'Pretty Little Liars', un fenómeno donde el misterio es sólo la excusa

Cuando hace un año os trajimos el primer tráiler de ‘Pretty Little Liars‘, ya vaticinamos que tenía todas las papeletas de convertirse en un exitazo para su cadena, ABC Family, y no nos equivocábamos. El canal está apuntando cada vez más por series para adolescentes (sus últimos encargos así lo demuestran), motivado principalmente por el éxito de esta serie que, moviéndose entre el misterio y el drama adolescente, ha sabido hacerse con una audiencia fiel… y joven, que es lo que importa. Para que os hagáis una idea, el último episodio de la temporada emitido el pasado lunes superó en demográficos al capítulo de ‘The Event’ en la NBC.

¿Y cómo lo han conseguido? Muy fácil, mezclando a la perfección todos los ingredientes necesarios para atraer una audiencia adolescente. Es decir, chicas guapas, moda y maquillaje, cuerpos esculturales, mucho torso desnudo y ese toque de misterio bien llevado que nunca viene mal. Evidentemente, ‘Pretty Little Liars‘ no es una “serie seria” (toma chiste), hay que tomarse a cachondeo tanto a la historia como a sus personajes; porque si consigues cambiar el chip y verla desde otro punto de vista, al final queda un producto bastante entretenido.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

“A”, el acosador más perfecto del mundo

A grandes rasgos, ‘Pretty Little Liars’ es la historia de cuatro amigas que no se libran del sometimiento de la líder del grupo ni siquiera después de que ésta aparezca asesinada. La aparición de “A”, con esos mensajes crípticos, es probablemente uno de los mejores recursos de la serie, utilizado más como la voz de la conciencia de las chicas que como un acosador con ganas de ponerlas en apuros; a efectos prácticos, aporta la mismo que la voz en off de la “reina cotilla” en ‘Gossip Girl’, y su cometido es recordarle a las chicas que sus actos tienen consecuencias.

La figura de “A” es probablemente de lo más irreal de la serie; se escabulle con excesiva facilidad, entra en las casas sin forzar puertas ni ventanas, vive entre las chicas como uno (o una) más, tiene cámaras por todas partes y es capaz de redactar y enviar mensajes de texto a la velocidad de la luz. Si no, a ver cómo te explicas que pueda enterarse de las cosas al mismo tiempo que ocurren, aunque sea lo más privado del mundo y se haga a puerta cerrada, y además pegar un toque de atención al cuarteto protagonista con el SMS de turno.

Pero irreal o no, lo cierto es que funciona. Ha sido el artífice de todo lo que le ha ido pasando a las chicas, guiándolas como corderitos y creando disputas entre ellas; porque otra cosa no, pero tontas son un rato. Las teorías sobre el origen de “A” son variadas, desde los que piensan que es la propia Alison (aunque esté muerta, da igual) hasta aquellos que consideran que se trata de una gemela malvada, pasando por los amantes de las conspiraciones que creen que una de las chicas está metida en el ajo. Sea como sea, podemos ir olvidándonos de saberlo a corto plazo.

Drama adolescente en todas sus variantes

El misterio es lo que le da el punto definitivo, pero los verdaderos atractivos de la serie (y a los que se dedican más tiempo) son las relaciones amorosas que, además, tocan todos los palos posibles. Tenemos la relación prohibida entre alumna y profesor, la chica lésbica que busca su media naranja a la vez que sale del armario, la rubia despampanante que se debate entre el guaperas capullo y el friki cariñoso, y la chica que parece tonta pero lo mismo se lía con el novio de su hermana que con un adolescente acusado de homicidio.

Que sí, que todas aparecen como víctimas de sus propios sentimientos, pero visto desde fuera y sin implicarse en la trama es así como se ve. Lo bueno es que esta parte de la serie no llega a cansar en ningún momento, porque está en constante renovación. Los personajes y líos amoríos van rotando, y lo que ayer era importante hoy ni siquiera se menciona; las tramas se abren y se cierran sin alargarlas de forma excesiva, lo que le da un dinamismo interesante del que carecen otras del género.

Mención especial a la relación entre Arya y Ezra, probablemente la única relación estable dentro de la serie y también la más prohibida. El recurso del rollo entre profesor y alumna es algo que utilizan las series adolescentes cuando están agonizando, pero ‘Pretty Little Liars’ lo ha introducido desde el principio, y con acierto. Lo malo es que después de 22 capítulos la cosa ya empieza a cansar, y ahora se han sacado de la manga una antigua novia para separarlos, ahora que por fin podían estar juntos. ¿Y soy yo el único que echa de menos alguna escena de sexo? Será que el epígrafe “Family” del canal lo impide, ¿no?

Un final de temporada sin chicha

Lo malo de las renovaciones tempranas es que hace que los guionistas se guarden cosas para más adelante, y de eso ha pecado precisamente la “season finale” de ‘Pretty Little Liars’. Es cierto que han revelado algunas partes de la trama de misterio, pero esencialmente todo ha quedado igual. La situación de las chicas es la misma que vimos en el episodio piloto, con las cuatro leyendo un mensaje de “A” y quedándose con cara de haba al ver lo que acababa de ocurrir.

No sé si es que yo soy más listo que nadie o es que éste es un producto demasiado orientado a adolescentes unineuronales, pero tampoco había que ser especialmente para darse cuenta de que ese poli metido con calzador a última hora iba a estar metido en el ajo, y después del pedazo de cliffhanger que nos metieron el pasado verano, muy mal se tendrían que dar las cosas para que Ian no fuese el asesino de Alison; lo raro habría sido que no lo fuera. Ahora sabemos que Jenna, Ian y el poli están metidos en algún asunto oscuro y que a las chicas las llevan grabando desde hace años. ¿Con qué motivo? Yo ahí ya no entro.

Pero que haya sido un final sin chicha no significa que haya sido poco interesante. Toda la trama con Spencer, Ian y “A” en la iglesia nos puso nerviositos, a pesar de que la escena hacía aguas por todas partes. A mí no me queda demasiado claro lo que ha pasado con el cuerpo de Ian, y os pido por favor que me contéis lo que pensáis. ¿Significa su desaparición que realmente se estaba haciendo el muerto y ha logrado escapar? ¿Ha sido “A” (tan negro y enmascarado) el que se ha llevado el cuerpo inerte del cuñado de Spencer? En ese caso, ¿cómo ha podido una sola persona descolgar a un tío de 90 kilos suspendido a 15 metros en el aire y llevárselo antes de que llegara la policía y sin que las chicas oyeran el más mínimo ruido? ¿Se ha abierto un portal hacia un nuevo universo que se ha tragado a Ian? ¡Dadnos respuestas, por el amor de “A”! En fin, tampoco habrá que esperar mucho para tener nuevas dosis; la segunda temporada se estrenará el 14 de junio. Es lo bueno que tienen las temporadas partidas en dos.

En ¡Vaya Tele! | Pretty Little Liars, cerrando el círculo de “A”

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