Humor y robos preparados al milímetro. Ladrones que se complementan y que están dirigidos por una mente privilegiada, que se sabe todos los recovecos y las trampas del oficio. Tecnología punta, miles de giros sorpresa, ritmo frenético. A los que hayáis visto Ocean’s Eleven todos estos ingredientes os sonarán y, lo más probable, es que esa película os traiga buenos recuerdos. Pues justamente eso es Leverage, el nuevo estreno estadounidense.
TNT ha emitido esta semana el piloto de la serie protagonizada por Timothy Hutton (Beautiful Girls) y el resultado me deja más que satisfecho. No es, al menos de momento, una serie de sobresaliente, pero Leverage cumple con creces con su principal objetivo: el entretenimiento. En ella se narra la historia de Nate Ford, un ex investigador de una compañía de seguros cuyo principal objetivo ahora es estafar a estas compañías. Una venganza personal le guía, por lo que ahora Ford acepta trabajos para robar, timar o dejar en paños menores a quienes las dirigen.
Junto a un equipo de ladrones especialistas en distintas áreas (tenemos a la sigilosa, al especialista en informática y al crack de la lucha cuerpo a cuerpo) se encarga de esos trabajos fuera de la ley que, sin embargo, éticamente no están nada mal. ¿No dicen que quién roba a un ladrón…? Pue eso.
Habrá que ver cómo evoluciona la serie, que de momento tiene una estructura muy cerrada, a caso por capítulo, pero el piloto tiene muy buenos ingredientes. Por ejemplo, un fino humor que caracteriza perfectamente a los protagonistas y que casi convierte a Leverage en una divertida comedia de intriga.
También un acertado sentido del ritmo: no hay tiempo para puntos muertos; los acontecimientos se encabalgan y no dan respiro. También tenemos a un acertado casting y una buena dirección, con recursos visuales que contribuyen a hacer aún más vivo el desarrollo de la trama.
La única duda que me plantea Leverage es cuánto podrá seguir exprimiendo la fórmula Ocean’s Eleven y cómo conseguirá una trama más de fondo para una temporada completa. En todo caso, es una duda menor cuando te sientas durante una hora a entretenerte de verdad.