Una de las comedias más esperadas de esta temporada era, sin duda, ‘Running Wilde‘. Las razones básicamente se podían resumir en una: su cocreador, y protagonista es Will Arnett, recordado por todo seriéfilo por aquella maravilla de ‘Arrested Development‘. Así pues cuando Fox programó esta comedia para esta temporada, muchos esperábamos una gran comedia.
Y quizás por eso a muchos nos decepcionó el episodio piloto de esta serie, por tener demasiadas carencias, entre ellas la falta de genialidad que tenía la mítica sitcom. Pero que no responda a nuestras expectativas no quiere decir que sea mala, ni mucho menos… pero ‘Running Wilde’ se queda en un peligroso término medio, de momento.
‘Running Wilde‘ es la historia de un multimillonario Steve Wilde, cuyo padre es un gran magnate de la industria petrolífera Wilde Oil. Steve representa a la riqueza más sórdida, estrafalaria y despreocupada por el resto del mundo. Con la excusa de su “autogalardón” al humanitario del año recibe la visita su antiguo amor de instituto, Emmy, una mujer entregada al activismo ecológico, y la hija de esta Puddle, de hecho la serie está narrado desde el punto de vista de la niña.
El episodio piloto fue más bien tibio con, a mi juicio, tantos defectos como virtudes. Los principales defectos es el querer contar demasiado. Demasiados personajes, demasiado contexto y poco tiempo para colocarlo. Digerimos mucho en poco tiempo, lo cual hace que a medio episodio uno esté algo saturado. Y si a eso le juntamos el hecho de que Kery Russell no me termina de convencer, pues vamos apañados.
En el lado de las virtudes tenemos un humor algo absurdo, unos chistes “clasistas” y un par de momentos que me llamaron la atención para decidir seguir adelante con la serie. Sin embargo el segundo episodio parecía irse por las ramas y volver a caer en lo mismo como si la serie no tuviese rumbo definido y no estuviera centrado. Afortunadamente este aire dubitativo se disipó, al menos en parte, durante el tercer episodio emitido el pasado martes.
En definitiva creo que ‘Running Wilde’ es una serie con la que, a pesar de tan desastroso comienzo, no puedo dejar de tener la sensación de que va a mejorar con el tiempo (como, por ejemplo ‘Bored to Death‘). Espero que esta sensación no se quede en eso, y la aparente mejora de la serie en su tercer episodio se convierta en un hecho para toda la temporada. Pero de momento se queda en eso, en un quiero y no puedo, lo cual es una lástima.
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