La estética luminosa de ‘Resurrection’ permitió que desde un primer momento la pudiéramos diferenciar de ‘Les Revenants’, esa serie francesa cuyo argumento es muy similar. Le daba cierto toque fantástico inherente en la premisa, hasta místico, y el relato procuraba no centrarse en lo inquietante de ese grupo de personas que volvía de la muerte como sí hacía la francesa.
La propuesta americana prefería explorar el drama humano, hablar de la moral del individuo y sobre todo explorar la fe. ¿Por qué habían vuelto? ¿Dónde habían estado? ¿Hasta qué punto puede ser una operación divina, un milagro, o directamente una maldición que destruye los principios de Dios? Bordeando estas cuestiones era inevitable que en algún momento también surgiera otra pregunta: ¿nos encontramos ante una serie principalmente cristiana o, como dicen los medios americanos, faith-based?
Estamos habituados a ver productos que asumen la cultura cristiana como la norma. No hay obra sin referencias cristianas, ya sean los “gracias a Dios”, fiestas navideñas y que los protagonistas tengan algún tipo de relación con su iglesia (sea católica, evangélica o mormona). El entrenador Taylor de 'Friday Night Lights' siempre rezaba antes de los partidos junto a su equipo (también hay que ser realistas y EE.UU. es un país muy religioso). Pero últimamente están teniendo éxito algunos proyectos que llevan la doctrina a otro nivel. Productos hechos específicamente para cristianos, obras con un mensaje inequívoco que transmite unos principios interpretados de la Biblia y que pretenden avivar el sentimiento religioso de los espectadores.
El cristianismo triunfa en los cines
Estos productos no suelen llegar por estos lares porque por aquí la religión pertenece a una esfera más personal, menos comunitaria y se consideran obras muy aleccionadoras. Esto no impide que en Estados Unidos, donde la población es muy creyente y hay una ala conservadora muy influyente, haya habido unas cuantas sorpresas en la taquilla: ‘Heaven is for real’, sobre un niño que casi muere y recuerda haber estado en el cielo, ya lleva más de 50 millones de dólares recaudados, al igual que ‘God’s not dead’ y ‘Son of God’, un remontaje de la miniserie de ‘La Biblia’ que se estrenó en cines.
Conociendo esta particular industria, hay que sospechar cuando una serie decide hablar de conceptos como el cielo y los milagros. ¿Podría ser que ‘Resurrection’ intentase colarse en la programación como una serie fantástica y en realidad fuera un vehículo para transmitir valores cristianos? Al fin y al cabo, uno de sus protagonistas es un cura protestante que tiene sus propias dudas con respecto a los resucitados y que intenta que su congregación les vea como una bendición y los acepte, en lugar de considerarlos hijos del demonio.No ayuda a disipar esta idea la fotografía que comentaba al principio. Puede considerarse que le da un toque de telefilme de domingo por la tarde pero también da la impresión como si ese pueblo llamado Arcadia estuviese a las puertas del cielo. La luz es casi celestial, la paz y la calma predomina en cada plano (menos cuando buscan algún momento de tensión) y los protagonistas son en su mayoría bondadosos. Todos buscan lo mejor de sí mismos para aceptar y apreciar a aquellos que han vuelto del más allá (o de la nada, algo que no queda muy claro), se plantean cómo encaja todo esto en los planes de Dios y si este les está poniendo a prueba.
Pero no, al final no creo que se convierta en una obra faith-based. Corre el riesgo constantemente, lo que pasa cuando se tocan temas como la fe, pero en ningún momento adoctrina. Es filo-cristiana, como lo son muchas series (¿alguien se acuerda de los pasajes místicos de ‘One Tree Hill’?) pero no tiene porqué considerarse que el cristianismo guía sus tramas. De forma un tanto ligera habla de valores cristianos positivos y también comenta la hipocresía de algunos feligreses, que están predispuestos a pensar mal del prójimo en lugar de darles el beneficio de la duda. Son personas que pueden creer los milagros de las escrituras sagradas si los protagoniza Jesucristo pero que mandarían a la hoguera a los resucitados hoy en día. No hay un discurso único.
Es cuestión de tiempo, sin embargo, que surja una serie que transmita los valores más conservadores del cristianismo. Una cosa es que April Kepner muestre esta visión de la fe en ‘Anatomía de Grey’ o que Candace Cameron lo hiciese en ‘Make it or break it’ y otra que la ficción ofrezca un discurso único con la finalidad de contar la verdad. Cosas como ‘October Baby’, una película sobre una chica que descubre que es adoptada y que su madre biológica quería abortar. O quizá con un poco de suerte la fiebre cristiana cesará y las ficciones televisivas se librarán de transmitir la palabra de Dios, por lo menos la versión rancia que predican algunas iglesias evangélicas.
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