Fue la revelación del Festival Cannes Series, se pudo ver en San Sebastián y por fin llega a todos los hogares abonados a Movistar+. Creada por Leticia Dolera y coescrita en colaboración con Manuel Burque, 'Vida perfecta' se centra en el viaje vital de tres mujeres que han pasado la treintena.
En el (a veces oscuro) mundo del mercadeo de entrevistas, todo sucede de una forma mecánica: los tiempos están milimetrados o hay que compartir espacio con otros periodistas, y eso impide que muchas veces se cree un ambiente ideal entre entrevistador y entrevistado. Sólo tuvimos ocho minutos con las actrices Aixa Villagrán y Celia Freijeiro pero lo dieron absolutamente todo; dos preguntas bastaron para ofrecernos bellísimas reflexiones sobre 'Vida perfecta'.
También pudimos hablar con la creadora de la serie acerca de su trabajo con Burque, la comedia triste o los límites del humor.
Leticia Dolera: "Nadie debería ir a la cárcel por un chiste o huir de un país por una canción de mal gusto."
- Espinof: Tienes una forma muy americana de entender la comedia, tanto aquí como en 'Requisitos para ser una persona normal', destruyes y humillas a tus personajes para luego redimirlos al final. ¿Por qué te gusta trabajar así?
Leticia Dolera: No lo sé, quizás es mi forma de ver el mundo porque la vida está llena de luces, sombras y momentos grotescos; por esto creo que el humor es la mejor forma de enfrentarse a todas estas situaciones y es por ello que ahora necesito explorar desde la comedia.
Es verdad que hay un final feliz pero es porque siempre prefiero quedarme con el camino luminoso, aunque creo que aquí también hay muchas sombras (que no maldad), miedos y contradicciones frente a lo naif, blanca y luminosa que era mi primera película. En 'Vida perfecta' he querido hablar de cómo nos hacemos daño, de lo patéticos que podemos llegar a ser y la vergüenza ajena que llegamos a dar, pero todo resulta tierno porque intento empatizar al máximo con los personajes.
- E: 'Vida perfecta' es ácida y tiene un humor negrísimo especialmente en lo que rodea al personaje de Gari y su discapacidad, de donde consigues sacar comedia sin ser ofensiva o zafia. ¿Dónde crees que están los límites del humor?
LD: Creo que nadie debería ir a la cárcel por un chiste o huir de un país por una canción de mal gusto. Defender la libertad de expresión implica muchas veces el tener que defender la de quienes no piensan como tú y aunque te parezca que alguien está diciendo cosas horribles tú tienes que defender su derecho a decirlas.
El humor no debería tener límites porque ¿quién los pone? "Who whatches the watchers?”. Pero sí que pienso que cada uno desde su empatía y responsabilidad puede decidir qué hacer con ese humor. Tú puedes hacer un chiste con alguien que está en una situación vulnerable o ser más inteligente y hacerlo para denunciar esa vulnerabilidad desde la risa, pudiendo ser una herramienta de empatía que nos ayude a cambiar la sociedad.
Tienes derecho a hacer el chiste sobre la minoría que te de la gana, pero a mi no me hará gracia; está ese matiz de "siempre hacen los chistes los mismos y sobre los mismos", y eso hace que se potencien ciertos estereotipos.
- E: Lo mejor de los guiones de 'Vida perfecta' es cómo se complementa lo trágico con lo cómico. ¿Cómo consigues ese equilibrio? ¿Notaste mucha diferencia de sensibilidades al escribir con Manuel Burque?
LD: Para nosotros era muy importante no hacer una comedia de gags, queríamos que el humor naciese del dolor de los personajes, buscando sus defectos y tener claro en el diseño de personajes cuáles son sus grietas y puntos débiles, para luego hacer que se enfrenten a ello y ver cómo lo capean. Es ahí donde está el humor.
No es una cuestión de sensibilidades, de hecho son muy parecidas y por eso trabajamos tan bien. Sí que es cierto que hay una serie de experiencias femeninas que Burque como hombre no puede tener y hemos tenido muchos diálogos en torno a lo político porque todas las obras, consciente o inconscientemente, lo son. Nosotros buscábamos no sentenciar nada, simplemente mostrar de qué va esto de vivir, crecer y relacionarse.
- E: En esta ocasión has optado por unos colores menos vivos que en 'Requisitos para ser una persona normal'. ¿Puedes hablar de esa decisión de fotografía?
LD: A nivel formal, 'Vida perfecta' es una respuesta a mi ópera prima donde casi todo eran planos fijos con escasa profundidad de campo. Aquí hemos optado por la cámara en mano para mostrar la inestabilidad de la vida y poder meternos en la intimidad de los personajes intentando llegar a terrenos que ni ellos mismos conocen. Esto también se demostró en la fotografía a través de los desenfoques y la suciedad sin perder un punto luminoso.
- E: ¿Pensasteis en algún target en concreto al escribirla? ¿Quién crees que conectará mejor con lo que cuenta?
LD: Estoy alucinada por el tema de la edad. Sé que hay gente de 16 años que se ha enganchado con la serie pero también en Cannes se nos acercaban señoras de 60 o 70 años a decirnos cuánto les había gustado y cómo conectaban con ella.
Tanto hombres como mujeres disfrutarán del viaje de las protagonistas, pero evidentemente las mujeres se verán más representadas. Aunque los temas son universales: familia, amor, destino, sexo… Yo he hablado de lo que a mí me inquieta sin pensar en un receptor en concreto.
Aixa Villagrán: "Lo bonito de la serie es que cuestiona quién decide lo que es la vida perfecta."
Espinof: ¿Qué sentisteis al leer el texto? ¿Sabíais desde el principio que querías estar en este proyecto?
Celia Freijeiro: En cuanto leí la separata supe que quería estar en el proyecto porque es lo que me habría encantado ver como espectadora. Refleja una serie de dudas y reflexiones que tengo como mujer, así que tenía que hacerlo. Desde el primer casting hasta ahora he conservado la alegría y la ilusión en el proyecto.
Aixa Villagrán: Yo leí la secuencia sin saber que era un protagonista y desde un primer momento supe que quería hacerlo porque hablaba de cosas con las que me sentía identificada y que me tocaban personalmente. El personaje tenía 40 años y yo en aquel momento 39 y fue ahí cuando me dije "tienes que conseguirlo", y me preparé hasta una canción para la prueba. Creo que es maravillosa porque toca temas universales aunque sea desde la mirada femenina.
CF: Además, no es habitual un producto audiovisual donde el centro de la historia esté en tres mujeres de más de 30 años. Tampoco es habitual que en un equipo el 70% sean mujeres, ni tampoco que seamos objetos de deseos y no deseantes, y todo esto es importantísimo; ya sólo por eso merecía mucho la pena contar esta historia.
AV: Hay una cosa muy importante en esta serie y es que no hay mensaje moralista ni juicio de valor. Es una serie que reflexiona sobre el éxito, la libertad de decisiones en una sociedad que nos presiona y nos condiciona y el gran ejemplo de eso es mi personaje, una mujer que llega a los 40 y no ha cumplido con lo que espera la vida de ella porque no tiene estabilidad laboral ni emocional, no tiene casa en propiedad y es totalmente libre y hedonista, lo que le lleva a una crisis absoluta porque el mundo le dice que es una perdedora. Lo bonito de la serie es que cuestiona quien decide lo que es la vida perfecta.
CF: Si te das cuenta, es una serie que plantea muchísimas cosas. Pone muchas ideas encima de la mesa pero jamás te dice lo que está bien o lo que está mal. Los personajes fallan, nunca están a gusto y eso es lo que hace que nos planteemos tantas cosas y tiende la mano hacia el espectador a que lo sienta igual y dialogue sobre ello.
Mi personaje toca dos temas de los que todavía son tabú: la maternidad y la sexualidad femenina. Lo más interesante es como ella vuelve a conectarse consigo misma desde su sexualidad porque se atreve a cuestionarse y eso que, sobre el papel, es una de estas "super woman" que lo han conseguido todo pero entra en crisis cuando se pregunta: "si yo he cumplido punto por punto el manual para ser feliz y ser mujer de éxito en la vida: casa, marido, carrera exitosa… ¿por qué no estoy bien?". Y la respuesta a esto la encuentra en la exploración sexual.
AV: El personaje de Leticia Dolera habla de los modelos de familia, ¿qué pasa cuando la vida que esperabas no se cumple y te vas a otro lugar?
E: Hablábamos con Leticia Dolera sobre su forma de hacer comedia, humillando a sus propios personajes hasta llevarles a un proceso de redención. ¿Cómo trabajabais eso con ella?
AV: No creo que la palabra sea humillar, toca algo decadente y patético que a mí me encanta porque habla de lo que es la vida. Todos pasamos por momentos dramáticos, cómicos e irreverentes y es muy bonito como la serie expone todo eso tan decadente que yo trabajo con tanto placer. Yo no tengo miedo a reírme de mí misma y por eso es tan sencillo.
CF: Va más allá de eso, no son las formas sino el origen: Leticia ha liderado este proyecto desde una inteligencia, delicadeza y sensibilidad brutal que te permite entregarte al máximo en lo que ella proponía. Pero además teníamos mucho espacio para expresarnos, opinar y construir juntos de tal forma que podemos sentir que el proyecto es nuestro y que todos hemos aportado algo. En cuanto a los personajes, salimos de sus orígenes, nunca buscamos explicaciones, simplemente fuimos a conectar con lo emocional porque es donde no tenemos las cosas tan claras porque emocionalmente somos un desastre, independientemente de nuestra cultura o género.
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