¡Peligro Spoiler!: este post puede contener spoilers (revelaciones de la trama) de la quinta temporada de Mujeres Desesperadas. Continúa leyendo bajo tu propio riesgo.
Hay finales de temporada pensados para mantener el suspense y otros que se hacen con la intención de refundar una serie para tratar de revitalizarla. El de la cuarta temporada de Mujeres Desesperadas fue de éstos últimos. Y, además, fue una gran idea. En cierto modo, a la historia de Wisteria Lane se le estaban agotando ya los recursos, más que nada porque se negaba a que sus personajes evolucionaran.
Las Mujeres Desesperadas habían cambiado más bien poco desde el inicio de la serie. Les habían pasado muchas cosas, pero en realidad los estereotipos se habían mantenido sin ninguna transformación. Seguían siendo la modelo superficial, la escritora loca, la madre agobiada, la mujer recta e hipócrita hasta el exceso... Ahora, toca hacerlas por fin evolucionar.
La serie ha dado un salto en el tiempo de cinco años y con ello ha ganado, por un lado, en capacidad de sorpresa (que durará al menos, los primeros episodios de la temporada) y, por otro, en el retrato de los personajes. De nuevo se repite el esquema de la temporada: sabemos que un misterioso hombre va a ser el que mantenga la trama principal durante toda la temporada, pero, ahora, al menos, las tornas han cambiado para la mayoría de los personajes principales. Sus funciones, reacciones y expectativas en la vida son otras para la mayoría de los protagonistas y, de paso, los guionistas han eliminado a personajes que pintaban más bien poco.
Lo fundamental, cuando se hace algo un giro así, es eliminar lo que empieza a fallar pero mantener lo que funciona. En Mujeres Desesperadas sigue habiendo una saludable dosis de humor ácido, así como un desenfado notable. Con lo trágicamente que comienza el primer capítulo, uno se espera que el drama cobre mayor peso, pero, afortunadamente, pronto queda claro que la serie se mantiene por momentos muy cerca del disparate, un terreno en el que siempre se ha movido a gusto. También de un saludable dosis de humor negro.
Sinceramente, antes de ver los primeros episodios de la nueva temporada tenía mis dudas de si a Mujeres Desesperadas le quedaba mucho o poco recorrido. De momento, el camino se presenta de lo más esperanzador y las audiencias van acompañando.