¡Peligro Spoiler!: el vídeo/la entrada anterior contiene spoilers (revelaciones sobre la trama) de las primeras 5 temporadas de 24. Visiónalo bajo tu propio riesgo.
Antes, uno sabía que había ciertos límites cuando seguía una serie. Los buenos podían pasarlo mal, muy mal, pero al final siempre vivían. Eran los malos los que morían. Así que uno contaba con cierta "red de seguridad" viendo las series y no se llevaba sustos. Pero es que de un tiempo a esta parte las tramas están tan abiertas que uno nunca sabe cuándo y cómo va a desaparecer un personaje.
Y para mí la serie que me tiene absolutamente loco en este sentido (bueno, y en varios más, soy fiel devoto de Jack Bauer) es 24. Estoy viendo ahora la quinta temporada... y es que no queda títere con cabeza. Ya la serie demostró carácter en su primera temporada, cuando en el último episodio y cuando parecía que todo había acabado bien después de 24 horas infernales y Jack y Teri se disponen a rehacer su vida, llega Nina y se carga a la mujer de Bauer. A partir de ahí la cosa sigue con más muertes de "buenos" (además de las de los malos, claro, que esos caen a docenas), alcanzando la culminación en el primer episodio de la quinta temporada (menudo shock) en el que caen de un plumazo el ex-presidente Palmer (pieza principal de las cuatro temporadas previas), Toni Almeida (idem, aunque dicen por ahí que "no estaba muerto, estaba de parranda...") y Michelle (también elemento fundamental de la trama en las temporadas 2,3 y 4).
En general, esta capacidad para hacer desaparecer personajes (y más en una serie con un ritmo tan trepidante como 24) permite una libertad brutal a los guionistas a la hora de plantear giros en la historia: no hace falta tener una estructura de personajes fija, si hay que sacrificar a alguno por importante que sea se le sacrifica. Realmente sólo falta que se carguen al propio Jack... y ya ha estado un par de veces con el corazón parado.