Era una de las pocas decisiones que ha tomado Telecinco este verano que no me parecía mal, pero, al final, y como vaticinaba Ramelot el pasado lunes en nuestras recomendaciones semanales, el tiro le ha salido por la culata. Life se ha hundido en audiencia al entrar en plena competición por el prime time.
Las cifras son de vértigo. En una semana, y sólo por el hecho de emitirse el miércoles a las 22.15 (o a la hora a la que Telecinco quiera después de los considerables retrasos) en vez del lunes tras CSI, Life ha perdido más de diez puntos porcentuales de share. Bastó un simple cambio para que muchos de los que se habían convertido en fieles seguidores de la serie dieran marcha atrás y prefirieran ver El Rey Escorpión en Antena 3. Y no será por la novedad de la película, desde luego, porque ya habíamos podido verla varias veces en televisión.
Son otros los factores: el efecto de tocar lo que funciona, un síndrome demasiado habitual entre los programadores. Si tienes una serie o un programa que aún no está asentado del todo, pero que en su horario ha conseguido cifras que te satisfacen, ¿por qué empezar a marear a la audiencia? Reconozco que no me lo esperaba, porque Life tiene argumentos de sobra como para llevarse al público, pero está claro que no es lo mismo cambiar de día la emisión de CSI, que ya tiene una audiencia muy fiel, a empezar a hacer pruebas con series recién estrenadas.
De nuevo, la falta de paciencia pone en peligro a una serie. Con lo fácil que es esperar sin nervios (y más ahora, cuando las audiencias son menos importantes) y lo mal que se le está dando a Telecinco este verano 2008.
En ¡Vaya Tele! | El dúo CSI-Life triunfa en Telecinco