El regreso de ‘Twin Peaks’ no deja de generar extrañeza, delirio y entusiasmo por parte de los que la siguen semana a semana. Todos sabíamos que el retorno sería raro. Si la original destrozó las convenciones de la televisión cuando fue emitida por primera vez, la secuela ha conseguido hacer lo mismo. David Lynch y Mark Frost se han propuesto ir mucho más lejos para lograr sorprender a su público.
La libertad creativa de la que goza el director está permitiendo que este desencadene todas sus locuras sin ninguna censura en la pantalla. El resultado ha sido brutal, hilarante y exigente. Ahora que se ha terminado el viaje podemos hacer memoria y recordar algunos de los momentos más importantes de los gloriosos dieciocho episodios del regreso.
El ser en la caja de cristal (Episodio 1)
Un joven esperando que algo suceda en un piso de Nueva York. Cámaras de vídeo grabando en una caja de cristal, en la que parece no haber nada. Tras comenzar a tener sexo con una mujer, en la caja aparece una forma sin rostro, vagamente femenina, y atraviesa el cristal para desgarrar las cabezas de ambos hasta hacerlas desaparecer. El primer golpe de efecto de puro terror que confirma que esta ‘Twin Peaks’ es más que misterio extravagante, es una pura pesadilla de imaginería indeleble.
El Bang Bang Bar. (Episodio 2 en adelante)
Casi todos los episodios, tienen una visita al Bang Bang Bar y, la mayoría de estos, tienen una actuación en directo de algún grupo actual, en activo, que poseen conexiones importantes con el universo Lynch y con su ambiente. Los primeros fueron Chromatics, favoritos personales de Lynch, misteriosos indie-rockers de Portland que no podrían ser más adecuados para la banda sonora del espectáculo más extraño en la televisión. Su single 'Shadow' de sintetizador y voces agudas es el imborrable inicio de la personal playlist de la temporada.
El viaje Cooper (Episodio 3)
Después de la fuga del Agente Cooper de la Logia Negra y su encuentro con “el brazo” evolucionado, pasa por varios lugares hasta que se encuentra en un lugar al que nunca habíamos estado antes: una habitación que flota en el espacio, donde una mujer sin ojos se sienta a su lado mientras aumenta la sensación de terror con el martilleo en su puerta de metal. Editado de una manera espasmódica, Lynch se adentra en el pánico existencial, en un emplazamiento surrealista con una campana eléctrica gigante, la cabeza incorpórea del major Briggs principal y un escape cósmico que ensancha su universo.
Hellooooooo (Episodio 4)
Uno de los momentos más delirantes y extrañamente cómicos tiene lugar cuando el agente Cooper, recién escapado de la logia negra acaba en un casino de Las Vegas, en el que las máquinas tragaperras le indican dónde está el premio. El catalizador del jackpot es el, ya estandarte de los fans de esta temporada, “hellooooo”.
Becky en el descapotable (Episodio 5)
La presentación de uno de los personajes, a priori, con menos relación con la trama principal. Amanda Seynfield interpreta a Becky, casi una reencarnación de la adolescente rubia que frecuenta malas compañías que representaba Laura Palmer. Su escena de “viaje” tras consumir drogas, en el descapotable de su novio es una de las más bellas y etéreas de todos los episodios.
El atropello (Episodio 6)
El atropello de un niño en la calle por el trastornado camello Richard Horne (Eamon Farren) no impacta por la violencia con la que sucede sino por la visión del alma que sale del cuerpecillo, mientras la madre, desconsolada, llora y la cámara se centra en las caras de los que han presenciado el momento, en filas, como si fueran espectadores de un evento trágico, ajeno.
Diane (Episodio 7)
La presentación de un personaje tan solo mentado durante dos temporadas. La interlocutora hacia la que iban todas las grabaciones, avances y diarios de Dale Cooper en las anteriores temporadas por fin se hacía material. No es una invención ni un apodo para su grabadora, es la mismísima Laura Dern.
Todo el episodio 8
Es imposible quedarse con un solo momento de su octavo episodio. Desde la resurrección del Cooper diabólico a su último minuto, es puro arte de vanguardia de principio a fin, hizo explotar internet después de su emisión. De Stanley Kubrick a Stan Brakhage, Lynch se nutre de influencias para destruirnos las mentes a partir de la explosión de una bomba atómica , para ahondar en la belleza absoluta del expresionismo y el terror más poético y puro.
Lynch vs el vortex (Episodio 11)
Uno de los más importantes episodios de toda la serie (viene a explicar, en una concisa conversación, toda la mitología oculta en la serie) tiene como punto álgido el encuentro de los agentes del FBI con lo sobrenatural. Un momento representado por el mismo personaje de Gordon (David Lynch) enfrentado a un agujero dimensional en el que casi desaparece. Resulta significativo en el contexto de la serie, pues hace tangible el aspecto fantástico para sus personajes clave, pero lo es más fuera de ella, viendo al creador, amado y odiado, enfrentándose al mal absoluto.
Andy en la Logia (Episodio 14)
Uno de los personajes más queridos y entrañables, tiene uno de esos momentos de heroísmo que sólo los hombres de corazón más puro pueden lograr en el universo Twin peaks. Su viaje a la logia blanca nos aterra por momentos, pero todo sale bien y consigue rescatar a la mujer ciega que no es sino Diane.
Sarah Palmer es... Judy (Episodio 14)
Puede que el momento más terrorífico, junto al de la caja de cristal que vayas a ver en todo el año. La madre de Laura Palmer revela que es solo el continente del mayor mal que ha conocido Twin Peaks. Más que el temido Bob. La muerte del tipo que está acosándola en el bar te deja muy mal cuerpo.
Norma y Ed (Episodio 15)
Una de las líneas que no llevan a ninguna parte en la trama pero que están especialmente diseñadas para emocionar a cualquier seguidor de la serie. El momento más soap-opera de la temporada es ver, por fin, tras 26 años, a Norma y Ed pudiendo vivir su amor con plenitud, sin miedos ni a escondidas. Suena Otis Redding y todo es de color azul cristalino.
Lynch sueña con Monica Belucchi (Episodio 15)
No, no con un personaje que interprete la actriz. El personaje de Gorgon Cole realmente sueña con Mónica Belucci. Esta queda con él en una cafetería de París, en la cuál está Dale Copper. Ella le da un mensaje muy corto pero claro. "Vivimos en un sueño pero, ¿quién es el soñador?" Una pista muy importante para comprender (un poco) el final de la temporada.
Yo soy el FBI (Episodio 16)
Por fin, el Cooper en estado "Dougie" despierta gracias a una descarga. Tras abandonar el coma en el que estaba sumido, El Cooper que conocemos regresa. Cuando su antiguo jefe le pregunta por el FBI, con la reconocible y reconfortante sinfonía de Twin Peaks por debajo, Cooper contesta "Yo soy el FBI". Reafirmando el momento de confusión del espectador, que ya dudaba si en algún momento si el verdadero agente iba a salir a al superficie alguna vez.
El despertar de Audrey Horne (Episodio 16)
Audrey Baila mientras se provoca una pelea en el bar en dónde vemos las actuaciones de cada final de episodio, lo que la hace correr a su marido Charlie para exigirle que la saque de allí. El deseo es concedido,de alguna manera. En un instante, Audrey se ve transportada a una habitación blanca. Ahora está mirando a un espejo. La realidad de Audrey no era lo que parecía. ¿Está en la logia blanca encerrada? El final da pistas muy crípticas, pero parece que esta línea argumental acaba aquí para nosotros.
Cooper encuentra a Diane (Episodio 17)
El episodio 17 está tan lleno de sucesos importantes que es casi imposible elegir uno. Probablemente, los más significativos sean la muerte de Mr. C, la destrucción de Bob o el viaje de Cooper a través del tiempo para rescatar a Laura Palmer pero si hay algo que nos reconforta de verdad es ver, por fin, a Dale Cooper con Diane, juntos. Después de escuchar al agente hablarle en sus grabaciones diariamente durante dos temporadas, puede ser el verdadero momento clave de la serie.
¿En qué año estamos? (Episodio 18)
Tras traspasar la brecha dimensional que separa dos realidades para ir a buscar a Laura Palmer, Cooper se encuentra que el mundo en el que está no es el que conoce, pero también se da cuenta de que quizá la línea temporal en la que está no corresponde con la que espera. Pero de pronto Laura oye a su madre llamándola y comienza a gritar. El final aterrador, misterioso, nihilista y desesperante del que todo el mundo está hablando.
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