El problema es, lógicamente, que si House empieza a mostrarse más sensible, menos misántropo, y termina redimiéndose, se acabó la serie. Es una trampa de la que David Shore era muy consciente cuando empezó House, pues él mismo ha dicho varias veces que no sabía si la premisa podría aguantar más de cinco episodios. De momento, van encontrando soluciones, como la inclusión de Tritter, o la ligera evolución de la doctora Cameron, que últimamente dice algunas de las mejores borderías, pero el "fantasma" de ese callejón sin salida sigue ahí.
Además, en una serie emitida en abierto por una cadena generalista, el margen de maniobra es menor, pues lo que la cadena quiere es estirar la gallina de los huevos de oro todo lo posible. En el cable, las cosas son diferentes, claro. Battlestar Galactica puede llevar a los personajes a los lugares donde los lleva porque la emite Sci Fi, y a costa de cambiar radicalmente la dinámica de la serie, y de arriesgarse a perder audiencia, y lo mismo puede decirse de Rescue me, The Shield y Los Soprano.
En el artículo de TV Squad apuntan que estos personajes centrales inamovibles son muy típicos de las telecomedias, y ponen como ejemplo a Barney, el mujeriego y muy peculiar amigo de Ted en Cómo conocí a vuestra madre. Él puede seguir igual durante temporadas y temporadas, como Homer Simpson y Niles Crane, porque es precisamente esa manera de ser la excusa para los chistes. Sin embargo, el doctor Carter no podía seguir siendo el mismo novato inseguro de los primeros episodios de Urgencias, y tenía que ir creciendo y evolucionando según pasaban las temporadas, ya que no sólo no sería verosímil, si no que restringiría mucho las posibilidades dramáticas de la serie. Pero House debe más a las series policíacas tipo CSI, y ahí no hay mucho desarrollo de personajes, que digamos. Horatio Caine no ha cambiado un ápice desde la primera temporada, y tampoco su equipo. El reto que se le presenta a David Shore es muy interesante, y merecerá la pena ver qué decisiones adoptan.
Vía | Chica de la tele En ¡Vaya Tele! | House