State of Play, el thriller de la BBC con película de Hollywood

Uno de los proyectos cinenatográficos más esperados para 2009 es State of Play, una película protagonizada por Russell Crowe y Ben Affleck, y dirigida por Kevin McDonald, que adapta una miniserie británica de 2003, escrita por Paul Abbott y dirigida por David Yates. Emitida por la BBC, en su momento tuvo un gran éxito en el Reino Unido y entre esa circunstancia, y el tema tan de actualidad y tan del gusto de Hollywood que toca, no es extraño que los americanos se hayan lanzado a hacer el remake para el cine.

State of Play cuenta la investigación de la muerte de la ayudante de un joven y prometedor político, Steven Collins, que trabaja en el comité de energía del gobierno británico. El punto de vista está situado en Cal McCaffrey, un periodista que empieza a seguir la historia por la amistad personal que le une a Collins y que, lógicamente, termina descubriendo una intriga al más alto nivel bastante desasosegante. Sobre todo, el espectador va descubriendo más cosas a medida que McCaffrey y el resto de sus compañeros van indagando e investigando para publicar toda la historia en el periódico, con lo que tenemos una muy interesante mirada al trabajo periodístico.

Los seis capítulos están rodados buscando la máxima inmediatez, muchas veces cámara en mano, y hay pocos momentos de respiro. Se suceden las revelaciones y las maniobras para intentar taparlo todo y, a medida que el tapiz se va desvelando, queda una sensación bastante inquietante. Por temática, State of Play podría ser una mezcla entre Todos los hombres del presidente y la reciente Michael Clayton, encontrando también tiempo para dibujar unos personajes con sus contradicciones y unas convicciones personales que muchas veces chocan con su trabajo.

Como es habitual en las series inglesas, aunque el guión pueda tener algunas cosillas mejor llevadas que otras, especialmente al final, el conjunto se beneficia de un reparto muy sólido, encabezado por David Morrissey y John Simm, y que cuenta con gente como Bill Nighy, Kelly McDonald, James McAvoy o Philip Glenister, actores que después se harían muy conocidos por otras series, como Life on Mars, o porque han dado el salto a Hollywood con bastante éxito. También hay que destacar la firme dirección de David Yates, que pasaría de aquí a una miniserie sobre trata de blancas y a las películas de Harry Potter.

State of Play es, principalmente, un programa televisivo muy bien hecho y sumamente entretenido, que no renuncia a cuestionarse algunas cosas del mundo en el que vivimos, y que lamentablemente, si yo no recuerdo mal, no hemos podido aún ver en España cinco años después de su estreno. En EE.UU. se editó en DVD hace poco, así que esperemos que, aprovechando la gran vitalidad que está viviendo ese sector en lo que a las series de televisión se refiere, alguien se anime a hacer lo propio por estos lares.

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