La cuarta temporada de 'El ministerio del tiempo' llegó anoche a su fin con la emisión de el magnífico episodio 'Días de futuro pasado'. Con él la serie daba cierre también a una etapa inolvidable que se remonta hasta su primer capítulo y en Espinof hemos querido aprovechar la ocasión para charlar con su cocreador Javier Olivares para que nos dé las claves de lo que ya hemos podido ver -ojo con los spoilers de aquí en adelante-.
El primer tema en el que quisimos entrar fue el giro introducido en esta cuarta temporada al final de 'Pretérito imperfecto' con el secuestro de Julián. El propio Olivares había comentado ya que eso es lo que le hubiese gustado ver a su hermano Pablo en la segunda temporada y esto es lo que comenta al respecto:
Sobre la base de salvar a Maite, he girado hasta cerrar un ciclo con la primera temporada. Fue algo que planteé a TVE y aceptaron la idea desde el primer momento. Hay algo en Julián de caballero artúrico que tras todas sus hazañas vuelve a sus orígenes. A donde le cosquillean los recuerdos. A su hogar mental. Lo que planteamos Marc y yo, a partir de ahí fue adónde llevaba todo eso. Y si, en realidad, la puta mariposa de la que siempre habla Salvador, fuera mucho más inofensiva que los múltiples pequeños cambios que los agentes del Ministerio han ido generando desde el principio: intentar salvar a Maite, salvar al hijo de Alonso, al rabino, Pacino cambiando el pasado para evitar las muertes de un asesino en serie, salvando a su padre, Lola vengándose de su pasado, Salvador generando un bucle de tanto proteger a Emilio Herrera... Y todo cambia y, en cierto modo, lleva al límite del Ministerio tal y como lo hemos conocido.
Poder cambiar tu historia es una tentación demasiado grande como para no caer en ella. Porque acaba siendo muy duro poder viajar por el tiempo y sólo salvar a los grandes nombres que aparecen en los libros de Historia y no a los tuyos. Recuerdo que cuando estábamos escribiendo los primeros capítulos, Pablo nos envió un mail de alarma, para que ninguno de los tres (él, Anaïs Schaaff y yo) nos equivocáramos de camino. En él resaltaba dos conceptos básicos de la serie: 1: El efecto traumático en los agentes de viajar por el tiempo. Ponía el ejemplo de viajar al pasado a ver rodar una película de Esther Williams y ver a esas chicas tan preciosas nadando en la piscina como sirenas... Y volver al siglo XXI con una certeza: la de que todas ellas están muertas y enterradas. Y 2: La necesidad de mostrar el lado oscuro del Ministerio. Que acaba siendo el principal enemigo de sí mismo. Y te hablo de un mail del año 2014. O sea, que son dos conceptos tan esenciales como conocer a Cervantes o Lorca, vaya.
El viaje al futuro
La primera consecuencia de ese secuestro es que en la serie se viaje por primera vez al futuro. Uno además muy oscuro en la línea de otras distopías en hemos podido ver en el cine y la televisión, apuntando lo siguiente Olivares sobre sus referentes:
A nivel narrativo, este capítulo es un thriller crepuscular, pero la base de lo que se cuenta es la evolución final de nuestros personajes. La barrera entre lo legal (como funcionarios que son) y lo ético. La razón de ser del propio Ministerio. Por eso nos hemos centrado en ellos, dejando a un lado la Historia con mayúsculas para hablar de que cómo cambia esa Historia cuando se modifican las historias, con minúsculas. En cuanto al futuro, nunca pienso en un futuro brillante y humanista. Creo que ya vemos bastantes pautas del futuro en el presente. Vivimos y viviremos en mundo dividido entre los que tienen de todo y no tienen de nada. Y si naces en uno u otro lado, te marca la vida. A nivel ecológico, tampoco la herencia que dejamos a los jóvenes es muy apetecible. Vivimos en un mundo en el que las grandes compañías mandan más que los propios estados, no es tan difícil pensar que en un futuro, si se pudiera viajar por el tiempo, el pasado se convierta en un inmenso almacén del que coges lo que te apetece. Como diría aquél: es el capitalismo, imbécil. A partir de ahí, en cuanto a referencias, al plantear el bombardeo publicitario nunca te puedes olvidar de Blade Runner. Y, a nivel social, Hijos de los hombres, Brazil... Pero con unas diferencias de producción tan evidentes que me da hasta pudor citarlos, la verdad.
En ese futuro, Julián se reencuentra con Lola Mendieta, pero en esta ocasión no tiene el rostro de Macarena García. Recordemos que el personaje inicialmente estaba interpretado por Natalia Millán y aquí le da vida Fiorella Faltoyano. Preguntado sobre qué motivó esa decisión cuando con Pacino sí se optó por envejecer a Hugo Silva, esto es lo que comenta:
En el caso de ver una joven Lola Mendieta, creo que es evidente y no hace falta explicarlo ya. Jugar con dos dos edades de un mismo personaje requería dos actrices. Y cuando me planteé su envejecimiento, creí oportuno seguir con el mismo juego. Y el guión me ofrecía la posibilidad de presentarla con tiempo y verbalmente, cuando ve a Julián en el futuro. En una sola secuencia y la última de la temporada, coger otro actor distinto a Hugo Silva hubiera generado confusión y una necesidad de diálogos que hubiera roto el impacto emocional del momento. Cuando elegí a Hugo para relevar a Rodolfo, hubo muchas críticas... que si estaba rebajando el nivel de la serie contratando a un guaperas buscando el fenómeno fan... Pero yo ya había trabajado con él y sabía que era un gran actor y una persona estupenda que siempre va de frente, muy de barrio como yo. Es un galán que hace comedia de puta madre y maneja lo emocional con brillantez. Y cuando están juntos Nacho Fresneda y él, la serie vuela. Sólo me faltaba envejecer al galán, para dejar claro por qué lo elegí. Y es lo que hemos hecho. Por otra parte, feliz de contar con Fiorella Faltoyano, a la que admiro de siempre.
Secuestrando a un bebé
Pacino juega además un papel fundamental en la escena en la que la patrulla secuestra un bebé para evitar ese terrible futuro. Todo desemboca en una secuencia que homenajea a 'Los intocables de Eliot Ness'. Olivares aclara que esa fue una idea de Jorge Dorado que cree que "le venía bien al capítulo ese momento pop y de pequeña locura, dentro de su tono crepuscular", señalando también lo siguiente:
La escena de la escalera, de dirección. Pero todo pasa por la decisión final de la producción ejecutiva. Eso sí, te diré que (en los 42 capítulos que hemos hecho) puedo contar con los dedos de una mano (y me sobran dedos) las veces que no se ha dado el ok a un director para visualizar a su modo una secuencia. Nuestro proceso de trabajo pasa por el diálogo abierto entre guion y dirección. Si uno cuenta con directores de la talla de Abigail Schaaff o Marc Vigil, Koldo Serra o Jorge Dorado, si no les dejas crear y dejar su sello, estás perjudicando el producto. Mientras no se cambie el sentido del guión, debes dejarles libertad. Jorge empezó a dirigir series con nosotros y, ya desde el principio, tuvo libertad de acción. Como en ésta Chiqui Carabante, Catxo, Carles Torrens o Anaïs Pareto, que han debutado en El Ministerio y con los que estoy encantado.
Prefiero que alguien que empieza se equivoque, que cohibirle. Porque sé que luego me va a dar cosas maravillosas. Ahí, Marc Vigil juega un papel esencial como director y productor ejecutivo. Es alguien que te discute y debate, siempre por el bien del producto y respetando el guión. Eso es oro. Después de tantos años juntos, le debía dos cosas: que fuera productor ejecutivo de la serie y crear un capítulo juntos. Y he podido saldar la deuda también en lo que es otro fin de ciclo. Marc es un crack que necesita su propio espacio y crear sus propias historias. Atención a Nasdrovia y al equipo que hace con Sergio Sarria, Luismi Pérez y Miguel Esteban.
Un aspecto muy llamativo de esa escena es que los enemigos de los protagonistas están disfrazados de monjas, lo cual no evita que muchas acaben sucumbiendo ante los integrantes de la patrulla. Sobre el motivo de que vayan vestidas así, Olivares aclara lo siguiente:
Van a un orfanato de 1890. Y lógicamente, hay monjas... que en realidad son agentes del futuro, disfrazadas. Cuando me lo propusieron me pareció muy divertido y (sin ánimo de levantar debates ni polémicas) una secuencia muy Doctor Who. Esas “monjas” protegen al niño, a su futuro líder. Lo hacen del mismo modo que el Ministerio que conocemos vigila la vida de Iniesta para que acabe marcando el gol que nos da un Mundial o el de cuidar que gente importante para la Historia del país lleguen donde la Historia dicen que llegaron.
La drástica decisión de Salvador
Una vez secuestrado el bebé, todo queda en manos de Salvador, quien decide de forma unilateral quitarle la vida. Fue inevitable preguntarle a Olivares sobre cuál fue el proceso interior del personaje interpretado por Jaime Blanch para concluir que esa era la mejor opción posible:
Esencialmente, evitar que el propio Ministerio sea el culpable de un futuro terrible, que su legado sea un desastre. En "Cambio de tiempo" la posible víctima es un príncipe que va a ser rey, el más importante que jamás ha tenido España. Aquí es un ejecutivo, futuro subsecretario del Ministerio, el que tiene tanto poder que ni le interesa ser presidente ni rey. Nuevos tiempos, nuevos signos. Además, el Ministerio no puede (o no debe) cambiar el pasado. Pero no hay ninguna regla que diga que no se puede luchar en el presente por un futuro mejor.
Esto provoca la llegada de la inspectora de policía interpretada por Marta Milans, a la cual pudimos ver también recientemente en 'White Lines'. Es un personaje clave en este último episodio, tanto por su relación con Salvador como por el hecho de que acaba siendo ella quien evita el asesinato del bebé. Olivares explica así los motivos para haberla elegido para el papel:
Porque es una actriz estupenda y es un lujo contar con ella. Necesitábamos una actriz de su calidad que fuera protagonista de capítulo que fuera un hilo conductor de toda la trama. No fue fácil, pero Jorge Dorado (trabajó con ella en El embarcadero) la convenció. Casi todas sus secuencias son con Jaime Blanch y el feeling entre los dos fue maravilloso desde el primer momento.
Lo que no impide eso es que Salvador dimita finalmente como subsecretario de 'El ministerio del tiempo', pasando el testigo a Ernesto y cerrando así todo un ciclo en la serie. Le preguntamos sobre si había manejado otras opciones para ocupar el cargo y ésta fue su respuesta:
De eso se trataba. Si no hay más, ya hay una historia contada. Si hay más, contaremos otra, porque creo que no se puede estirar más el chicle cuando hemos exprimido emocionalmente tanto a nuestros protagonistas. Respecto a Ernesto, cuando marcha Salvador, el guardián del Ministerio es su segundo. Es el que lo sabe todo, disciplinado... Pero si continuara la historia, las reglas del Ministerio son que este cargo lo ocupe alguien contemporáneo y con experiencia diplomática o como funcionario del Estado. Y Ernesto es del Medievo. ¿Se puede cambiar esta regla? Cuando lleguemos al río, ya cruzaremos el puente. Pero si lo cruzamos, Ernesto, Angustias e Irene lo cruzarán también. Son esenciales.
Por último, está en al aire la posibilidad de una quinta temporada, pero lo que sí quisimos saber en Espinof era con qué personajes le gustaría seguir contando en caso de que se concretara porque parece que aquí se cierra la historia de muchos de ellos:
Todos van a tener siempre la puerta abierta a su casa. No se trata de cerrar el abanico, sino de abrir uno más grande y sorpresivo. Pero prefiero no pensar en algo que es mera hipótesis. Sería de una ingenuidad que, a mi edad, no me puedo permitir.
Esperemos que lleguemos a ver una quinta temporada de una serie que en esta cuarta tanda de episodios ha estado producida por RTVE en colaboración con Globomedia (The Mediapro Studio) y Onza Entertainment.
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