El asunto de los gemelos está más que tratado en literatura, cine y televisión. Los equívocos, los conflictos, las situaciones, la rica y la pobre, la buena y la mala, el cambio de personalidades, el aprendizaje de los personajes…, todo eso está más que visto. De hecho, Mi gemela es hija única es gemela de Amores de mercado, la original chilena.
Desde este punto de vista, Mi gemela es hija única, serie que estrenó ayer por la tarde Telecinco, no aporta nada nuevo. Como espectadora este hecho es más que suficiente para que yo no siga la serie pero pensándolo fríamente, poniéndome en el lugar de la cadena, creo que el hecho de que la serie no plantee ninguna transgresión es su mayor virtud si tenemos en cuenta el contenido de las tardes de Telecinco, hechas para no pensar y para un target que tiene la tele de fondo mientras hace otras cosas.
En el aspecto técnico la serie también es totalmente clásica, seguramente por el mismo motivo que antes. Un producto hecho a patrón es más fácil de asimilar para la forma en la que su público ve la televisión, en un segundo plano. Es que no hace falta mirar la tele para saber qué y cómo está pasando. La serie cumple los requisitos del género, es cierto, pero se queda con los requisitos básicos y nada más.
Que las gemelas no se parezcan demasiado no es lo más importante a pesar de que cambian sus roles y ni sus madres se dan cuenta. La telenovela se aguanta porque es de consumo rápido y su realización refuerza todo el rato este aspecto. El estreno de ayer fue prometedor, veremos cómo se comporta sin el tirón de Efrén en Mujeres y hombres y viceversa.
Imagen | Telecinco
En ¡Vaya Tele! | Mi gemela es hija única, ¿recambio para Yo soy Bea?