The CW ha encontrado en ‘The Vampire Diaries‘ una mina de oro; a pesar de su inevitable bajón de audiencia, los vampiros (y lobos) de Mystic Falls siguen siendo la serie estrella de la cadena, convirtiéndose en todo un exitazo entre la audiencia joven y colándose con relativa facilidad entre los Trending Topics mundiales en Twitter. Pero su ritmo endiabladamente acelerado y su rechazo a centrarse en el rollo sentimental permite que una audiencia adulta y escamada con todo el rollito vampiril también pueda disfrutar la serie.
‘The Vampire Diaries‘ es todo acción y entretenimiento, y lo ha confirmado con su segunda temporada. Las escenas de amor/románticas han sido la excepción, y nos han deleitado con veintidós capítulos que bien podrían ser veintidós finales de temporada. Los personajes van y vienen sin ningún tipo de orden, mueren con la misma facilidad con la que aparecen y no le pesa en ningún momento la constante renovación de secundarios que vive, más bien todo lo contrario. Sólo el trío protagonista es imprescindible, y nunca se puede dar una muerte por definitiva. ¡Nunca!
La maldición de la piedra lunar
For over a century, I have lived in secret, until now. Y know the risk, but I have to know ker.
Lo único que echo de menos ahora mismo en ‘The Vampire Diaries’ es el “Previously on” tan característico con el que abrían cada capítulo, y que “sólo” ha durado treinta episodios. Creo que ya todos empezábamos a ver el episodio de turno recitando junto a Stefan la frase inicial, pero como muchas otras cosas en la serie, esta intro también ha muerto. Podemos dividir esta segunda temporada en dos partes, siendo la mitad inicial la que puso las cartas sobre la mesa: la raza de hombres-lobo y la maldición de la piedra lunar que tanto daría de sí en la segunda parte.
Mason Lockwood, el tío de Tyler, duró en la serie el tiempo suficiente para enseñar a Tyler la verdad sobre los hombres-lobo, con tan mala suerte que éste no tardó ni dos telediarios en cargarse a una chica para activar su parte de lobo. Por otro lado, tenemos a Katerina, un zorrón venido a menos con el paso de los episodios que se encargó de convertir a Caroline en vampiro. Y entre Tyler y Caroline se estableció un vínculo sobrenatural inevitable en el que ambos se ayudaban a sobrellevar su miseria.
Al tratarse de una serie adolescente, es evidente que las relaciones entre ellos no pueden ser abandonadas, y los guionistas se han centrado en crear tríos amorosos para dar juego a la cosa. En primer lugar, el sempiterno trío de Elena, Stefan y Damon, a todas luces el más interesante y el que mejor pinta de cara a la próxima temporada. En segundo lugar, el de Tyler, Caroline y Matt (este último me sobra muchísimo en la trama, o le convierten en algo sobrenatural o va a seguir perdiendo puntos por momentos). Y por último, el de Bonnie con Jeremy y el secundario de turno que le tire los tejos a la bruja.
Lejos de ser aburridos, sí podemos decir que los primeros capítulos de la temporada fueron menos intensos que los últimos; nunca me quedaron claras las motivaciones de Katerina en su regreso, a pesar de que mi adoración por ella es infinita, y el rollo de la piedra lunar y la parte de lobo de Tyler se podría haber resumido en dos capítulos; aun así, lo dejaron todo perfectamente hilado para cuando llegaran los malos de verdad: los vampiros originales y el gran Klaus.
Klaus, la doble y el ritual
Durante toda la temporada nos han machacado con Klaus y su linaje de vampiros originales, situándolo como el vampiro más poderoso que existe. Al final resultó ser no más que un veinteañero potentorro (como no podía ser de otra forma), aunque con más mala leche que un cable caído. Poco a poco fuimos descubriendo cosas de él, para terminar conociendo que es un mestizo, a la vez vampiro y hombre lobo, pero con ésta última parte inactivada por las brujas. Para reactivarla, hacía falta un ritual donde jugaba un papel fundamental la doble Petrova: Elena Gilbert.
Sinceramente, celebro que ‘The Vampire Diaries’ se haya decidido a introducir un malo con todas las de la ley, dejando de lado las perrerías de Damon o la falsa amenaza que supone la caza de vampiros por parte de la madre de Caroline. Con John y Jenna fuera de juego, ahora es Alaric el que se posiciona como cuidador y nuevo patriarca de los Gilbert, aunque supongo que habrá que buscarle pronto una pareja nueva al muchacho. Y lo mismo con Elena; ahora que Stefan está más fuera de juego que nunca, a ver si se atreven a explotar su relación con Damon.
Con Elijah muerto y Stefan unido a las filas de Klaus, la cosa pinta negra, pero como ya he dicho antes aquí nunca muere nadie de verdad. Klaus no mentía al decir que no había destruído los cuerpos de todos sus familiares, sino que están todos guardados junto al recién llegado Elijah; y si todos son vampiros originales como él, significa que con quitarles la daga del pecho volverán a estar pululando por ahí. Damon, Bonnie, Elena y compañía sólo tienen que encontrar el escondite donde se encuentran y ya la volveremos a tener liada otra vez.
Jeremy, “en ocasiones veo muertos”
No voy a negar que ‘The Vampire Diaries’ ha sido un poco tramposa a la hora de seguir sus propias leyes, y no ya sólo por las muertes falsas que se sacan de la manga cada vez que les interesa. Por ejemplo, nos machacaron siempre con que la muerte de Elena era inevitable para que Klaus pudiera reestablecer su parte de lobo, pero Elena está vivita, coleando y tan feliz besando a Damon en su lecho de muerte. Tres cuartos de lo mismo con Jeremy, al que Bonnie revivió gracias a la ayuda de sus compis brujas muertas; aunque aquí, al menos, sí que ha habido consecuencias.
Los regresos de Anna y Vicki son una apuesta clara de la serie por volver al principio, y una muestra más de que aquí nadie desaparece simplemente por el hecho de estar muerto. La maniobra de Bonnie para traer a Jeremy de nuevo a la vida ha tenido consecuencias, y no queda muy claro si las chicas vienen en son de paz o para dar guerra. Sea como sea, parece que Jeremy va a tener su propio arco argumental el próximo año, rodeado por tres mujeres a las que en algún momento ha amado. Personalmente, me alegro sobre todo del regreso de Vicki, muy desaprovechada en los primeros capítulos de la serie. Queda por ver también cómo irá la cosa entre Elena y Damon; creo que no me equivoco al decir que la mayoría estamos deseando que ambos se líen de una vez, y el beso de este final de temporada, a diferencia del anterior, sí ha sido real. Con Stefan fuera de juego, a ver si se atreven a darles caña a estos dos, que ya está bien de parejita feliz.
En ¡Vaya Tele! | ‘The Vampire Diaries’, comienza el juego