Al igual que sospecho que le pasó a muchos, me subí tarde a ‘Person of Interest’, ya que un primer y parcial visionado a su piloto me llevó a dejarla de lado rápidamente pensando que sólo iba a ser un procedimental más con un actor protagonista. Con su tercera temporada ya comenzada me decidí a darle una segunda oportunidad esperando que fuera poco más que la serie para ver con mi novia mientras cenábamos y no mucho después ya era un adicto a la misma.
Desde entonces he aprovechado cualquier ocasión para volver a explicar mi pasión hacia ella, ya que no ha habido serie alguna en todo este tiempo que me haya llenado más. Quizá no sea la mejor, pero esa sensación de satisfacción resulta impagable y por ello me entristeció cuando se supo que la quinta tanda de capítulos iba a ser la última. No puedo decir que haya sido una temporada perfecta, pero su magnífico final sí que ha sido la despedida ideal para una serie imprescindible.
El camino hacia el final de ‘Person of Interest’
Durante esta quinta temporada he pensado en no pocas ocasiones que sus responsables se enteraron tarde de que iba a ser la última de la serie. Todo apuntaba en esa dirección, desde la reducción del número de episodios hasta que su estreno quedase aplazado y sin fecha, pero sospecho que ellos mismos quisieron mantener la fe en que iban a poder continuar adelante y, por desgracia, eso ha tenido ciertos efectos negativos.
No me entendáis mal, he disfrutado muchísimo con esta quinta temporada y ha mantenido en todo momento la esencia de ‘Person of Interest’ y lo que la ha situado como una de mis series favoritas, pero como entrega final ha tenido sus debilidades. El más destacable es que ha faltado esa intensidad adicional propia de las despedidas y que uno realmente sintiera que se estaba echando toda la carne en el asador de cara a la gran traca final.
¿Es eso algo realmente grave? Ahí ya entra más que nunca la exigencia personal, pero yo acabé encantado con episodios como el de la simulación de Shaw por mucho que se viera venir el final -la propia puesta en escena no dudaba en remarcarlo siempre que podía-, el de las trágicas despedidas de Elias y Root -muy fan del recuerdo utilizado para mantener a esta última en la serie hasta el final- o incluso uno de corte más procedimental y ligero como el de la boda.
Todos fieles a lo que es la serie y todos muy satisfactorios en sí mismos, pero sí que quedaba esa sensación de que no terminaba de parecer la temporada final. Mi gran duda es... ¿realmente cuadraba con la serie un acelerón repentino o quizá simplemente es que esta temporada ha sido demasiado corta para que todo pudiera encajar sin traicionar el ritmo de la serie? Puede sonar un poco a excusa, pero estoy convencido de que ha sido lo segundo.
La última batalla contra Samaritan
Una vez aclarado eso, sus creadores sí que elevaron su intensidad en el tramo final, alcanzando lo que parecía su techo con el episodio de la semana pasada, donde todo apuntaba a una ya “fácil” derrota de Samaritan. Sin embargo, ‘Person of Interest’ no es la clase de serie de dedicar el último episodio al mero fan service y también estaba claro que el desenlace no podía ser totalmente feliz. De hecho, parecía más probable un final trágico en el que quizá ninguno de los protagonistas sobreviviera.
Finalmente se ha optado por una opción más o menos intermedia con el sacrificio de John para completar así el arco de un personaje que llevaba ya varios años viviendo de prestado gracias a que Finch y su máquina le habían dado un objetivo e incluso sentido a su propia existencia. Lógico que incluso llegue a sonreír cuando su muerte es una cuestión de tiempo, ya sea a manos de los hombres de Samaritan o del misil que va a acabar con ese edificio.
Ese detalle refuerza lo que para mí siempre ha sido una de las grandes virtudes de la serie, y es que son muy pocas las obras de largo recorrido que llegan a darte la tranquilidad de saber que sus responsables lo tienen todo bien pensado y que puede que algún detalle concreto no logren reflejarlo tan bien como les gustaría, pero sí que tiene un fin y también que el punto de destino es algo que está perfectamente pensado.
Además, esa tendencia nunca ha sido problema para mantener la capacidad de sorprendernos, ya que gran parte de su episodio final parecía destinado a ser la gran despedida de Finch, el creador de la máquina y también el que parecía destinado a sacrificarla para que la humanidad pudiera subsistir. Su -relativo- paso al lado oscuro, el hecho de haber sufrido un disparo por el que podría morir desangrado e incluso la música utilizada durante sus escenas apuntaban en esa dirección.
De hecho, la música en general ha tenido una importancia capital para calibrar los diferentes estados de ánimo por los que ‘Person of Interest’ ha querido hacernos pasar durante su último episodio, desde la emoción hasta recordarnos un poco toda la paranoia asociada a la mera posibilidad de que el plan de contingencia de Samaritan lograse prosperar. Ese último enfrentamiento también nos ha dejado buenas escenas de acción con el sello propio de la serie.
El toque emotivo del desenlace
No obstante, lo que realmente ha terminado de colmar mis expectativas ha sido lo bien que Jonathan Nolan y Greg Plageman han sabido manejar la parte más emocional del episodio -increíble cómo han logrado que la máquina transmita tanto gracias a la utilización de Amy Acker-, desde el último mensaje de Root a Shaw hasta ese impecable reencuentro de Finch con Grace, donde me han tenido al borde de las lágrimas de felicidad cuando apenas minutos antes había sido por todo lo contrario con el sacrificio de Reese. No he dicho nada hasta ahora del trabajo de los actores, pero es que TODOS lo han bordado. Imposible cualquier cosa que no sea la alabanza total.
No me olvido tampoco de cómo han jugado con nosotros en lo referente a la posible muerte de Fusco, no ya por el disparo los cuchillazos, pues a eso se puede sobrevivir, sino por esa última venganza de Shaw y lo que dice antes de llevarla a cabo. Por suerte, rápidamente lo desmienten, pues curiosamente era el personaje que peor me habría sentado ver morir -y aún más si se hace fuera de plano-, pero ahí va a seguir dando guerra, sólo que nosotros ya no lo veremos.
Tampoco podremos asistir a la nueva vida de Shaw. A mí me hubiera encantado hacerlo en un spin-off, pero tendré que quedarme con las ganas, pero ese pequeño caramelo final que nos lanzan creo que es la guinda perfecta para una serie extraordinaria que, por desgracia, se va por la puerta de atrás, con CBS quemando episodios y con su final coincidiendo con un capítulo de ‘Juego de Tronos’ que ha hecho historia. ‘Person of Interest’ también lo hizo ayer, aunque sospecho que muchos aún tardarán en descubrirlo y que luego desearán haberla visto antes.
Gracias por todo, ‘Person of Interest’.
En ¡Vaya Tele! | 'Person of interest' y otros 12 memorables episodios 100 de las series
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