‘The Big Bang Theory‘ fue hace cuatro años una de las series revelación en la televisión americana. La aparición de una sitcom de temática friki (o nerd o geek, como queráis llamarlo) con un personaje tan característico como Sheldon hizo furor entre el público, creando una inmensa legió de fans que seguía la serie temporada tras temporada. En la actualidad, la serie va ya por su quinta temporada y esos fans siguen estando ahí, al igual que la serie, que sigue igual que siempre.
Cuando la cuarta temporada se nos despidió con ese cliffhanger tan extraño de los dos personajes habiéndose acostado, muchos no sabían cómo iba a hacer la serie para poder recuperar el ritmo normal y no perder la química que había entre los personajes. Lo que no sabía mucha de esa gente es que ‘The Big Bang Theory‘ sigue siendo una sitcom, y en este tipo de series los argumentos complicados se suelen despachar más bien rápido. Y como si los guionistas hubieran leído un manual, así lo hicieron.
Realmente no me disgustó cómo resolvieron la situación de Penny y Raj, ya que aunque tuvieron que humillar aún más al pobre Koothrapali, la situación se resolvió com el que quita una tirita, rápidamente y sin que doliera demasiado. Y así fue también el reinicio de las relaciones, ya que después de la aclaración del tema de la pareja extraña, todo volvió a la normalidad, con los mismos gags, las mismas risas enlatadas y el mismo argumento con el que hemos estado viviendo las cuatro últimas temporadas.
Para muchos la continuación del mismo estilo es una buena noticia, pero para otros no lo es tanto. Ya desde la cuarta temporada la serie cayó bastante en picado en cuanto a calidad. Salvo algunos capítulos bastante brillantes, la mayoría se han convertido en los episodios típicos de la factoría Chuck Lorre, diálogos a base de bromas estúpidas y algo barriobajeras, personajes sólo preocupados por las interrelaciones y el sexo y argumentos que sólo sirven para crear escenas donde se luzcan los personajes. Las bromas de carácter científico y geek han quedado reducidas a una o dos por episodio, así como ese espíritu que tenía en sus primeras temporadas.
Para terminar, decir que la serie sigue yendo por sus derroteros, evolucionando poco a poco a un clon de ‘Dos Hombres y Medio’ que apesta bastante, pero que aún puede seguir gustando a los que veían la serie debido a un gran elemento diferenciador, Sheldon, el personaje que da sentido a la serie.
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