Cuando vi por primera vez el trailer de ‘Spartacus: Blood and Sand’ durante la pasada Comic Con no pude más que estremecerme por la cantidad de sangre y violencia concentrada que exudaba aquel trailer, pero la serie tampoco se queda corta. Puedo asegurar sin miedo a equivocarme que ‘Spartacus’ es la serie más sangrienta que he visto en toda mi vida, tanto que creo que hasta me salpicó.
Nada más empezar y durante prácticamente todo el piloto hay cortes, mutilaciones y arterias expulsando sangre a chorro, casi siempre maximizadas en slow motion, y todo es tan coreográficamente sangriento que una y otra vez hay que apartar los ojos de la pantalla, a no ser que disfrutes con el gore –que no es mi caso-.
Otra constante en estos primeros capítulos ha sido el sexo, tan explícito que no recuerdo una producción americana con estos grados de desnudez –incluso actores masculinos relativamente conocidos se prestan a desnudos frontales-. Posiblemente la carne sea una de las razones más populares para ver esta serie –llamémosle efecto ‘Los Vigilantes de la Playa’-.
Otro punto destacable de ‘Spartacus’ es lo retocada que nos llega la imagen; muchos de los fondos están generados con 3D y esto les permite hacer transiciones narrativas –como por ejemplo en el viaje inicial de Spartacus-; en otras se ahorran tener que construir un coliseo, además de facilitar la coloración marrón y oscura de la serie con una constante persistencia de cielos altamente dramáticos. Todo junto recuerda mucho a la estética y forma de ‘300’ - es más, diría que si no os gustó para nada esta película os olvidéis de la serie -; en conclusión, la estética cercana al cómic hace que ‘Spartacus’ tenga un regusto de falsedad.
Todos conocemos la historia de Espartaco el Gladiador, la hemos visto numerosas veces en el cine; la serie ofrece lo que todos esperamos con sus pequeñas variaciones pero lo cierto es que después de toda esa sangre y sexo queda muy poco tiempo para que avance el guión y este se resiente –aunque diría que el guión no es lo más importante de esta serie-.
De todos modos, tampoco deberíamos esperarnos mucho de una historia que, aunque reescrita, ya nos conocemos al dedillo –nada que ver con la película de Kubrick - y que en realidad no consigue sorprendernos en ningún momento, salvo por el Ketchup, aunque ya la hayan renovado para una segunda temporada.
En resumen, creo que ‘Spartacus: Blood and Sand’ será un éxito entre cierto tipo de gente joven, el suficiente como para mantener un nivel de audiencia aceptable y gran parte de este éxito provendrá de la sangre y los desnudos, no por la calidad que ha mostrado hasta el momento. Personalmente seguiré mirándomela, Lucy Lawless conseguirá que lo haga, pero también tengo curiosidad por saber si después de toda esta puesta en escena consiguen arrancarle una historia que verdaderamente interese o se quedará en una serie para ver con el chubasquero puesto y en la que aprender anatomía humana de esa que normalmente sólo se encuentra en las revistas para adultos y las películas españolas.
En ¡Vaya Tele! | 'Spartacus' renovada antes de empezar