Uno de los mejores estrenos recientes procede de Noruega y hace un amargo retrato social
"Tengo 400 así". Así habla un propietario en el último titular relativo a la vivienda y el alquiler. Se refiere a un piso de 18 metros cuadrados que alquila por casi 1.000 euros al mes. El mercado se regula sólo dicen, pero cada vez da más noticias donde la ciencia ficción más distópica se queda corta. Casi se podría pensar que la situación está a prueba de sátira, nunca va a resultar demasiado irreal.
Es un poco lo que sucede con una de la series más sorprendentes de la temporada, estrenada un poco de tapadillo pero innegablemente remarcable en su habilidad para satirizar problemas estructurales con el urbanismo y el mundo de la arquitectura. Esa serie viene directamente de Noruega, país que no hace precisamente ascos al libre mercado para ir distanciándose de la socialdemocracia de la que tanto presumían. Esa serie es 'The Architect'.
Un garage para entrar a vivir
Creada y dirigida por Kerren Lumer-Klabbers, la serie noruega ha sido estrenada recientemente por Filmin, dejando bastante impacto en aquellos que se han aproximado a ella. Cuatro episodios de una distopía ligeramente futurista sobre el mundo del alquiler y la arquitectura protagonizada por Eili Harboe (protagonista de 'Thelma' y presencia recurrente en el tramo final de 'Succession'), que además fue premiada en el último Festival de Berlin en la categoría de series.
En ella, una mujer ya en sus treinta sigue estancada como becaria en el estudio de arquitectura al que aspira trabajar, lo que le impide acceder a una vivienda digna. El alquiler es cada vez más imposible y un banco que rechaza el trato personal no le concede una hipoteca. De hecho, la manera más fácil de conseguir una hipoteca es si recibes una indemnización por un accidente o ser víctima de un delito. Así que nuestra protagonista tiene que irse a vivir a un aparcamiento sin coches que ha sido "adaptado" para acoger a un personas dispuestas a pagar alquiler por una plaza rodeada de cortinas.
Sería dramático de verdad si la serie no encontrase el humor negro dentro de estas situaciones. Peor aún, nos retrata a un personaje dispuesto a comprar el marco si encuentra el espacio donde poder colarse y ascender. Su situación será inspiración para un proyecto urbanístico que puede tener una relación coste/beneficio impresionante. Eso, claro, si nos desentendemos del coste humano.
'The Architect': reír por no llorar
Esa constante habilidad de percepción por parte de Lumer-Klabbers de lo oscuro del asunto es lo que hace a 'The Architect' más que un chiste bien tirado. Con una personalidad visual que recuerda a la mencionada 'Succession' y al Lars Von Trier más austero, el humor de la serie logra ser oscuro y dejarte en shock. Pero inequívocamente humor. Porque a veces hay que reír por no llorar.
Harboe está espléndida para este personaje que se desvela como uno complejo e interesante, con un viaje minuciosamente estudiado por su directora. Con un metraje inferior al de una película corta de 90 minutos, la joven realizadora noruega retrata una sociedad inhabitable, una industria caníbal y un futuro aterrador que no está tan lejos como pensamos. Igual hasta ya vivimos en él.
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