Smallville es una serie decidamente irregular cuyo prometedor planteamiento, mostrar la juventud de Superman con unos toques a lo Dawson Crece, nunca ha terminado de funcionar del todo. Probablemente es también una cuestión de comparación con un programa como Buffy, cazavampiros que también se fundaba en eso que podemos llamar la metáfora-ficción. En Buffy la metáfora de partida era que el instituto es el infierno. En Smallville, que los superpoderes representan las habilidades físicas, mentales y sexuales que se van adquiriendo durante la adolescencia. Clark, que tiene una familia estable y comprensiva a su lado, va dominando sus superpoderes con algún tropiezo. Los monstruos de la semana, casi siempre provenientes de alguna familia disfuncional, no.
Pero esta concepción de la familia no es sólo lo que separa a las dos series. Para empezar Buffy tuvo al frente a un genio como Joss Whedon, capaz de sobreponerse a todas las limitaciones del género para crear un relato de una riqueza dramática extraordinaria. Y a su favor contaba con una actriz del talento y el carisma de Sarah Michelle Gellar. En Smallville falta una figura equivalente a la de Whedon y su protagonista es un mediocre actor llamado Tom Welling, un antiguo modelo anulado por los intérpretes que tiene a su alrededor.
Ello evita que Smallville sea una gran serie, pero no que sea un producto interesante con ocasionales gotas de genio. Una de esas gotas es un antológico capítulo titulado Hechizo que el canal Fox va a repetir a lo largo de esta semana. No es casualidad que el guionista del capítulo, Steven S. DeKnight, venga de la factoría de Joss Whedon, ya que sabe imprimirle ese toque malvado que eleva el relato por encima del convencionalismo. En este caso tenemos una fábula sexual en la que Lana, Chloe y Lois (las dos últimas tras tomarse una copita) son poseídas por los espíritus de tres brujas quemadas en la hoguera. El resultado es que se presentan en plan matador en la fiesta de cumpleaños del granero de Clark para convertir la aburrida celebración en una orgía.
Más tarde, Clark es atado por las tres jóvenes, sus amantes potenciales, pasadas y futuras, que en una escena con evidentes ecos del sexo oral y Sansón y Dalila le roban sus poderes y, casi se puede intuir, su hombría. ¿Podrá ser que el Hombre de Acero tendrá un punto débil en la sexualidad y por eso se presenta con algo tan inutil pero tan fálico como una escopeta para enfrentarse a las tres brujas?. Pues no lo sabemos, aunque está claro que cuando todos se despiertan después del enfrentamiento final aquello tiene la pinta de un encuentro pasional.
El divertido Hechizo tiene más metáforas sexuales por minuto que ningún otro capítulo de una serie de televisión reciente. Y eso sin tener que incluir en ninguna a Michael Rosenbaum y Jensen Ackles como los contrariados Lex y Jason Teague. Y es que, francamente, a nivel de morbo, Superman Returns tiene mucho que aprender de Smallville.
Más información | Smallvillenet (en español) En ¡Vaya Tele! | "Mentiras que me contaron mis padres": Hacia el final de "Buffy"