Primero, demos las buenas noticias, y es que, según publica Spoiler TV, BBC 2 ha pedido una segunda temporada de 'The Hour', algo con lo que la propia serie te deja con ganas al final de sus primeros seis episodios. Era una de las apuestas de ficción más importantes del canal para este verano, no sólo por el esfuerzo de producción que supone reproducir cómo eran los estudios de la BBC, y Londres en general, en 1956, o por el reparto involucrado, sino porque el mero nombre de su creadora, Abi Morgan, ya implica grandes expectativas en el Reino Unido. La recepción allí de la serie ha sido, en general, buena, aunque ha habido críticas hacia algunos fallos en su ambientación (y en el modo de hablar de los personajes), y parece que esta serie será mejor acogida fuera de las islas británicas.
Aunque los primeros episodios igual no terminan de presentar con tanta claridad la conspiración como habría podido parecer, y Bel, su protagonista femenina, no ha estado tan bien aprovechada como sus dos compañeros, 'The Hour' sí ha conseguido entrelazar bien en los últimos capítulos el lado de thriller con el triángulo entre sus protagonistas, consiguiendo que la conspiración tuviera potenciales repercusiones a nivel personal para todos. Algunos personajes, como Clarence Fendley, el jefe de Bel, han ganado muchos enteros con el paso de los episodios, aunque su participación final en la historia podía adivinarse, y también la periodista Lix ha dejado algunos apuntes que merecen que se exploren más en la segunda entrega. Abi Morgan señalaba que su propósito era crear un grupo de personajes que el espectador quisiera seguir más allá de esta historia inicial, y puede decirse que lo ha cumplido.
La conspiración
La serie ha tenido dos líneas argumentales, o hasta tres: el thriller de espías, la relación entre Bel, Freddie y Hector y la dinámica de la puesta en marcha del 'The Hour', con sus presiones por parte del gobierno al estallar la crisis del canal de Suez, que muchos historiadores coinciden en señalar como el final del Imperio Británico. También muestra el estado en el que se encontraba la todavía joven televisión en un país que vivía aún con la sombra de los sufrimientos de la Segunda Guerra Mundial, y con unas noticias encorsetadas y anquilosadas. El intento de tener un programa informativo moderno, que trate los temas de verdad importantes, se va viendo al mismo tiempo que el reportero Freddie Lyon se topa con una trama de espías en la que está involucrada una familia aristocrática y que puede suponer un importante riesgo para Freddie.
Entre la investigación de Lyon, y el seguimiento que hace del gobierno del tratamiento que 'The Hour' da a lo que se conoció más tarde como la "guerra del Sinaí", esta trama alcanza en la recta final momentos de tensión muy bien llevados. Las grandes revelaciones no surgen de repente, y aunque a veces Freddie puede pecar de ser demasiado impetuoso, el modo en el que van encajando las piezas al final resulta bastante satisfactorio. También se van presentando más aristas de personajes que, al principio, parecen muy unidimensionales y fácilmente odiables, como el enlace del gobierno con la BBC, y se desarrollan un poco más a algunos de los reporteros que trabajan en 'The Hour'. En serio que Lix, la periodista vocacional entregada a su trabajo, necesita ganar más peso en la segunda temporada.
El triángulo principal
No obstante, lo que a la serie le importa más es el desarrollo de la relación entre Freddie, Bel y Hector. El triángulo amoroso no aporta nada especialmente nuevo, pero la historia pasada entre Bel y Freddie, de la que apenas se insinúan algunas cosas, da a su dinámica una capa más interesante que la interacción de cualquiera de los dos con Hector. Lo que destaca de él son sus contradicciones, su deseo por escapar de un encorsetado mundo en el que entró para poder realizar su ambición, al mismo tiempo que se pliega a sus dictados justo para subir en la escala social. Bel también vive en la indecisión de convertirse en una mujer como la esposa de Hector, dedicada sólo a su casa, o como Lix, que optó por centrarse en su carrera, y sus propias contradicciones merecían un poco más de desarrollo en la serie.
La relación entre los tres está extraída, como la propia Morgan ha reconocido, de la película 'Al filo de la noticia', y logra tener las suficientes complejidades para nunca resulta aburrido ver cómo se despliega ante nuestros ojos. También ayuda que Romola Garai, Dominic West y Ben Whishaw (a veces un poco demasiado histriónico) se desenvuelven a la perfección con sus personajes, y sus interpretaciones es una de las razones principales para ver la serie. Ésta acaba cerrando la trama de la conspiración, pero dejando las historias personales no tanto en suspenso como en espera de volver a retomarlas, que es justo por lo que la noticia de la renovación de la serie es toda una satisfacción. Y también provoca cierta curiosidad por ver dónde estará cada uno cuando los veamos de nuevo.
'The Hour' tiene un tono, en general, más ligero de lo que parece a primera vista, puntuado por una banda sonora jazzística y una ambientación muy cuidada. No es de las que lo expliquen absolutamente todo, pero deja cositas aquí y allá que nos ayudan a entender lo que está pasando y, desde luego, su reparto es uno de sus principales atractivos. Su último episodio es, probablemente, uno de los finales más satisfactorios que podamos ver este año.
En ¡Vaya Tele! | 'The Hour', una historia de periodistas