La esperadísima segunda temporada de 'MINDHUNTER', la serie de David Fincher para Netflix sobre los orígenes de la psicología criminal, se adentra en los procesos analíticos que el FBI llevó a cabo para analizar las aparentemente inexpugnables mentes de los primeros asesinos en serie clasificados como tales. Vuelven algunos de los viejos conocidos de la primera temporada, como Dennis Rader o Edmund Kemper (el particular Hannibal Lecter de la serie), y hacen su aparición superestrellas del asesinato serial como Charles Manson o el Hijo de Sam.
El argumento de la segunda temporada propicia que aparezcan muchos más asesinos reales: los investigadores interpretados por Holden (Jonathan Groff), Bill (Holt McCallany) y Wendy (Anna Torv), dos años después de lo acontecido en la primera temporada, ya analizan a los asesinos de forma metódica. Estos son los más notables de los que se encuentran en su investigación.
Por supuesto, sobra decir que este artículo contiene spoilers de la segunda temporada, y se habla de las biografías reales de los asesinos, así que en algunos casos quizás nos adelantemos a hechos que saldrán más adelante en la serie. Aunque se ha publicitado la presencia de Manson en la serie, quizás desees ir encontrándote por sorpresa al resto de serial killers.
Paul Bateson
Bateson fue condenado por un solo crimen en 1979: el del periodista Addison Verrill, para robarle tras mantener una relación esporádica con él. Fue sentenciado de 20 años de prisión a perpetua, y puesto en libertad condicional a los 24 años. Se desconoce su paradero actual o si está vivo, pero hay más datos curiosos sobre Bateson. Para empezar se cree que fue el asesino de seis hombres gays más por la misma época, algo que nunca se demostró debido a lo marginal que era la escena gay BDSM de la época.
Curiosamente, Bateson tuvo una fugaz carrera como actor: aparece en 'El exorcista' dando vida al técnico que hace una angiografía cerebral a Regan. William Friedkin, director de la película, firmaría también en 1980 'A la caza', inspirada en los seis crímenes sin resolver de los que Bateson fue sospechoso.
David Berkowitz (Son of Sam)
Entre julio de 1976 y el mismo mes de 1977, David Berkowitz disparó y mató a 6 personas, por las que actualmente cumple seis condenas perpetuas consecutivas. Su primera justificación para los crímenes fue que se lo había ordenado el perro del vecino (el ficticio "Sam"), pero se ha acabado demostrando, tal y como defiende la propia 'Mindhunter', que Berkowitz era muy consciente de que se lo estaba inventando.
En su momento, su persecución fue la mayor de la historia de Nueva York, y puso en jaque a la justicia con cartas que se burlaban de los esfuerzos policiales y prometían nuevos crímenes. La cobertura mediática fue tan extensa que se llegaron a promulgar las "Leyes del Hijo de Sam" para evitar que los delincuentes se beneficiaran económicamente de la difusión en medios de sus crímenes. En los noventa afirmó que los crímenes habían sido fruto de su abducción por un culto satánico, posibilidad que llegó a investigarse.
William Henry Hance
Uno de los raros casos de asesinos en serie afroamericanos. El ex-militar William Henry Hance asesinó a al menos cuatro mujeres, siempre prostitutas que trabajaban en los alrededores de las bases en las que estaba de servicio. Con un cociente intelectual por debajo de la media, Hance fue condenado por tres de esos crímenes y ejecutado en 1994 en la silla eléctrica.
Su caso se entremezcló en las investigaciones con las de otro asesino afroamericano, Carlton Gary. A ello se sumaron las cartas que llegaban a la policía escritas por una inexistente liga de justicieros blancos que secuestraban mujeres para presionar y que se detuviera al autor de los crímenes de Gary. Todo era una distracción de Hance para seguir asesinando.
Elmer Wayne Henley
Los asesinos en serie suelen ser hombres solitarios, pero cuando encuentran a compañeros a las alturas de sus tropelías (normalmente desgraciados a los que pueden manipular fácilmente), los muertos se multiplican. Pasó con Otis, el compañero del salvaje Henry Lee Lucas, y pasó con Dean Corll y su compañero Henley, aunque la relación no acabó tan bien: Corll fue abatido a disparos por Henley tras una discusión en 1973.
Se supo entonces que habían secuestrado y asesinado a 28 niños y adolescentes entre 1970 y 1973 en Houston con la ayuda de un tercer joven, David Owen Brooks. Corll era conocido entre los chavales de la ciudad donde vivían como Candy Man, ya que sus padres tenían una fábrica de caramelos y era famoso por repartir golosinas entre los niños. Henley fue condenado a seis penas consecutivas de 99 años por los crímenes.
Ed Kemper
Ed Kemper reaparece en la temporada 2 tras revelarse como uno de los grandes hallazgos de la primera parte. De alto cociente intelectual e imponente presencia física, mató y cometió necrofilia ocasional con diez personas. Lo hizo principalmente entre 1972 y 1973, y entre ellas estaban sus abuelos paternos (a los que mató con 15 años) y su madre (tras lo cual se entregó).
Atacaba sobre todo a mujeres jóvenes autoestopistas con cuyos cadáveres cometía todo tipo de atrocidades en su casa. Solicitó la pena de muerte pero no se le concedió al no estar activa en California: en su lugar, cumple ocho cadenas perpetuas consecutivas. Ha rechazado su derecho a optar a la libertad vigilada desde entonces.
Charles Manson
Manson ha sido a menudo descrito como un genio del mal que manipuló a unos cuantos jóvenes para que se sometieran a sus alucinados designios, pero David Fincher hace honor a su fama de desmitificador y retrata a Manson como un chiflado y un cobarde que solo quería alcanzar notoriedad por la vía rápida, y puso en marcha un plan torpe y demencial se le fue de las manos.
El Manson real fue siempre considerado ejecutor intelectual de los terribles crímenes que acabaron costando la vida a siete personas, incluida Sharon Tate, a los que se suman los asesinatos en primer grado de Gary Hinman y Donald Shea. Fallecido con 83 años en noviembre de 2017, cumplía cadena perpetua después de que la pena de muerte fuera eliminada en California.
William "Junior" Pierce
Tras ser encarcelado en los años sesenta por una serie de robos, Pierce obtuvo la condicional en 1970, en contra de la opinión del psicólogo de la prisión, que lo calificó de "sociópata". Fue entonces, y durante un año, cuando cometió nueve asesinatos de personas de todas las edades, desde la primera, una niña de 13 años, a un par de víctimas de 60. Cumple cadena perpetua desde 1973.
Dennis Rader (BTK)
Ya aparecía en la primera temporada, aunque aún sin ser nombrado. Recibió su autoimpuesto apodo de "BTK" o "BTK Strangler" (como ya se le menciona en la segunda temporada de 'Mindhunter') por las siglas de "Bind, Torture and Kill" ("Atar, torturar y matar"). Asesinó a diez personas en Wichita, Kansas, entre 1974 y 1991. Esta temporada ofrece, de nuevo, flashes del asesino en acción.
Es poco posible que de momento lo veamos preso, sin embargo: no fue detenido hasta 2005, momento en el que el caso estaba casi cerrado. Le traicionó un exceso de confianza que le llevó a enviar pistas a la policía en forma de archivos de texto en un CD. La huella digital permitió localizarlo y detenerlo. Actualmente cumple diez cadenas perpetuas consecutivas, tras haberse declarado culpable.
Tex Watson
Arriba hablábamos de Charles Manson, el cerebro manipulador tras los crímenes en 1969 de Tate-LaBianca en los que murieron siete personas. Watson fue uno de los ejecutores de los mismos (el único hombre), y 'Mindhunter', del mismo modo que esquiva el retrato complaciente de Manson, tampoco habla de Watson como un secuaz descerebrado.
Watson se convirtió al cristianismo en prisión, escribió sobre ello y su experiencia con Manson y llegó a casarse y tener hijos sin salir de la cárcel. Intentó que se le concediera la libertad condicional asegurando que podía proporcionar datos sobre otros crímenes de La Familia, pero éstos nunca llegaron a nada y la libertad siempre le fue denegada.
Wayne Williams
Entre 1979 y 1981, un mínimo de 28 niños y hombres fueron asesinados y encontrados en condiciones muy distintas, en lo que se conoció como los "Atlanta child murders". El principal sospechoso fue Wayne Williams, arrestado y condenado por dos de los asesinatos a lo largo de un proceso lleno de mentiras, contradicciones y confusión. Posteriormente la policía ha adjudicado a Williams varios de los asesinatos del periodo, pero no ha sido procesado por ellos. Williams mantiene que es inocente.
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