Hay un problema con Babylon 5, una de las mejores series de ciencia ficción de todos los tiempos, y es de los de órdago, porque ha echado para atrás a no pocos espectadores: la serie se convirtió en una joya con el paso de los capítulos, pero hay que reconocer que su debut no fue precisamente genial.
Más bien al contrario: Babylon 5 vivió un proceso diferente al de la mayoría de las series de televisión. Mientras no son pocas las que empiezan con una idea magnífica que se va diluyendo con el paso de los episodios hasta caer muy bajo, Babylon 5 empezó floja, sólo para muy incondicionales de la ciencia ficción, y acabó siendo un clásico.
¿Dónde está el milagro? Pues en muchos factores conjuntos. Para empezar, en un guionista, JM Stracyznsky, capaz de pensar a muy larga distancia. Babylon 5 es como esos collages hechos con piezas muy pequeñas. Si te acercas mucho a ellos, no eres capaz de descifrar nada. Pero en cuanto tomas distancia, en cuanto contemplas el cuadro general, comprendes todo el sentido.
Babylon 5 supo crecer. Construyó de manera detallista un universo propio, con personajes que se salieron de los tópicos y que apostó por un tono marcadamente pesimista. O realista, como queráis. Los personajes que pululaban por la estación espacial Babylon 5 no eran los de Star Trek, viajeros perfectos en un futuro de paz, descubridores de mundos. Tampoco, desde luego, los arquetipos encantadores de Star Wars. Babylon 5 respiraba humanidad, pero ya sabemos todos que el hombre es capaz de lo mejor y de lo peor.
JMS planeó la serie, desde el principio, como una compleja trama argumental que no podía centrarse en episodios autoconclusivos. Desde el principio pensó en la historia de esa estación espacial llamada Babylon 5 como una serie que debía tener cinco temporadas para contar todo lo que quería. Se encontró con un presupuesto bajo (y ahora se nota: visualmente no ha envejecido bien, especialmente sus primeras temporadas) y con la indiferencia del público mayoritario.
Pero también contó con un apoyo del fandom, de los fieles a la ciencia ficción, con el que logró mantenerla viva. Todos los que la apoyaban acabaron por tener razón: Babylon 5 se convirtió, con su cierre, en un clásico instantáneo del género y en una serie televisiva de altísimo nivel.
Hay que reconocer que el mundo creado por JMS sigue conservando toda su fuerza. De hecho, cumple con una de las tareas de la ciencia ficción. Decía uno de los autores literios más importantes del género, Arthur C. Clarke:
Lo que hoy ha empezado como novela de ciencia ficción, mañana será terminado como reportaje
Babylon 5 es un reportaje probable, factible y verosímil de cómo será nuestro futuro. De cómo seguiremos siendo los mismos “animales racionales” por mucho tiempo que pase y de cómo daremos tanta importancia a la parte animal como a la racional. Ahora que se puede recuperar en DVDs (en España fue maltratada televisivamente por las cadenas generalistas), no hay que olvidarse de ella.
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