Hay tantos superhéroes últimamente en el cine y la televisión que resulta hasta complicado estar al día con la última gran moda del mundo audiovisual -y sería una pena que eso pudiera afectar a algunas propuestas que se salen de lo habitual-. De hecho, 'The Flash' parecía condenada a quedar en un segundo plano ante el estreno de 'Gotham', pero la serie de The CW ha gozado de una acogida tan positiva -siempre tomando como referencia los datos de la propia cadena- que bien podríamos calificarla como el mayor éxito de lo que llevamos de temporada.
Mi compañero Albertini ya compartió con nosotros su opinión sobre el episodio piloto cuando se filtró hace ya un par de meses, pero no fuimos pocos los que preferimos esperar a su estreno oficial para ver si nos quedábamos con 'The Flash', si pasaba a formar parte de la enorme lista de series que ya veremos más adelante o si sencillamente procedíamos a ignorar su existencia. Yo ya os avanzo que pertenezco al primer grupo, pues el entretenimiento ligero que nos ofrece 'The Flash' es algo que le sienta muy bien al superhéroe interpretado con entusiasta corrección por Grant Gustin.
El temprano equilibrio de 'The Flash'
Está claro que 'The Flash' ha sido diseñada para ser una serie de The CW, tanto por la ligereza de su tono, el aspecto físico de sus protagonistas y el estilo de sus diálogos o su acabado visual, no muy alejado del que tenía 'Smallville'. Esto es algo que ya echará a algunos hacia atrás, pero yo agradezco que se huya del dominio de la intensidad superficial y que esté claro que no es más que un pasatiempo que podría sorprendernos con alguna trama continuada muy interesante -y también algún desastre de épicas proporciones, pero prefiero ser optimista por ahora-, pero que tampoco pasará nada si su único objetivo es hacernos pasar un buen rato.
Como es lógico, 'The Flash' no puede echar mano de la carta de la espectacularidad, ya que su limitado presupuesto le impide acercarse ni un poquito a lo que las películas de superhéroes pueden ofrecernos. Esto hace que los villanos episódicos pueden llegar a parecernos poca cosa, pero tampoco hay que olvidar que Flash está en su fase de adaptación a sus poderes y no puede ir luchando ya de entrada contra su némesis -todo superhéroe necesita no una, sino varias-, algo que sí suele hacerse en la gran pantalla y que no siempre funciona del todo bien. La clave es evitar que esa calma se convierta en repetición y rutina, algo que por ahora ha logrado esquivar.
Lo cierto es que dejando de lado algún detalle metido con calzador -ese crossover totalmente gratuito y fuera de lugar con 'Arrow'-, 'The Flash' ha conseguido que la estructura relativamente clónica de los tres episodios emitidos funcione, ya que ha servido para que los personajes crezcan de una forma u otra. Cierto que no todos son igual de interesantes -de hecho, algunos son bastante mediocres- y que por ahora no hay señales de que en su reparto haya algún actor que pueda mejorar el material que tienen su disposición, por lo que todo se reduce en esencia al ingenio y la efectividad de los guiones, siendo seguramente ahí donde la presencia de Greg Berlanti ha ayudado mucho a que la serie haya encontrado un equilibrio de buenas a primeras, algo que otras producciones similares no consiguieron.
Buscando su sitio
Tengo que confesar mi desconocimiento casi total de los cómics originales, por lo que no sé hasta qué punto están plantando realmente semillas de cara al futuro, pero desde un punto de vista neófito me da la sensación de que personalidad es lo único que realmente le falta a 'The Flash'. No hay nada de malo en que una serie sea de ver y olvidar poco después si te hace disfrutar -el caso más radical que se me ocurre es el de 'Brooklyn Nine-Nine', con la cual me lo pasó genial, pero de la que apenas recuerdo gran cosa al de unos días de ver cada uno de sus episodios-, pero no deja de ser una limitación que hay que intentar superar de una forma u otra.
Soy consciente de que 'The Flash' apenas acaba de empezar y también de que hay muchas cosas que explorar en su mitología -aunque habrá que ver si DC prefiere guardarse cosas de cara a la película sobre el personaje que estrenará en 2018-, pero el problema es que sí han ido aclarándose cosas sobre los poderes del protagonista y en otras áreas y al final lo único que deja cierto poso son esas revelaciones finales, aunque no sé si es más por ser la última información que recibimos como espectadores que porque realmente funciona bien. De hecho, empieza a rozar lo reiterativo cuando, como ya he comentado, uno de los grandes logros del resto del capítulo es evitar eso.
También habrá que esperar a ver hasta qué punto pueden crecer los actores dentro de sus personajes, pues de ahí depende que realmente puedan engancharnos para construir algo grande a partir de eso o que, como ha sucedido hasta ahora, sean los aciertos ocasiones de los guionistas los que realmente determinen el tope que puede alcanzar 'The Flash'. La cuestión es que aún hay espacio para saber si quiere o no ser algo más, que como pasatiempo de perfil “bajo” es apreciable, pero hay una serie de obstáculos con los que va a toparse de forma repetida y no quiero que acabe pareciéndose más de la cuenta a 'Smallville'.
En definitiva, el arranque de 'The Flash' nos ha ofrecido aceptables villanos episódicos que ir utilizando para empezar a desarrollar la mitología de la serie y las algo esquemáticas relaciones entre los personajes. Quizá estén empezando a resultar algo repetitivas las misteriosas motivaciones que guían las acciones de Wells , pero también es el principal elemento de continuidad más allá de la necesidad de sacar de la cárcel al padre del protagonista -buen detalle que sea el mismo actor que dio vida a Flash en la serie de los 90-, así que mejor esperar un poco más a ver dónde nos lleva. Aprobado alto.
En ¡Vaya Tele! | 'The Flash' tiene un piloto más que sólido
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