El nuevo sistema de elección, con el que un comité designaba las nominaciones definitivas, no ha alterado nada. Las nominaciones han reconocido a los sospechosos habituales de siempre, aunque no podemos olvidar que este año no ha habido estrenos que sean material de Emmy. Pero ni Lauren Graham ha sido nominada por Las chicas Gilmore ni Kristen Bell por Veronica Mars. Las sorpresas, como la de Chris Meloni en actor de drama, son las habituales de todos los años.
¿Qué ha pasado con Perdidos? ¿Y con Mujeres desesperadas?. Ninguno de los dos nominados como mejor programa en sus respectivas categorías. Lo de Mujeres desesperadas se esperaba tras un año mediocre, pero la ausencia de Perdidos es sorprendente teniendo en cuenta su victoria de hace un año. La razón puede ser su fuerte estructura serial, que no funciona bien cuando debe ser juzgado por un único capítulo como en este caso. Pero sin embargo 24 ha sido nominada. Probablemente House, que presentó el extraordinario episodio Autopsia (el de la niña con cáncer) le ha quitado el puesto en una categoría que Los Soprano y Anatomía de Grey habían complicado este año.
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Anatomía de Grey le arregla el día a la ABC. Con Perdidos y Mujeres desesperadas fuera de juego, Anatomía de Grey no ha defraudado con bastantes nominaciones (11) en categorías clave, incluyendo drama, dos secundarias, dos artistas invitados y dos al mejor guión de drama. Quizás se esperaba algo más en categorías de actuación (los hombres han sido ignorados), pero aun así no está mal para un segundo año brillante en todos los aspectos.
24, la gran veterana. Con su quinta nominación consecutiva como mejor drama y mejor actor, 24 se consolida como uno de los favoritos con más solvencia. Casi nunca gana en las categorías importantes, pero siempre está ahí. Además este año Kiefer Sutherland, sin Spader, Gandolfini o Hugh Laurie para amargarle la fiesta, tiene posibilidades reales de llevarse el premio. Por primera vez, también son nominados dos secundarios, Gregory Itzin y Jean Smart como el Presidente y la Primera Dama. Una pareja memorable, como muy pronto comprobaremos en España.
In memoriam. Sí, hay mucha serie difunta recompensada, como El ala oeste de la casa Blanca, A dos metros bajo tierra (qué propio sería un reconocimiento póstumo, ¿no?), Arrested Development, Will y Grace y Malcom. Quizás porque es difícil renunciar a los favoritos de siempre, pero también porque las series han sabido reverdecer laureles, lo que en televisión es a menudo una heroicidad.
HBO, en fuera de juego. La casa de la televisión de calidad está perdiendo fuste a pesar de sus 95 nominaciones. Sus principales apuestas como Los Soprano, Big Love, El séquito y Roma no han tenido la repercusión que se esperaba. Probablemente haya cierta sensación de cansancio por premiar siempre a los mismos, pero también es cierto que en los últimos tres años la producción de las networks ha resurgido con fuerza.
Un buen día para los Sheen. Charlie y Martin han logrado sendas nominaciones de actores de comedia y drama. Pero la guinda la ha puesto la segunda nominación de Martin por participar como artista invitado en un capítulo de la serie de su hijo, Dos hombres y medio.
La comedia, en proceso de renovación. The office, versión norteamericana de la célebre serie de Ricky Gervais, es la gran favorita para hacerse con el premio en una categoría que ha primado más la innovación (Larry David, Arrested development), que el conformismo (Dos hombres y medio). Pero por la necesidad de ofrecer un panorama diverso, apuestas como My name is Earl y El séquito no han pasado el corte. Por ejemplo a Jason Lee de My name is Earl le ha quitado el puesto como mejor actor alguien tan poco valorado como Kevin James por El rey de Queens.
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