El final de la segunda temporada de 'The Blacklist' apuntaba a un cambio importante en la fórmula de la serie. Se resolvía el misterio de la verdadera identida de Elizabeth Keen, por fin averiguábamos cuáles eran los propósitos de la Cábala y, en parte, teníamos una idea más concreta de por qué Reddington quería trabajar inicialmente sólo con Keen. Todos esos avances, además, hacían saltar por los aires el status quo de la serie hasta ahora; la Cábala involucra a Keen en un asesinato, ésta mata a uno de sus miembros y se ve obligada a huir al lado de Reddington.
Así arranca la tercera temporada, que en España ya puede verse a través de Canal+ Series. Apenas han pasado horas desde que Keen dispare a Tom Connolly y de que sea apuntada como sospechosa de intentar envenenar a un senador, y ella decide hacer caso a Reddington y escapar con él cuanto tenga la oportunidad. Todo sabemos que el discurso de Ressler de que debe quedarse para luchar por su inocencia, en lugar de ser perseguida como una fugitiva, es papel mojado, pero Ressler lleva siendo demasiado ingenuo toda la serie como para darse cuenta.
La caza de Keen y Red
Si hacemos caso a lo que vemos en el primer episodio de la tercera temporada, 'The Blacklist' va a girar ahora alrededor de la persecución de Elizabeth Keen y Reddington por parte del FBI. Desde luego, es una gran ayuda que Masha Rostova cuente con los recursos de Red para huir, pero también vemos que va a tener que ser ella misma quien dé un paso adelante y se saque las castañas del fuego. La opción de refugiarse en la embajada rusa es interesante porque, probablemente, arrojará más luz sobre el pasado de Keen, aunque ya lo sabemos casi todo.
Lo único que permanece un misterio es qué paso con su madre y cuál era su relación con Red, porque toda la serie gira alrededor de las conexiones en el pasado entre Reddington y la familia biológica de Elizabeth. Es lo único realmente interesante de 'The Blacklist', que sigue explorando esa gran conspiración al más alto nivel que tiene a los dos protagonistas en el punto de mira, y que podría ser el deus ex machina que saque a Keen de este apuro.
Todo depende de hasta dónde pretendan llevar esta vuelta de tuerca Jon Bokenkamp y el resto de guionistas de la serie. Desde el principio, Red y Elizabeth son entretenidos de ver juntos, más todavía cuando tienen que llevar a cabo alguna "misión", y centrar más las tramas en su relación puede darle una chispa a la serie de la que carece cuando la acción se desplaza al grupo especial del FBI, que ahora dirige un agente Ressler que, como diría la Condesa Viuda de 'Downton Abbey', no siente el frío del alto terreno moral.
¿Un cambio en la fórmula?
Es curioso que, con su cambio a los jueves por la noche a mitad de la segunda temporada, 'The Blacklist' optara por volverse cada vez un poco más serializada. Hasta hizo un par de capítulos en los que resumía toda la serie, como si fuera el final de 'Expediente X', para los espectadores que podían haberse enganchado de nuevas en su recién estrenado horario. Mantenía la estructura del miembro de la lista negra de Reddington al que tenían que detener cada semana, pero éste solía estar relacionado con la trama de fondo, o ésta iba avanzando al mismo tiempo que la investigación del blacklister del capítulo.
La tercera temporada puede cambiar esta estructura. Aunque los episodios sigan llevando el nombre de esos delincuentes, en el primer capítulo vemos que es alguien que ayuda a Red y a Keen a escapar, y la "caza al hombre" organizada por el FBI para atraparlos puede potenciar todavía más la serialización de las tramas. O no, no podremos saberlo con certeza hasta que no hayan transcurrido varios episodios más.
Al menos, la trama en el FBI tiene algo más de interés al mostrar cómo Aram y la agente Navabi no confían en Ressler para llevar a cabo esta operación. El primero cree que Keen es inocente, y la segunda no está convencida de que pueda mantener la cabeza lo suficientemente fría como para dirigir todo el tinglado. Ambos agentes son personajes con mucho más potencial y más entretenidos que Ressler, que siempre ha sido bastante estirado, pero 'The Blacklist' nunca termina de aprovecharlos del todo. Navabi, por ejemplo, se supone que es una letal agente del Mossad, y últimamente su papel es simplemente que alguien la tome presa.
La tercera temporada puede representar un necesitado cambio de aires para 'The Blacklist'. No es que la conspiración vaya a ser, de repente, lo más apasionante de la televisión actual, pero una mayor exploración de la relación entre Red y Keen puede ser interesante, y si las dudas de Aram y la agente Navabi ganan más peso, hasta la trama del FBI puede ganar algo de relevancia. Tener a Elizabeth refugiada en la embajada rusa traerá, seguramente, a la Cábala otra vez a primer plano. ¿Qué se le ocurrirá a Reddington para intentar sacarla de allí?
En ¡Vaya Tele! | 'The Blacklist', Red, Liz y poco más
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