Cuando toca despedirse de una serie siempre es un momento complicado. Te dan ganas de no ver nunca ese último episodio porque así existe la ilusión de que la serie no termina. Pero el caso es que lo hace y hay que afrontarlo como uno mejor pueda, por mucho que cueste despedirse de las sestra. De los clones. De 'Orphan Black'.
BBC America, y Netflix en cuanto ha terminado su pase original, emitió este pasado fin de semana el último episodio de 'Orphan Black'. Episodio que ponía fin a cinco temporadas con la lucha de Sarah, Cosima, Allison, Helena y compañía contra Neolución y sus planes de control genéticos. Y que, por sí mismo, es un episodio que resume perfectamente de qué va la serie.
La quinta temporada de 'Orphan Black' comienza donde nos había dejado la cuarta: con parte de las clones en "la isla", esa suerte de lugar remoto desde donde surgen las mayores innovaciones por parte de los villanos de la serie. Así, Sarah y Cosima, cada una por su lado, intentarán salir de allí sin saber con certeza las verdaderas lealtades de sus aliados e incluso amigos.
La guerra definitiva con villanos algo molestos
Durante los episodios de la quinta temporada hemos conocido más en profundidad el origen y la verdadera cabeza de Neolución, al Dr. Westmoreland y a la Dra. Virginia Coady que regresa a escena tras una larga reclusión "forzosa" en un hospital. Reunido el equipo original de los sesenta, pondrán en marcha el siguiente paso de su plan... y este incluye a la hija de Sarah, Kira y una nueva generación de LEDAs.
Hay algo, sin embargo, un tanto molesto respecto a los villanos de la temporada: su puesta en escena tan victoriano con tan claras referencias a 'La isla del Dr. Moreau' y multitud de obras de este periodo. Si bien lo estrafalario de Westmoreland está justificado tanto argumentalmente como por la visión de "ficción rara" que tiene 'Orphan Black', todo esto no es suficiente como para sostener al personaje al parecer más una caricatura que una amenaza real. Que lo es.
El problema, quizás, es que estamos acostumbrados a la personalidad compleja de Susan, Rachel y de toda esa parte de Neolución. En este sentido, Westmoreland y Coady se presentan como gente simplemente mala, que mira de forma aviesa mientras se atusa el vello facial porque es lo que hacen los malos. Afortunadamente, aun siendo importante, 'Orphan Black' va mucho más allá del enfrentamiento de "buenos" contra "malos".
El camino tortuoso y las ganas de vivir de las clones
Si uno echa la vista atrás hasta las primeras temporadas de 'Orphan Black' uno se da cuenta de lo mucho que ha cambiado la serie. De cómo ha tomado un, en parte delicioso, camino impredecible y desesperante para las protagonistas. Al irse enrevesando la trama se han quedado atrás, por ejemplo, los alivios cómicos que predominaban en las tramas de Alison Hendrix o incluso el toque sardónico de Felix.
Sin embargo, a pesar de su disminución, nunca ha dejado de tener esos toques. De hecho los guionistas han procurado que, en algún momento de la temporada, cada uno de los protagonistas se encuentre en su salsa. Desde el carnaval que organiza Alison hasta la fiesta inauguración de la exposición de Felix pasando por el regreso de Krystal y su lucha contra las grandes empresas de cosméticos.
Y es que si hay algo sobre lo que va 'Orphan Black' y, sobre todo, su final, es sobre la hermandad. Las sestra, como las llama Helena. De hecho los mejores momentos son sus interacciones. Tanto que Renée St. Cyr y Graeme Manson tomaron para el final la decisión de no devanarse los sesos, resolver en el primer tercio del episodio lo que es la guerra y centrarse en las secuelas y la vida en tiempos de paz.
Muy significativo es ese corrillo tras la fiesta en el jardín de los Hendrix donde Sarah, Cosima, Alison y Helena se sinceran sobre los retos que les impone la vida después de todo este huracán. Por primera vez en mucho tiempo son dueñas de sí mismas y eso lo llevan con optimismo. Incluso personajes como Rachel, antagonista durante una gran parte de la serie, parece albergar un pequeño haz de esperanza en su vida al dar el último regalo a las sestra.
En definitiva, 'Orphan Black' se despide ejemplarmente. La temporada ha tenido sus altibajos, momentos que no han funcionado y otros que funcionan tan bien que suplen lo demás. Ha estado mucho más centrada que en otras temporadas, lo que se agradece, y nos ha llevado por un viaje tan violento y desagradable como emocional. Echaremos de menos a las clones.
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