El lunes, viendo el capítulo de Plan América, vi como insertaban en medio del capítulo el anuncio del estreno de un programa. "El próximo viernes estreno de Ya te vale". Ya les vale, pensé, ¿qué será eso? Lo lógico sería haber encontrado la información en la web de la cadena, pero hasta hoy no había nada. Fue necesaria una búsqueda vía Google para determinar que Ya te vale es el programa de Gemma Nierga que enfrentará a famosos a las preguntas de niños.
Los problemas de difusión de Televisión Española no empiezan ni acaban en Internet. Bien es cierto que su web es del siglo pasado, que su cuenta YouTube está estructurada a la carrera y los contenidos apenas están clasificados en dos o tres temas, y que los blogs de la cadena resultan poco atractivos. Tampoco son muy dados a la exposición televisiva y hasta los espectadores más fieles tienen problemas para identificar las novedades. No obstante y más allá de esto, yo creo que hay un claro problema de definición del modelo de televisión.
La imagen de cadena pública y única se quebró en los noventa con la irrupción de las privadas, y la aparición de las cadenas temáticas y de los contenidos en Internet han empeorado su situación porque se empeñan en seguir anclados en esa tierra de nadie. Una televisión pública gestionada como una privada, pero con disimulo. La explotación comercial de los programas y la venta de espacios publicitarios no puede ser una prioridad por el carácter público, pero sus contenidos tampoco rozan la filosofía de las cadenas públicas del contexto europeo.
Si bien es cierto que la audiencia no debería ser una de sus presiones, la cadena aspira a estar entre las más vistas y yo creo que no valoran en su justa medida el hecho de que la fidelidad de su audiencia se mide por el perfil de esos espectadores. Televisión Española transmite en general la sensación de ser una cadena vieja, antigua, de medios obsoletos y poco innovadora y atrevida. Las campañas en Internet como el Concursaco Estelar de Muchachada Nui o la búsqueda de un cuerpo de baile para Rodolfo Chikilicuatre son efímeras y no hacen que los internautas terminen pulsando el uno o el dos del mando a distancia.
Los informativos cuentan con el aval de su prestigio y las apuestas de ficción dramática nacional han marcado la diferencia, pero en lo que se refiere a programas de entretenimiento en Televisión Española parecen estar amarrados en la falta de crítica, en la prudencia en los contenidos no ofensivos y en una política de respeto institucional que produce formatos aburridos, sosos, lentos y faltos de chispa. Por no hablar del menosprecio constante a la ficción internacional.
La ausencia de un modelo definido, la falta de coherencia entre fines y medios, la losa institucional heredada, la falta de independencia y los problemas estructurales de la cadena encarnados en el tan traído y llevado Expediente de Regulación de Empleo (E.R.E.), hacen que la cadena más que generalista sea genérica y que el modelo de televisión pública nos remita directamente a contenidos demasiado regulados por directrices ajenas a lo estrictamente televisivo. En este contexto, creo yo que promocionarse es el último de sus problemas. Para colmo tienen pocas cosas que merezcan promoción y me temo que como no haya un cambio definitivo de modelo, vamos a arrastrar entre todos esta losa durante mucho tiempo.
Actualización: Según fuentes próximas a la cadena la nueva web de Televisión Española está a punto de despegar así que tendremos que mantenernos atentos al asunto. De hecho, en cuanto la actualización de la web se produzca Televisión Española habrá dado un salto cualitativo en la transmisión de su información y esto es una excelente noticia.
En ¡Vaya Tele! | El archivo de Televisión Española será público