Lo han vuelto a hacer. La comedia de ABC, 'Modern Family' ha bordado una nueva temporada a base de frescura (en el guión) e intensidad (de sus personajes), dando lo mejor de si misma en momentos (desde ya) épicos y que hoy repasaremos en este análisis de final de temporada. La serie se ha reafirmado en su esencia: las emociones, en sus dosis justas, combinando sabiamente lo hilarante con lo sentimental y todo ello logrando encajar a la perfección la evolución (cuanto menos, física) de su reparto más joven y sus dramas particulares. Algunos, como Lily, han sabido hacerse un hueco por méritos propios. Y es que, ¿qué sería de 'Modern Family' sin este atlas de la geografía humana que representa su elenco?
La frescura: humor made in familia
Que esta es una de las mejores comedias del momento no es una idea que sólo los premios (Emmy y Globo de Oro a la mejor comedia en 2012) reafirmen. Es la conclusión natural a la que se llega después de disfrutar, capítulo tras capítulo, de ese toque fresco, desvergonzado y hasta macarra pero siempre brillante que destila la serie en sus momentos más cómicos. Ese toque que incluso va tan bien a los momentos en los que pasa (casi de puntillas) por el drama. Y aunque ha habido capítulos más memorables que otros (Fulgencio, Cuando un árbol cae, Los futuros Dunphy), en todos ellos hemos disfrutado de brillos de genialidad.
'Modern Family' tiene la capacidad de dar siempre una vuelta de tuerca (hilarante) a sus tramas. El momento de Cam y Mitchell intentado asumir que no podrán adoptar otro niño se convierte en una escena surrealista de porno con dos peluches gigantes sobre el techo de su coche. O cuando Cam intenta salvar al árbol del parque en el que él y Mitchell han vivido tan buenos momentos y acaba colgando de sus ramas y siendo rescatado por los bomberos como un gato asustado (literal) en "Protesta bizarra salva árbol del parque". O Phil huyendo a lo Homer Simpson de su vasectomía (¿dejando una puerta abierta?). O Lily enfrentándose a una crisis de identidad sexual y de nacionalidad. O cuando acaban el funeral de la madre de Phil con fuegos artificiales.
Sin duda alguna, de los veinticuatro capítulos me quedo con la recreación-homenaje de una de las más míticas escenas de El Padrino, cabeza de caballo incluida, en Fulgencio, el episodio del bautizo en el que Phil hace precisamente de padrino. En mi opinión, el mejor momento de toda la temporada: no se puede estar más inmenso, ni a nivel actoral ni a nivel de guión, pese a lo trillada a referencias y guiños que pueda estar la trilogía de Coppola en decenas de series y películas.
La intensidad: los personajes evolucionan
Con personajes como Cam y su rol de reina del drama lo tienen fácil; y aún así, no dejan de exprimirle todo el potencial. La familia Tucker-Pritchett ha acaparado, en mi opinión, la faceta más surrealista de la temporada. Y en eso ha tenido mucho que ver Lily, el personaje revelación en esta última entrega. Por fin se ha desvelado lo que puede dar de sí el personaje, criado a imagen y semejanza de sus padres. Sarcástica, mordaz y a veces con más sentido común que Cam y Mitchell, Lily empieza a dejar constancia de su reciente relevancia en la serie e incluso ya sabe montar una escena en un restaurante. El personaje de Cam también ha tenido que buscar un nuevo rol con la semiindependencia de Lily. Tras pasar meses cosiendo un disfraz de sirena para un gato, lo que él llamaba su "Obra Maestra", asume que su vida necesita más que un giro, y abandona su rol de ama de casa para convertirse en profesor de música. Hasta Gloria acaba revelándonos su talento para el ventriloquismo tras rescatar del desván al viejo Tío Gruñón, una referencia muy sutil a Jay en versión muñeco.
Adaptarse a la evolución de los personajes ha sido el reto más difícil al que se ha tenido que enfrentar 'Modern Family' en esta cuarta temporada. Con los niños haciéndose mayores, surge la necesidad de crear otros escenarios y tramas: el fugaz paso de Hailey por la universidad y resuelto muy coherentemente, los intentos de Alex por "encontrarse" en la adolescencia, los primeros ligues de Luke, la sorprendente conexión de una Hailey más madura con Claire... Del mismo modo, la familia Pritchett ha tenido que encajar a Fulgencio Joe, mientras ese niño-señor que es Manny madura a pasos agigantados y Gloria tiene que aprender a cortar el cordon umbilical que aún le une a él. En cuanto a los Dunphy, siguen siendo ellos mismos: Phil, sus juegos de palabras y su Phil's-Osophy, algo así como un Playbook para la vida. Claire y sus crueldades:
-Estoy embarazada...
-¡Te vas a poner muy gorda!
El fundamento de la serie, los pilares sobre los que se sustenta, siguen estando intactos. Es su forma de entender el humor, de transmitir el valor de la familia sin caer en sentimentalismos ni clichés. Esos personajes que te llevarías a tu casa, con los que no te importaría tener que compartir todos esos compromisos y convencionalismos familiares. Son esas frases que ponen la guinda al pastel en cada capítulo. Y aunque ésta pertenece a otra temporada, no puedo no recordarla:
Los soñadores necesitan a los realistas para evitar que vuelen demasiado cerca del sol.
Y los realistas.... Sin los soñadores puede que nunca lograsen levantarse del suelo.
En ¡Vaya Tele! | 'Modern Family', como si fuese una comedia de cable, la imagen de la semana
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