‘The Neighbors’, cosas de marcianos… y humanos

‘The Neighbors’, cosas de marcianos… y humanos
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Es inevitable no acordarse de ‘3rd Rock from the Sun’, aquella sitcom de los 90 con un John Lithgow diametralmente opuesto al de ‘Dexter’, cuando uno piensa en el planteamiento inicial de ‘The Neighbors’. Los Weaver, familia tipo americana, se mudan a uno de esos barrios residenciales de casas clónicas y vallas blancas.

Allí son recibidos por una comunidad de aspecto algo sectario: visten idéntico, actúan mimética y simultáneamente y de forma casi robótica; un poco como en los créditos de Weeds. Pronto descubrirán – y se verán forzados a aceptar- que estos vecinos tan peculiares son extraterrestres disfrazados de humanos cuyos nombres han tomado prestados de grandes atletas como Larry Bird, Jackie Joyner-Kersee o Reggie Jackson.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Pez fuera del agua… al cuadrado

Este punto de partida de personaje que abandona su hábitat natural para mudar su vida a un entorno completamente distinto es uno de los detonantes más comunes. El choque cultural, el contraste urbano-rural, el cambio de clase social… son elementos habituales en este tipo de historias que en ‘The Neighbors’ aprovechan por partida doble.

El choque e intercambio funciona en ambos sentidos, aprovechando las excentricidades de los alienígenas y los convencionalismos humanos para hacer humor y construir de paso la moraleja final. Porque sí, la finalidad más allá de la comedia es hacer a los humanos custionarse a sí mismos y aprender la lección gracias a los alienígenas. Es la moralina predecible en este tipo de comedia familiar, pero la equilibran bien utilizando a los aliens como vehículo para mofarse y criticar nuestras reglas sociales.

No faltan ciertas insinuaciones casi escondidas de su predisposición a destruir la tierra en cualquier momento si fuera necesario, claro. Pero no quiero engañar a nadie, ‘The Neighbors’ es una serie blanca, familiar, con mucho humor facilón y gags muy de los noventa, pero funciona. Es divertida y – exceptuando los dos últimos episodios- se ha mantenido muy constante.

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Tras diez capítulos, los Weaver y los Zabvronianos se han ido de parón navideño dejándonos con alguno de los momentos más cachondos del otoño seriéfilo. La madre alien utiliza ‘The Real Housewives of New Jersey’ como ejemplo de comportamiento de un ama de casa de verdad. En Halloween, el pequeño – y realmente incómodo de mirar- Dick Butkus nos regala una imitación tronchante de la dinámica diaria del matrimonio humano. O esa aventura en la jungla de un centro comercial.

Lo que podemos esperar

El año pasado se estrenó ‘Suburgatory‘, una comedia de corte similar donde los marcianos eran gente bien de barrio residencial. Su punto fuerte era la parodia de todo ese mundo de hipocresía, apariencias y superficialidad; en ‘The Neighbors’ es esa mirada de nuestras costumbres a través de los ojos de los aliens. Yo espero que no se desinfle como le sucedió a la primera y continúe por esta línea.

Los guionistas lo han tenido fácil en estos primeros meses con tanta festividad (Halloween, Acción de Gracias, Navidad…) y además ya han cubierto temas como el sexo o la muerte. A partir de ahora se enfrentarán a lo más cotidiano, donde la dificultad de encontrar el giro original ya se ha visto en alguno de los capítulos emitidos.

‘The Neighbors’ es una de esas sorpresas del otoño, una comedia entretenida, divertida y sin pretensiones escondida tras una apariencia y punto de partida viejuno y tipicorro. Fox España ya está emitiéndola con el título ‘¡Vaya Vecinos!’.

En ¡Vaya Tele! | The Neighbors

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