El terror en la televisión, aunque sea tirando por la variante más sobrenatural, hay que saber llevarlo. Más que nada porque no es lo mismo hacer un relato corto o algo que te puedas ventilar en una película (y sus secuelas) que intentar plasmar el género en televisión en abierto, con todas las restricciones y exigencias que eso implica. La semana pasada terminó la primera temporada de ‘The River’, la apuesta de terror sobrenatural de ABC que culminaba las noches de los martes sin demasiada mala suerte en las audiencias.
‘The River’ (creada por Oren Peli y Michael R. Perry) narra la historia de una expedición en la amazonía en busca del prestigioso presentador de documentales Emmet Cole (Bruce Greenwood). La serie está realizada con la técnica del found footage en la cual vemos todo desde el punto de vista de las cámaras usadas para realizar el docurreality que sigue esta búsqueda por parte de la familia de Emmet, Lincoln (Joe Anderson) y Tess (Leslie Hope). Los primeros hallazgos parecen indicar que el Doctor Emmet se había adentrado en la región mística de la Boíuna en busca de la Fuente de la magia.
Nos encontraremos pues con una búsqueda por un territorio inexplorado por el hombre blanco lleno de espíritus, demonios, sucesos paranormales… vamos, todo lo que se le pueda ocurrir a los guionistas y se sepa de carrerilla Jahel (Paulina Gaitán), hija de Emilio (Daniel Zacapa), el mecánico del barco y la “wikipedia” de la Boíuna. La expedición está formada, además, por Clark Quitely (Paul Blackthorne) el productor del documental de Cole y de este docurreality; Lena Landry (Eloise Mumford) productora e hija de uno de los cámaras desaparecidos; Kurt (Thomas Kretschmann), responsable de la seguridad de la expedición, que sabe más de lo que dice; y Shaun (A.J. Pouland), el cámara jefe.
‘The River’, presa de sus propias reglas
Las series (y películas, obras en general) piden al que observa que entre en sus reglas. Si no entras en ellas la historia se te puede hacer muy cuesta arriba. En ‘The River’ nos encontramos con que intentan seguir las reglas de dos géneros: las reglas del terror/sobrenatural (mostrar poco, personajes ultraplanos…) y el ya nombrado found footage. Si entras en esas dos reglas, admites que ese plano perfectamente iluminado ha sido una cámara del circuito cerrado del barco y que haya cámaras en casi todos los lados, ‘The River’ se convierte en una serie bastante disfrutable.
‘The River’ tiene dos problemas: el primero es ser presa de las propias reglas; con lo que en ciertos momentos se pierde credibilidad y, sobre todo, el poder desarrollar a los personajes, con una actuación parca, por no decir limitada. El segundo es que nos encontramos con una serie que se emite en abierto (aunque sea a las 10 de la noche) por lo que todo es demasiado ligero e incluso el tema “espíritu de la semana” se va desinflando episodio a episodio.
Desde un primer momento se vio que la serie no iba tanto hacia el susto como hacia el yuyu. Hacia el agobio, lo perturbador; algo que ya hiciera, por otra parte, ‘American Horror Story‘. En este sentido ‘The River’ cumple su objetivo. Sus primeros episodios guardan los momentos con más fuerza visual y perturbadora (los muñecos, por ejemplo). Lástima que después de eso no hayan logrado alcanzar esas cotas.
‘The River’, terror sobrenatural clásico
Tampoco ayuda a valorar la serie la parte que le toca a los personajes. Entre que ya de por sí el formato de ‘The River’ les limita a la hora de actuar y el hecho de que sean bastante planos (o poco definidos, según se vea) y no se les pueda conocer “off the record”, es imposible sentir un mínimo de empatía. Yo veía los episodios de ‘The River’ porque tenía curiosidad por ver el paradero de Emmet y ver el “espíritu de la semana”; pero por mí que se murieran todos los personajes (de hecho se producía en mí una indiferencia total cuando uno estaba a punto de morir).
Por otro lado ‘The River’ no es más que una manera de hacer en forma de serie un género bastante clásico como es el terror sobrenatural con el Magus surcando la Amazonía y la Boiuna de escenarios principales. Normalmente los episodios, además, están inspirados en alguna leyenda local digna de la atención de Íker Jiménez, lo que dota a la serie de cierto grado de interés.
No voy a negar que a mí ‘The River’ me ha gustado. Aun siendo consciente de sus fallos me ha parecido una serie bastante interesante pero que se ha ejecutado de modo algo desastroso. Sin embargo sigo creyendo que lo que más falla es la forma. Si se hubiera hecho de otra manera, incluso intentando hacer algo mixto (mezclando metraje encontrado con el single-camera tradicional de las series) el resultado creo que hubiera sido bastante mejor. De momento parece ser que los ocho episodios de los que consta esta primera temporada serán los únicos ya que ABC no parece dispuesta a renovarla, aunque Netflix ya se ha interesado por ella. Lamentablemente, y aunque en cierta medida me duela, ‘The River’ es otra serie del montón más que será olvidada a las primeras de cambio.
PD. Para los que lo andéis preguntando la primera temporada cierra la trama principal pero el final lo deja un poco en el aire, por si la renovaban.
En ¡Vaya Tele! | ‘The river’ llega a Fox España
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