El pasado domingo tuvo lugar la Premiere de la segunda temporada de Mad Men con el capítulo 'For Those Who Thing Young'. Mientras en España, Digital + está con la emisión de la primera temporada, gracias a esas ONGs desinteresadas que son las personas que se encargan de hacer subtítulos, 24 horas después de emitido el capítulo en la televisión americana pudimos disfrutarlo. ¿Qué decir? Que la magia sigue, que Don Draper (John Hamm) sigue siendo un personaje con una doblez y un magnetismo impresionante, con unas frases y diálogos marca de la casa, que conviene tener archivados para saborearlos. Lo principal, que la vida en la agencia Sterling Cooper no ha parado. Hasta tal punto, que lo visto corrobora las buenas impresiones que ya había causado a la prensa americana.
A diferencia de las series españolas, que buscan rizar el rizo hasta creer lograr el no va más, los guionistas americanos, los buenos evidentemente, hacen todo lo contrario. Se plantean cada temporada como una película de x horas de duración, donde van dando juego a las tramas que se quedaron abiertas al final de la temporada anterior. Pero no las cierran en el primer capítulo, sino que apuntan nuevas situaciones, insinúan posibles direcciones de la trama, y dejan que sea el espectador quien vaya preparándose su camino. Eso es este nuevo capítulo de Mad Men.
En Sterling Cooper se tiene que evolucionar. Draper tiene nuevos desafíos como director creativo, en una época en la que las agencias y la publicidad está cambiando, como la misma sociedad lo está haciendo. Betty Draper (January Jones) tendrá un papel importante, porque duda si quiere ser la esposa anegada, amante de su familia, con un marido distante, y tener su propia vida fuera de esa imagen de ama de casa aburrida. Los cambios azotan y el amigo Matthew Weiner sigue en estado de gracia. La vida sigue en Nueva York, en Madison Avenue, en los personajes, en la agencia. Eso es lo grande. Dan una porción de la segunda entrega de una película compuesta de los capítulos que ellos quieran. Una vez entrado en el juego, no sales. Si hay algo que comparto con mi amigo Alberto Abuín, que 'The Wire', en concreto la segunda temporada, es la de diosss, 'Mad Men' no le anda a la zaga. La magia aguanta.
Para concluir un par de apuntes. Conviene fijarse en la biblioteca de Don Draper, en los libros que se vaya leyendo a lo largo de la serie. Si hay algo a destacar de su personaje es que continuamente está leyendo, normalmente en la cama, y no son manuales de publicidad, ni libros sobre el sector. En este primer capítulo lee Meditations in an emergency, de Frank O'Hara. Los tiempos de los vasos de whisky y del paquete de tabaco empiezan a marcharse, ahora existe algo llamado stress que condiciona una manera de vivir, incluido el trabajo que ya no lo es todo. Las lecturas y los libros explican reacciones y pensamientos de varios de los personajes, como si a los guionistas les hubieran servido de insparación para dar el tono a la serie.
Mención especial para el personaje de Joan Holloway (Christina Hendricks). Hipnotiza, no sólo es su belleza, son también sus movimientos y el tono de su voz en versión original. Susurra y seduce a la vez. Aparece en escena y sólo hay ojos para ella. Tiene que aparentar, es su trabajo, pero nadie le pregunta que siente o piensa. Gana con el paso de la serie. De hecho, es el otro gran personaje de la serie.
Nota: El pequeño vídeo que os hemos colgado corresponde al segundo capítulo que se verá este próximo domingo.
ACTUALIZACIÓN: Mad Men, en este arranque de la segunda temporada, ha doblado la audiencia media que tuvo durante la primera temporada, alcanzando casi dos milllones de espectadores.
Más información | Basket of kisses Más información | El País Semanal: Javier Marías
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