Por muy interesante sea la mitología en torno a los inhumanos, en Marvel nunca han dado con la tecla para sacarles a flote. Sí, hay alguna bastante buena, pero la empresa nunca han logrado que sean personajes de "primera línea", y eso que hay constantes empeños en este sentido. Quizá sea por eso por lo que todo lo que gira en torno a 'Inhumans' tenga cierta pinta de que se han dado por vencido con ellos.
Pero aún así había cierta expectación. Tras "rebajar" el proyecto de película a serie de televisión, Disney/Marvel decidió hacer una jugada conjunta con IMAX. El resultado fue un doble estreno: a principios de septiembre en cines IMAX con una estimación de 2.6 millones de dólares en recaudación y la semana pasada en ABC cosechando 3.78 millones de espectadores y unos pobres 0.9 en demos 18-49. No demasiado mal para una serie en viernes.
'Inhumans' comienza en Hawái, donde una persecución pone fuera del mapa a Triton (Mike Moh), miembro de la familia real inhumana. Nos trasladamos entonces a la Luna, a Attilan, la ciudad estado donde habita la mayoría de la población. Allí conoceremos a los dirigentes de esta singular especie: Rayo Negro (Anson Mount), cuya voz es energía pura; Medusa (Serinda Swan) que controla su pelo a su antojo, Crystal (Isabelle Cornish), que controla los elementos; Gorgon (Eme Ikwuakor), capaz de provocar ondas sísmicas y Karnak (Ken Leung), capaz de determinar el punto débil de todas las cosas y destruirlas así.
Tras una ceremonia de terrigénesis, donde exponen a dos miembros de la sociedad a las nieblas terrígenas, Maximus (Iwan Rheon) advierte a la familia real de la misión de Triton y su desaparición. Esto hará que Gorgon sea enviado a su última localización conocida. Con el "jefe de seguridad" fuera de Attilan, el hermano de Rayo Negro iniciará un golpe de estado del que escaparán gracias a la rápida intervención de Crystal y Mandíbulas, el perro teletransportador, que les diseminará por la isla de Oahu.
Tras ver el primer episodio de 'Inhumans' uno se pregunta por qué diantres le siguen dando trabajo a Scott Buck, cuyo 'Iron Fist' fue un absoluto despropósito y su 'Dexter' fue de más a menos durante las últimas temporadas de la serie incluyendo su vergonzoso final. La hora y veinte del piloto es de lo más torpe que he visto en lo que llevamos de temporada y de todo lo que hemos visto de Marvel. No es cuestión de que sea aburrida, que por lo menos a mí no me lo pareció, ni siquiera de si es mala, es que navega en un océano de mediocridad y de decisiones cuestionables.
El hecho es que la historia, en sí, no es nada mala. Estamos en la primera parte de un arco de caída y auge con la historia de la traición de Maximus que funciona. El problema es que el resto está hecho como pegando parches. Como habiendo cogido el borrador para la película y de sus pedazos haber construido un piloto solo para, a última hora, recordar que estaban haciendo una serie y tenían ocho episodios que escribir.
El desarrollo de personajes muere antes de siquiera intentarlo. Aquí nos encontramos con una mezcla entre la idea de Buck de que para presentar y "profundizar" en los protagonistas nada mejor que unos pocos flashbacks sin demasiado sentido y el limitado reparto que deja mucho que desear en lo interpretativo. Ni siquiera Iwan Rheon termina de destacar y eso que no hace nada mal su labor de vilano.
'Inhumans' deja mucho que desear. Si bien tiene puntos esperanzadores e incluso buenos, estos derivan más del uso del mágico maquillaje Marvel que rodea a todas sus series y pelis que de la calidad de la producción en sí. Lo peor que deja la serie es la sensación de que Marvel quería a toda costa una serie de estos personajes y les daba igual el resto, excepto hacer caja. Lo peor es que les ha salido rentable y, probablemente y al igual que con 'Agents of SHIELD', tengan la última palabra sobre la continuidad de 'Inhumans'.
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