Generalmente, las nominaciones de televisión en los Globos de Oro suelen ser un poco más originales que las de los Emmy. Al abarcar todo el año, y no quedarse en el mes de junio, suelen reconocer a estrenos del otoño que hayan destacado por algo en particular, y también tienen cierta tendencia a nominar a actores debutantes o poco conocidos. Sin embargo, este año sus candidaturas de televisión parecen una fotocopia de las de los Emmy y, salvo contadas excepciones, están los mismos nombres y las mismas series una y otra vez.
Los críticos estadounidenses se han dado prisa en notar que dos series que finalizaron este año, The Wire y The Shield, no son candidatas a absolutamente nada, y lo mismo ocurre con otra para la que ser ignorada en los premios importantes es tónica habitual, como Battlestar Galactica. Que esas tres brillaran por su ausencia entraba dentro de lo previsto, pero que ni Perdidos ni Mujeres desesperadas tengan ninguna nominación (ninguna, ni siquiera en los actores secundarios) ha sido una gran sorpresa, a la altura de ver cómo True Blood sí ha logrado colarse entre ellas.
La serie de Alan Ball ha sido la única novedad, junto con En terapia, en entrar en las nominaciones. Los vampiros de la HBO han conseguido ser candidatos al mejor drama (hay quien dice que por su potencial, y supongo también que porque han sido uno de los pocos éxitos del otoño) y han protagonizado otra de las grandes sorpresas de los premios, la inclusión de Anna Paquin como posible mejor actriz. Su interpretación de Sookie Stackhouse ha sido uno de los aspectos más controvertidos de la serie y, la verdad, yo habría visto más acertado que, en lugar de ella, Rutina Wesley (Tara) y Nelsan Ellis (Lafayette) hubieran conseguido figurar entre los mejores secundarios.
En las actrices dramáticas hay otra sorpresa, January Jones por Mad Men, y no porque no merezca estar ahí, sino porque se ha convertido en otra mala costumbre de los premios televisivos nominar por sistema a casi todos los actores de Mad Men (con más querencia por Jon Hamm y John Slattery) y olvidarse de las mujeres (o quedarse sólo en Elisabeth Moss). La ausencia de Christina Hendricks entre las secundarias ha llamado mucho la atención, pero es que las categorías de los secundarios son un buen jaleo, porque no sólo mezclan comedia y drama, sino también series con miniseries y películas para televisión.
La principal crítica que se ha hecho a estas nominaciones, lo que ha constituido la principal decepción, es, como hemos dicho al principio, que podrían pasar perfectamente por las de los Emmy, ya que adolecen de la misma falta de riesgo. Incluir por enésima vez a Jeremy Piven y Tony Shalhoub en las candidaturas a mejor secundario y mejor actor de comedia ya está más que visto, y la presencia de producciones de canales por cable resulta abrumadora. Las únicas series de cadenas en abierto nominadas a los premios gordos son House, The Office y Rockefeller Plaza.
Es cierto que, esta temporada, el cable le ha dado sopas con onda a las majors en cuanto a calidad de los estrenos, pero con esta inercia de favorecer más al cable se dejan fuera cosas muy estimables como Cómo conocí a vuestra madre, las interpretaciones de Damian Lewis en Life, John Parsons en The Big Bang theory y John Noble en Fringe, o ya que en las actrices de comedia han ido a lo seguro, podría haber entrado perfectamente Julia Louis-Dreyfus (Las aventuras de Christine).
Como el olvido de Perdidos ha sido uno de los que más ha dolido entre la blogosfera, junto con el de Generation Kill, apuntemos sólo una posible razón para él. Sí, la cuarta temporada ha sido, tal vez, la más consistente de todas y ha presentado uno de los mejores episodios vistos en la televisión estadounidense este año, pero el componente serializado se ha hecho todavía más importante, si cabe, y la serie se ha adentrado con decisión por un terreno que significa, automáticamente, que te destierren de casi todos los premios serios: la ciencia ficción. Y si no, que se lo pregunten a los chicos de Battlestar Galactica, que en su última temporada siguen el camino en los Globos de otras series de cable, con muy buena prensa entre los críticos, que han dicho adiós para siempre, como son The Wire y The Shield. Y ese camino es el injusto olvido.
En ¡Vaya Tele! | Nominaciones a los Globos de Oro 2009
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