Es dulce como una tarta de fresas, cándida como la sonrisa de los girasoles. Si le devuelves la mirada te cogerá de la mano para ir a jugar al parque. Las rodillas sucias, dulces en los bolsillos. Chuck es una forma de amar que olvidaste hace mucho tiempo atrás, es una invitación para recomponer el corazón. Vuelve a subirte al caballo de cartón. Tírate por el tobogán sin miedo, sus manos estarán allí para ayudarte a levantar.
Chuck se enfrenta al amor con unas virtudes que muchos tendríamos que recuperar: sencillez, inocencia, humildad. Ama sin pretensiones y sin esperar nada a cambio. No hay ni trucos ni fingimientos, sólo las emociones contenidas en un deseo. Y lo que es más importante: lo hace sin miedo, sin miedo a hacerse daño ni a que el amor no dure para siempre. La madurez endurece la coraza. Aunque sea de cuando en cuando, saca a pasear la Chuck que tenemos dentro. Quizás las cosas nos irían mucho mejor.
En Vaya Tele | Entradas sobre Pushing Daisies