'The Playboy Club', no tan mala como la pintan

'The Playboy Club', no tan mala como la pintan
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No hay peor pesadilla para un adicto a las series que engancharte a un estreno y que te lo cancelen a la primera de cambio. Nos pasó a mucho el año pasado con ‘Lone Star‘ y ‘My Generation‘, y me va a pasar este año con ‘The Playboy Club‘. Pertenezco a esa pequeña minoría que después de ver los dos primeros capítulos de ‘The Playboy Club’ puede decir que la serie mola, que engancha y que puede ofrecer mucho en los próximos capítulos. La ambientación es algo chunga y el prota es fácilmente exasperante y repelente, pero dejando eso a un lado existen varios frentes que podrían dar mucho de sí.

El problema es que es bastante probable que la NBC tenga poca paciencia con ella después de los malos datos que ha cosechado en su estreno. La audiencia del piloto ya fue bastante mala, la más baja de todos los estrenos de este año en las networks, y ha empeorado muchísimo en su segundo capítulo, marcando un 1,3 en demos (18-49 años) que incluso para la cadena del pavo real es un dato insostenible. Ya decíamos antes de su estreno que era una serie algo atípica, más propia del estilo del cable, y no nos equivocábamos. Si sobrevive a las próximas horas o semanas será un milagro; y en caso de hacerlo, esto es lo que podríamos encontrarnos.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

El principal reclamo de la serie es la palabra “Playboy”, que implica chicas guapas ligeritas de ropa y un ambiente lleno de glamour y pomposidad, tan atractivos en otras series. Pero la mansión es sólo la excusa para contar varias historias, de igual forma que en ‘Pan Am’ (al que desde ya bautizo como mejor estreno de la temporada) el avión es únicamente el soporte físico para contar algo mayor. La muerte de uno de los clientes, que resultó ser el jefe de la mafia, a manos de una conejita es la premisa que nos cuentan ya en los primeros minutos, pero es probablemente lo menos interesante de la serie.

Dejando atrás la cara de intenso de Eddie Cibrian, sus arrugas en la frente, la voz falsamente desgarrada y esa intención clarísima de querer parecerse a Don Draper, nos encontramos con un cartel de personajes secundarios muchísimo más interesante. Empezando por Amber Heard, la conejita Maureen, que a pesar de su papel de chica en apuros que se encuentra atrapada entre varios frentes, también es capaz de sacar su carácter; o eso parece. También la conejita Alice, lesbiana en un matrimonio de conveniencia; o la conejita Janie, que en el segundo capítulo ya nos ha avanzado algo de su oculto pasado.

El problema es que la serie ha bajado bastante el nivel en su segundo capítulo, y aunque la música es muy bonita y las chicas están de muy buen ver, no se puede sobrevivir sólo de eso. Lo planteado en el primer capítulo apenas ha avanzado, y un ritmo lento es lo último que le hace falta a esta serie. En cualquier caso, está ya sentenciada de muerte; la NBC no va tener mucha paciencia con ella, y milagro será que llegue a los sweeps de noviembre. Yo me bajo aquí, no por falta de interés, sino porque me niego a que me dejen a medias. Y vosotros deberíais hacer lo mismo.

En ¡Vaya Tele! | Otoño 2011: Nuevas series NBC

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