Buena sorpresa la que nos ha dado Netflix con 'Orange is the new black', la ficción que se estrenó el pasado 11 de julio y que llegaba con un pan bajo el brazo, el mismo que nos otorgaba la posibilidad de ver su primera temporada seguida, sin esperas semanales y dejando en el espectador la decisión de su ritmo de visionado. Forma parte de esta nueva oferta ofrecida por la plataforma y, quizá por esta razón, 'Orange is the new black' está comenzando poco a poco a llamar la atención de los seriéfilos, que se han acercado a ella después de cumplir con las obligaciones y los capítulos pendientes que se han dejado para el verano.
Estrenada bajo el sello de la creadora de 'Weeds', 'Orange is the new black' llegaba con las dudas de lo que supondría la comedia dramática llevada al mundo de la cárcel, un recurso que, 13 episodios después, podemos decir que ha envuelto a la serie en un halo de brillantez del que no se ha separado a lo largo de toda la temporada. Desde su primer capítulo, la historia de Chapman y compañía consigue conectar con aquellos que se decidan a seguirla, gracias a la facilidad que demuestra para dibujar una sonrisa un segundo antes (o después) de encogernos el corazón, una habilidad con la que se ha ganado a pulso el adjetivo de imprescindible.
Porque la ficción sabe jugar con los sentimientos que desprende la realidad de la cárcel de mujeres a la que llega Piper Chapman, una mujer que acepta cumplir el castigo por un delito del pasado entrando en una cárcel en la que conocerá una vida muy distinta a la que ha tenido hasta entonces. 'Orange is the new black' juega a ofrecernos la confrontación de esa doble realidad, de la que se extraen unas cuantas situaciones cómicas, pero también sabe enfrentarse a una dramática situación dándonos a conocer unas historias que transmiten una emoción difícil de olvidar. Así, un solo capítulo puede hacernos pasar un rato divertido, pero también consigue conmovernos, algo que también puede llegar a producirse en una sola escena o incluso en la misma intervención de uno de sus personajes.
La evolución de Chapman
La serie, centrada en el personaje de Piper Chapman, aunque ella no es la única que sobresale ni mucho menos, ha permitido que nos acerquemos a la evolución que se ha dado de su protagonista, que empezó mostrándonos la serenidad con la que disfrutaba de cada ducha a lo largo de su vida para terminar manchándose las manos de sangre tras enfrentarse a la amenaza de una reclusa. Ha sido brutal esa última escena, con una Chapman llena de ira pero también de miedos, haciendo frente en la más absoluta soledad a una lucha por la supervivencia en un entorno que le ha llegado a superar en varias ocasiones.
No es la única imagen que nos llevamos de su personaje, que, tal y como nos anunciaban, ha tenido que enfrentarse a una búsqueda de identidad que le ha llevado a recaer en errores del pasado y a integrarse como ha podido en la vida carcelaria. Importante y esencial ha sido el papel que ha jugado su prometido Larry fuera de la cárcel, una conexión que el espectador no ha perdido y que ha permitido que veamos cómo transcurre la vida de quienes se quedan esperando el cumplimiento de cada condena al otro lado de la verja.
Su relación con él, sus idas y venidas con Álex y sus intentos por encajar en la cárcel han provocado una lucha incansable por mostrar una identidad que se ha desdibujado a lo largo de los capítulos en todos los aspectos, incluido el terreno sexual. Pero, afortunadamente, no solo de Chapman ha vivido 'Orange is the new black', que ha decidido detenerse en un amplio abanico de historias secundarias que han sido tan atractivas e importantes como la de su protagonista. Es difícil quedarse solo con un personaje o con una historia, porque todas han demostrado estar a la altura de lo que íbamos conociendo de la serie desde su primer episodio.
La vida en la cárcel
'Orange is the new black' es una de esas ficciones en las que cada parte conforma un jugoso todo que se disfruta globalmente. En este caso, la vida de cada presidiaria ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de la serie. Cada historia tiene algo que aportar en su conjunto, convirtiendo la cárcel en un personaje global, que cobra vida gracias al trabajo que se hace por perfilar a sus personajes con tantos detalles. Es difícil no quedar deslumbrado con las historias que rodean a Chapman y como estas se entremezclan entre sí, en un mundo que, aunque hay ratos para la comedia, la ficción se toma muy en serio.
Por eso a medida que transcurren los episodios la cabecera de 'Orange is the new black' toma un matiz diferente, llegando a conmover aún más tras conocer que detrás de cada mirada o sonrisa hay una historia que no nos dejará indiferentes. Una vez más, nos encontramos ante una serie que recurre a los flashbacks para que conozcamos lo que hay más allá de la vida de las protagonistas, un recurso tan común como necesario que ofrece al espectador todos los detalles que necesita para conocer a unos personajes llenos de matices. 'Orange is the new black' no se olvida de los trabajadores de la prisión que, como las propias internas, se mueven en ese trampolín en el que se han convertido sus vidas, a veces abusando de su autoridad y otras empatizando demasiado con quienes vigilan cada día.
Tras su impactante final, solo nos queda la espera para conocer lo que nos tiene preparado 'Orange is the new black' en una segunda temporada que fue confirmada antes incluso de su estreno. Con este anuncio pudimos ver la confianza que depositó Netflix en el producto, que ha demostrado una solidez que muy pocas ficciones consigue en su primer año en emisión. No nos debemos dejar engañar por la época en la que las historias de la prisión de Litchfield han llegado a nuestras vidas. No solo estamos ante una de las series de este verano sino que 'Orange is the new black' se ha convertido en uno de los estrenos del año que dará mucho que hablar en el futuro.
En ¡Vaya tele! | Netflix estrena 'Orange is the new black', de la creadora de 'Weeds', el 11 de julio
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