'The Magicians' un equilibrio complicado que sabe enganchar

'The Magicians' un equilibrio complicado que sabe enganchar

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'The Magicians' un equilibrio complicado que sabe enganchar

Desde hace unos años, vivimos el apogeo de varias tendencias que se suman en 'The Magicians'. Para empezar, tenemos la adaptación de una trilogía de novelas de éxito, algo que más que tendencia, es casi el pan seriéfilo de cada día. Después, la apuesta por una historia sobrenatural en la que los elementos mágicos ayudan a que nuestro argumento se llenen de momentos visualmente potentes.

Tenemos el mundo adolescente como protagonista. Series sobre jóvenes (o supuestamente) que quieren enganchar con un público también joven pero que aspiran a sumar varios ingredientes más para que no se les escapan los adultos más fans de la magia. Porque eso es 'The Magicians', una oda a la fantasía que nos ha cautivado desde niños. A los mundos ideales e irreales, pero tocado con varias chispas de mala leche que contenten a los más ácidos.

SPOILERS de los tres primeros capítulos de la segunda temporada

La infantil Fillory

Llevamos tres capítulos de la segunda temporada. Una de las cosas que más me llaman la atención es cómo la serie consigue salir airosa (en la mayoría de las ocasiones) de unas tramas que se ven obligadas a mezclar elementos más infantiles con trasuntos adultos. Por ejemplo, me sucede esto con todo el universo de Fillory. Ese reino de fantasía, de bosques maravillosos y flores de piruleta choca a veces con el tono general del relato.

Magicians

Los protas son los reyes del lugar (apoderándose de una premisa que dice que para unos chicos del siglo XXI les resulte natural que haya reyes y súbditos) y pasan por conflictos un tanto inocentones como el hecho de que hay agricultores que no saben que el abono beneficia a los cultivos o esa trama de la maldición en la que todos se quieren matar, unos a otros, con un desarrollo un poco de guiñol que, afortunadamente, apenas duró unos quince minutos.

Los magos malotes

Todo este universo edulcorado choca un poco con la personalidad de algunos de los personajes que han tenido la férrea voluntad de presentarse como unos malotes de tomo y lomo. 'The Magicians' se anunció como un Harry Potter como adultos, pero eso no debería consistir sólamente en que los jóvenes digan tacos, tomen drogas y practiquen sexo.

Ser adultos es bastante más que eso. Pero, en fin, la serie es deudora de un público muy concreto. Al que le gustan los guapos y las guapas que se pasean con tacones y maquillaje así tengan que derrotar a los malos más peligrosos. Que viven en una constante tensión sexual hasta consigo mismos y que lucen modelazo en cada secuencia. Con misterio, riesgo y aventura, pero sin olvidar la moda.

El tormento de Julia

Bestia

Aún así, 'The Magicians' sabe superar ciertas trabas y mostrarse como una serie dinámica, entretenida, que se ata a conflictos "mayores" que saben enganchar. Para ello, hay que destacar el sacrificio de algunos de sus personajes. En lo que llevamos de temporada, el personaje que me resulta más interesante, con mucha diferencia, es Julia. Esa mujer que aún no tenemos muy claro si es o no una villana.

Julia vive atormentada, sacudida por los deseos de venganza y por esa sombra que consume su tranquilidad. Sus secuencias con la Bestia son de lo más entretenido. Y es que menudo aire fresco nos trae la Bestia. Bueno, o traía, porque parece que Alice ha acabado con él. Alguien que no se toma en serio constantemente, que es divertido y ocurrente. Algo que le falta a otros personajes.

En ¡Vaya Tele! | 'The Magicians' enseña el trailer de una segunda temporada crucial para su mundo

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