'Revenge', el culebrón definitivo

Para los verdaderamente heridos, la auténtica satisfacción sólo se puede encontrar en uno de dos lugares: el perdón absoluto o la venganza mortal. Esta no es una historia sobre el perdón.

Por si quedaba alguna duda con el título, esta declaración de Amanda Clarke nada más comenzar la serie deja claro que Los Hamptons no va a ser el país de la piruleta. ‘Revenge‘ es un culebrón sin pretensiones de convertirse en otra cosa, un ‘Gossip Girl’ sin remilgos con muchísima más mala leche, un ‘Mujeres Desesperadas’ sin bizcochos ni cestas de fruta. Para entrar en esta serie hay que ser muy hijo de puta o más tonto que Abundio, no hay término medio.

Una delicia de maldad, unas miradas que matan cercanas a las de las telenovelas mejicanas y con tanta intensidad que te quedas pegado a la pantalla como un bebé. Engancha igual que una “soap-opera”, sólo que ésta tiene mucho más presupuesto y no da vergüenza reconocerlo en público.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Tú mataste a mi padre, prepárate a morir

La historia de esta primera temporada de ‘Revenge‘ se divide claramente en dos partes, separadas por el parón de navidad que tanto define el devenir de cualquier serie. La serie, en sus primeros capítulos, era casi un procedimental de libro, en el que Amanda tenía un objetivo claro: destruir a todos los que estuvieron implicados en la conspiración que llevó a su padre a la cárcel, primero, y a la muerte, más tarde. Y fue eso lo que realmente nos enganchó de la serie, las auto reflexiones de Amanda y sus tejemanejes imposibles que hacían caer a todos sus enemigos.

Luego vino el “back-nine“, y sabedores de que debían rellenar una temporada completa (y probablemente varias temporadas más, viendo el éxito de audiencia) la historia se dispersó completamente. La trama comenzó a centrarse mucho más en los Grayson, y Amanda plantó en ellos su objetivo final olvidándose casi por completo del resto de implicados. Y eso que era una foto bastante multitudinaria la que tenía entre manos para aniquilar.

Comenzaron a dar cancha a otros personajes y tramas menos interesantes, como la de Declan con la menor de los Grayson, introduciendo así la historia más adolescente para atraer a más público. Para mí, Connor Paolo ya era un personaje mueble en ‘Gossip Girl’ y sigue siéndolo en ‘Revenge’, sin que él ni su personaje tengan el más mínimo interés. También introdujeron a la verdadera Emily Thorne, un personaje que sólo sirvió para desestabilizar a Amanda y traernos un bonito cliffhanger en este final de temporada.

Los grandes villanos de ‘Revenge’

La Diosa de todo esto, dejando un lado a la bastarda de ‘Brothers & Sisters’ (Emily Van Camp), es Victoria Grayson. Es la reina de las sonrisas falsas, y todo alcanza un nivel casi extasiante cuanto se junta con Amanda y la amante de su marido. Tres hienas que ríen hacia fuera mientras planean el ataque a la presa en su interior. Madeleine Stowe ya viene de conseguir una nominación al Globo de Oro como mejor actriz en Drama, y tiene bastantes papeletas para repetir nominación en los Emmy. Y quién sabe si hasta victoria por Victoria (¡toma chiste!).

Mi otro gran villano amado, por estar tan ido de la pinza que ni él mismo se lo cree, es Tyler Barrol, el gran amigo de Daniel que buscaba ocupar su lugar en la familia y en su trabajo. Su evolución de menos a más fue brillante, pasó de ser un grano en el culo a convertirse en el psicópata más grande de toda la serie, culminando con su muerte como no podía ser de otra forma. Pero antes de eso nos dejó un par de escenas a punta de pistola de las de gritarle a la pantalla. Viendo el nivel más ligero de la segunda mitad de temporada, ahora me arrepiento de que nos lo quitaran tan pronto.

Cliffhangers por un tubo

No olvidemos nunca a la principal artífice de que todo esto siga adelante. Emily Van Camp ha conseguido moldear un personaje admirable, tan lleno de matices, tan fuerte y tan frágil a la vez que en ocasiones es lo único que nos mantiene enganchados a la pantalla. Y es que, en mi opinión, ‘Revenge’ ha experimentado una ligera curva hacia abajo en cuanto a calidad e interés que ha corregido con creces en su último episodio.

Los 40 minutos que cierran esta temporada concentran todos los elementos que nos han enganchado durante estos meses y los eleva a la enésima potencia. Tenemos secuestros, peleas, sangre, explosiones y hasta Amanda Clarke hacha en mano. Fue muy poética la muerte de Victoria en el accidente de avión, recordando al otro accidente que supuso el principio del fin de David, y todo ello bajo la imponente música de “Seven Devils” de Florence + The Machine. Unos minutos finales llenos de cliffhangers entre sobredosis de pastillas, embarazos por sorpresa y una madre con la que no contábamos. ¿Cambiará Amanda al perro por un mono para colgárselo al hombro e ir en busca de su madre? La respuesta, en septiembre.

En ¡Vaya Tele! | ‘Revenge’, un culebrón con nombre y apellidos

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