La “otra” chica Showtime que nos abandonó la semana pasada fue Jackie Peyton, el personaje principal de ‘Nurse Jackie‘. La enfermera más adicta de la televisión se ha marcado una temporada que bien se podrían haber ahorrado para ellos, insulsa, sin argumento, sin dar continuidad al cliffhanger de la temporada pasada y con una protagonista que se ha dedicado a pasearse por delante de la cámara, meterse chutes de oxicodona y hacer gala de su nombre y su pasado televisivo para atraer audiencia. De verdad, no entiendo por qué la audiencia ha seguido viendo esta serie y ha dejado de ver ‘United States of Tara‘.
Quizá sea por esto, por la cancelación de “Tara”, por lo que estoy siendo tan cruel con ‘Nurse Jackie‘; en cierto modo, la culpo a ella en parte por la cancelación de una de las mejores series que se han emitido en televisión en los últimos años, pero en cualquier caso probablemente la mayoría de vosotros estaréis de acuerdo conmigo en que la tercera temporada de ‘Nurse Jackie’ ha sido para olvidar. No es que haya sido mala, es que simplemente no ha tenido chicha; doce episodios que he visto por inercia, porque son cortitos y porque apenas dura 12 semanas en antena. Si no, otro gallo hubiera cantado.
Yo adicta, pero aquí no pasa absolutamente nada
La tercera temporada de ‘Nurse Jackie’ sólo ha servido para establecer a Jackie como una verdadera adicta, de las que se esconden las pastillas por toda la casa y tienen que recurrir a camellos que les suministren la dosis. Hemos visto a Jackie en situaciones muy bajas, dispuesta a sacrificar sus ahorros por un par de pastillas (o por un abrazo, vaya metáfora tan bonita para establecer contacto con el camello) y sin que haya un mínimo atisbo de querer salir del hoyo en el que está metida.
Y ya está, nada más que comentar. Ni su relación con Edie, ni las distancias cada vez más patentes con Kevin, ni su relación con el resto de enfermeros, y mucho menos su tira y afloja con O’Hara. Nada es capaz de salvar a un personaje que, durante doce capítulos, ha decidido plantarse en sus trece y no evolucionar lo más mínimo. No sé si tenían pensado realizar una temporada de transición, para comenzar el próximo año con una Jackie más libre sin las ataduras de su marido, o es que simplemente ya no tienen más que sacarle a este personaje.
Sea como sea, yo me he desencantado rápidamente tanto con la serie como con su personaje. Comentaba al principio de la temporada que me extrañaba este estancamiento; ‘Nurse Jackie’ ha sido siempre una serie que se ha apoyado mucho en las historias autoconclusivas de los pacientes que llegan cada semana al hospital y, sobre todo, en un plantel de secundarios que siempre salvaba los muebles. Pero este año, ni eso.
Los secundarios pierden su encanto
Considero que este año los secundarios de ‘Nurse Jackie’ han estado muy por debajo de lo que se esperaba de ellos, pero aun así han sido lo único capaz de salvar a la serie de un cero patatero. O’Hara ha estado casi desaparecida este año; sí, buscaba piso y tal, pero ni en su relación con Jackie ni en su vida personal hemos tenido ningún tipo de avance. El año pasado conocimos su orientación bisexual, y vimos cómo su actitud hacia la enfemera cambiaba al conocer su adicción. Pero oye, parece que todo ha sido olvidado ahora.
Tres cuartos de lo mismo con Coop, porque aunque nos han querido vender esa boda acelerada con una antigua compañera de instituto, el personaje ha perdido todos los niveles de adorabilidad que tenía en años anteriores. Zoey no ha tenido muchos momentos con Jackie, un choque de personalidades que, a mi juicio, siempre ha sido una gran baza en la serie; por el contrario, ella ha estado más centrada en su relación con el conductor de ambulancia, con muy pocos momentazos.
La única que no ha defraudado ha sido Akalitus, la jefa de enfermeras que, aunque también ha sufrido el bajón de la serie en general, se ha mantenido firme en su personalidad lapidaria pero cómica a la vez. Su trama en los capítulos iniciales de la serie con las figuras de su capilla es de lo poquito salvable de la temporada, y ese “Fuck them” al final del último capítulo es magistral. Un personaje de esos que aparece poco y siempre pone el punto cómico, pero con el bajón de este año se ha notado mucho más.
La nueva relación de Kevin
No por flojito deja de ser impactante el final de la temporada. Nadie se esperaba que Kevin estuviera teniendo un lío a espaldas de Jackie, y la verdad es que huele a cliffhanger sacado de la manga para darle un poco de vidilla de cara al año que viene. Pocas cosas podían pasar este año que pudieran dar intensidad a la cuarta temporada; ‘Nurse Jackie’ se ha movido hacia ninguna parte, y nada se podía sacar de lo planteado, así que esto me huele a trampa, a un intento desesperado por sacar algo nuevo de una serie que, ésta sí, no tiene más que ofrecer.
Showtime ha elegido el camino fácil de renovar la serie que más audiencia tenía, pero se ha quedado con la más desgastada. ‘Nurse Jackie’ no tiene nada para el año que viene, sólo a Jackie divorciada, sola en casa y liberada de la mayor carga que tenía a la hora de ocultar su adicción y su lío con Edie. Pero muerto el perro, se acabó la rabia. ¿Veremos a Jackie caer aún más bajo? No lo sé, la verdad; lo que sí sé es que aquí hace falta una revolución, una nueva trama o una nueva forma de abordar los problemas de Jackie y del resto de secundarios, porque si no vamos a tener más capítulos dando vueltas una y otra vez sobre lo mismo. Y quizá eso convenza a la audiencia, pero a éste que escribe, desde luego que no.
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