ir pasando el testigo a los nuevos.
Difícil si tenemos en cuenta la presencia fantasmal de desaparecidos en combate como Jesus, que apenas ha tenido minutos en la temporada. Pero incluso así, el tratamiento de los veteranos indica un posible salto que quizá los seguidores no esperen. Respecto a lo que queda de esta, no vemos el reclutamiento de los distintos pueblos y no tiene pinta de ser una guerra tan épica (duraba varios números) como la del comic, pero el hecho de que hayan vendido el final como una película a estrenar en el cine aún nos genera unas cuantas dudas.
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