Como dice en un mensaje a J.J. Abrams y al equipo de guionistas, "vuestra responsabilidad incluye saber cuándo escribir FIN".
Realmente es una opinión interesante, que nos podría llevar a un debate aún más interesante. Es obvio que desde el punto de vista del creador, las historias tienen un inicio, un nudo y un desenlace. Así, su creación es redonda. Pero desde el punto de vista de las televisiones y las productoras, la cosa cambia. Porque si una serie se convierte en una vaca lechera, con audiencias que no descienden, con miles de euros en merchandising o otro tanto en explotación de los derechos comerciales (DVD's, películas, etc.)... ¿quién se resiste a seguir ordeñándola, aun a costa de acabar estropeando la historia original?
Supongo que el punto de vista del espectador sería relevante. Pero tengo la sensación de que como espectadores somos bastante poco fiables. Somos nosotros quienes, con nuestro apoyo, seguimos dando audiencia a las series que continuan, y continuan... nos resistimos a ver desaparecer de nuestras pantallas a unas historias y unos personajes de los que nos hemos encariñado. Pero somos nosotros mismos los que, cuando la serie termina (normalmente de forma abrupta por una caida de audiencias) decimos que tenía que haber terminado mucho antes, cuando "era buena de verdad".
En todo caso, creo que el bueno de Stephen King tendrá que fastidiarse. Quien manda aquí son los que ponen el dinero, y esos están encantados con dejar a la vaca lechera completamente extenuada, aunque eso suponga alargar las series más allá de lo que la historia da de sí.