Ya no queda nada por inventar en el mundo de la narrativo, por lo que sólo podemos esperar que se nos cuenten historias ya conocidas de la mejor forma posible, teniendo que agarrarnos al clavo ardiente de la ilusión de ser diferente, normalmente mera consecuencia de no conocer los referentes de la obra en cuestión. Es por ello que cuando nos topamos algo que nos rompe los esquemas no deberíamos limitarnos a reaccionar con desconcierto y rechazarlo. Eso sí, tampoco hay que caer en lo contrario, algo muy extendido en ciertos ámbitos, donde todo lo que suene a nuevo será alabado hasta la extenuación.
Tengo claro que la primera reacción de muchos ante 'The Spoils of Babylon' será el preguntarse qué leches están viendo. Los habrá que ya estén al tanto de algunos de sus probables precedentes, pero al final todo se reduce a utilizar conscientemente una idea que lleva mucho tiempo asentada entre el público: Es tan malo que es bueno --como comedia--. Es un hecho del que muchos reniegan, pero sobre el que se basa esta simpática y loca miniserie de apenas seis episodios a la que seguramente muchos lleguen atraídos por su espectacular reparto. Sin embargo, la auténtica estrella es su valiente y arriesgada utilización de un tipo de parodia que a priori parece más apropiado para vídeos cortos pensados para ser grandes éxitos virales.
Una parodia diferente
Con contadas excepciones --'Tucker & Dale contra el mal'--, el tipo de parodia que se estila últimamente en Hollywood me da vergüenza ajena, ya que ha llegado un punto en el que parece que el mero hecho de apelotonar gags sin gracia alguna es mérito suficiente para llegar a ser divertida. Eso no sucede en 'The Spoils of Babylon', donde se apuesta por un humor extremadamente absurdo para hacer una parodia que llega con muchos años de retraso, pues el objeto del mismo podemos encontrarlo principalmente en otras miniseries de los años 70 y 80 del siglo pasado. Sin embargo, todos los implicados son perfectamente conscientes de ello, porque no hay ni uno de ellos que no sepa lo que está haciendo y lo mucho que se está divirtiendo con ello.
Una de las claves para poder conectar con 'The Spoils of Babylon' es saber disfrutar de su peculiar tono, tanto visualmente, donde se recurren deliberadamente a cutradas que normalmente nos harían plantearnos qué narices está pasando ahí, como narrativos --cualquier recurso, por burdo que sea, es válido para construir la historia de poder, corrupción, incesto y muerte que vertebra la serie-- y, sobre todo, interpretativos. Es ahí donde se nota la vinculación del proyecto con el portal Funny or Die, de donde han salido multitud de virales cómicos que aquí alcanzan una categoría superior --ojo, que no he usado la palabra mejor--.
Lo primero que conviene alabar es la perfecta conjunción de elementos, ya que todos los detalles están perfectamente cuidados y no hay ningún extraño altibajo o personaje alguno que no funcione --otra cuestión es que pudieran dar más de sí-- o que esté completamente fuera de lugar --para hacerlo mal aposta y bien también hace falta tener talento--. Sí que se nota que Tobey Maguire es el que cuenta con mayores limitaciones, ya que hay ciertas fases en las que no puede limitarse a abrazar lo absurdo de la propuesta --que lo hace genial cuando tiene la oportunidad-- y casi deja ver ese lado suyo tan soso que hemos visto en no pocas películas.
Es obvio que no todas las bromas funcionan por igual, ya que hay ciertas bromas que sencillamente son las que cualquiera un poco avispado estaría esperando y no existe ese chispazo de brillantez que consiga que nos partamos de risa. De hecho, 'The Spoils of Babylon' es una miniserie que me ha provocado infinidad de sonrisas, pero muy pocas carcajadas --el momento más efectivo para mí es la lucha a bofetadas entre Jessica Alba y Kristen Wiig y el personaje que más gracia me hizo fue el delirante padre de los protagonistas interpretado por Tim Robbins, aunque Will Ferrell también lo borda en el inicio y desenlace de cada episodio dando vida al falso y excesivo autor de la novela inventada que adapta 'The Spoils of Babylon'--.
También es cierto que 'The Spoils of Babylon' coquetea quizá en exceso con que los cameos sean una fortaleza más por ver a rostros conocidos haciendo el ganso que por tener un material suficientemente jugoso --un buen ejemplo sería Michael Sheen y sus excesos gestuales que realmente no llevan a ningún sitio más allá del simpático gag sobre que las parejas a veces tienen relaciones sexuales--. No es algo que llegase a molestarme, pero conviene aclarar que 'The Spoils of Babylon' podría y debería haber sido mucho mejor --por ejemplo, la trama del maniquí es tan curiosa como fallida en líneas generales--, aunque no por ello deja de ser una refrescante y entretenida locura que nos garantiza pasar un buen rato durante sus seis episodios si simplemente sabemos conectar con su singular tono.
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