Madres. Nos presionan, nos ahogan y nos manipulan. Pero nos quieren y harían cualquier cosa por nosotros. La televisión lleva décadas creando series enteras basadas en la relación de una madre con sus hijos, de cómo el potencial y el futuro de éstos prevalece en muchos casos sobre la legalidad, sobre intereses políticos o sobre las apariencias. Otras veces no, se disfrazan de madres entregadas cuando lo único que quieren es su dirty Martini con aceitunas.
Efectivamente, no podemos contar a Lucille y Lindsay Bluth entre las madres más sacrificadas de la historia televisiva. Mientras haya alcohol (o dinero para comprárselo), a Lucille no le importa demasiado de Buster ande por ahí ligando con el robot aspiradora. Al menos no llega a los niveles de Lindsay que pasa un 99% de ‘Arrested Development’ preocupándose por cualquier cosa que no sea su hija, si es que se acuerda de que tiene una. En breve comprobaremos si estos años de descanso han conseguido que asienten la cabeza o si siguen arrested.
Ya sabéis lo que se dice, gusta lo ajeno más por ajeno que por bueno, y estoy segura que las jóvenes Dunphy cambiarían a su madre por cualquiera de las Bluth llegado cierto punto. Y es que Claire es la representación perfecta de la clásica madre: genuinamente preocupada por su descendencia pero también exasperantemente controladora. Algo que comparte con Merche Alcántara, que quiere ir de moderna pero siempre acaba haciendo un drama de todo.
Y es que las madres lo quieren saber todo: donde, cuando, con quién y hasta qué hora. Incluso si eso implica preguntar su esperanza de vida a la potencial novia enferma de su hijo. A Norma Bates no le falta detalle; manipulación, control, confundir confianza con intimidad e incluso esa actitud victimista con la que tanto gusta a las madres mangonearnos.
Hasta las madres más cariñosas y comprensivas tienen su punto diabólico, si no que se lo digan a Virginia Chance que al final del día siempre quiere hacer lo correcto por Jimmy, pero no estoy muy segura de si compensa por todas las perrerías que han sido capaz de hacerle. O Catelyn Stark. Pobre mía, en el fondo no quiere tener el don eterno de la metedura de pata, todas sus decisiones son desde el amor y la buena fe, pero eso no quita que no deje de liarla.
No tiene que ser fácil que tu niñito aún en la adolescencia esté jugando a hacer la guerra, al igual que es un reto ser madre de un monstruo egoísta, redicho, cobarde e inaguantable como Joffrey pone a prueba el amor de cualquier madre. Cersei tendrá sus cosas, pero paga penitencia con ese hijo que tiene. Paciencia infinita, el superpoder de las madres.
Todo lo contrario que Cathy Jamison, que con las temporadas ha llegado a ser ese tipo de madre que confunde el querer vivir la vida antes de que el cáncer se la lleve con el egoísmo, el capricho, la vanidad y el andar dando lecciones de vida a todo el mundo.
¿Sabéis cuál es mi madre televisiva actual favorita? Fiona Gallagher. Lo sé, es trampa. Oficialmente no es madre, pero en la práctica es la figura materna perfecta para esa panda de desafortunados. Es una madre para ellos, pero también es una amiga. Es apoyo, es esfuerzo y tenacidad infinitas, lo deja todo por sus hermanos y a la vez les deja su espacio para ser ellos mismos y pedir su ayuda cuando ellos crean que la necesitan.
No están todas las que son pero son todas las que están y seguro que vosotros tenéis vuestra madre televisiva predilecta. Es el momento de compartirlas pero siguiendo la regla de que han de ser personajes actuales, de series activas (estén en emisión o en parón); que las clásicas o más llamativas de los últimos años ya las tenemos muy trilladas. El punto de vista como madre no lo puedo dar, pero ¿qué tal compartir también esas figuras maternales de la ficción televisiva con las que os sentís identificadas las madres? Sin más... ¡Feliz día de la mami!
En ¡Vaya Tele! | Diez madres televisivas que se merecen una felicitacion
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